Coincidiendo con el texto que acordaron los candidatos a jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, Rafael Bielsa y Gustavo Béliz, que afirma que "la realización separada de las elecciones nacionales y las locales es un primer paso necesario para efectivizar el reclamo popular de eliminar la lista sábana y transparentar, qué personas y qué programas se están eligiendo", el legislador de la Ciudad, Jorge Enríquez (UCR), rechazó el proyecto del jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, de unificar las elecciones.
A través de un comunicado de prensa, el ex vicepresidente primero de la Legislatura, manifestó que "las elecciones presidenciales tienen el efecto bien conocido de ocupar el centro de la escena pública, desplazando del interés y del conocimiento de la ciudadanía a las elecciones locales. Esto es precisamente lo que anhela Ibarra, porque sabe que no puede pasar el menos exigente de los tests de gestión si los vecinos ponen la mira en su administración".
Enríquez, quien podría acompañar en la interna del radicalismo al sector que lideraría el ex jefe de Gobierno de la Ciudad, Enrique Olivera, informó que presentó "dos proyectos de ley en los que se propicia, entre otras cosas, que debe mediar una diferencia mínima de treinta días entre la celebración de las elecciones nacionales y locales, y la supresión de la proporcionalidad como característica obligatoria del sistema electoral".
"En nombre de la renovación política se pretende, paradójicamente, fortalecer uno de los aspectos más repudiados por la gente, el de las listas sábanas", dijo el legislador radical, quien también agregó que "el argumento del costo económico que implican dos elecciones en un solo año, es una excusa, porque si así fuera, convendría que las elecciones se hicieran cada diez años. El costo más alto para la ciudad es que los porteños no elijamos verdaderamente a quienes consideremos aptos para regir los destinos públicos".
"¿Qué ocurrirá,-se preguntó el diputado porteño-, si, como todo lo indica, Ibarra no es reelecto y no se reforma la constitución local para producir el acortamiento del período del Jefe de Gobierno y de los legisladores? ¿Tendremos durante nueve meses dos gobiernos paralelos? Esta delicada cuestión parece no preocuparle a Ibarra, que bien podría repetir la frase de Luis XV: ‘Después de mí, el diluvio’"
"La necesidad de que haya reglas de juego claras, limpias y permanentes, no sujetas al interés inmediato y cambiante de los gobiernos de turno. En la democracia se gana y se pierde, y sobre todo cuando se pierde hay que conservar la dignidad. De todo se vuelve, menos del ridículo", concluyó Enríquez.