Entre el último 26 de abril y el 5 de julio pasados –es decir, entre las PASO y la primera vuelta de las elecciones distritales en la Ciudad– transcurrieron apenas 70 días, que dejaron algunas conclusiones interesantes que confirman que el comportamiento del veleidoso electorado porteño no emigra masivamente de una opción a otra, pero produce transmigraciones algunas veces imperceptibles, pero siempre curiosas.
Lo primero que se puede divisar, comparando los resultados de ambas elecciones, es que el Pro perdió algo más de 50 mil votos en el camino. ¿Será que algunos de los votos que optaron por apoyar a Gabriela Michetti en la interna-externa del Pro fueron hacia el campamento de Energía Ciudadana Organizada (ECO), una opción que, si bien es heterogénea, tiene una tendencia radical aunque esta no sea muy marcada?
Por su parte, Lousteau incrementó su caudal de votantes en algo menos que la cifra que se le escapó al Pro, unos 45 mil votos con respecto a lo que obtuvo la totalidad de ECO en las primarias. Recalde tuvo una performance similar en cuanto a su crecimiento electoral. Incluso mejor: logró sumar 46 mil votos más que la totalidad del kirchnerismo en las PASO.
En los barrios, entretanto, el Pro consolidó su presencia en las juntas comunales, aunque perdiendo votos en casi todas ellas solo en bajos porcentajes, que no pasaron casi nunca de cinco puntos. Todos estos guarismos se pueden evaluar tomando en cuenta que el porcentaje de votantes se mantuvo prácticamente inalterado: el 73 por ciento de los porteños se hizo presente en las urnas, aunque esto señale el dato alarmante de que casi el 27 por ciento de los empadronados desertó de su deber cívico.
Si este voto ausente hubiese sido para alguno de los candidatos, ese porcentaje lo hubiera clasificado en segundo lugar. No es un dato menor. Esta circunstancia le recuerda a quien esto escribe que en 2001 los votos en blanco y anulados superaron al ganador de esa elección, que obtuvo algo más del 21 por ciento contra el 28 por ciento de los anteriores.
Comunas hot
La caída del Pro con respecto a los votos obtenidos en las PASO se acentuó en las comunas del sur: la 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios, Pompeya) y la 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano), y las del oeste, es decir, la 3 (Balvanera, San Cristóbal), la 7 (Flores, Parque Chacabuco) y la 9 (Parque Avellaneda, Liniers, Mataderos). En estas tres últimas fue donde Gabriela Michetti había obtenido sus mejores resultados en las PASO.
También es necesario destacar que en las comunas 1, 3, 4 y 8 fue donde el FpV consiguió el segundo lugar, dejando atrás al candidato de ECO, Martín Lousteau. La Comuna 1, por otra parte, fue una de las cinco en las que Rodríguez Larreta superó el 45,5 por ciento que obtuvo hasta ahora en la elección general.
Los mejores y los peores para el Pro
Los partidos que desarrollaron las mejores performances el 5 de julio último obtuvieron mejores y peores resultados teniendo en cuenta sus representaciones sociales.
Hay que recordar que el Pro triunfó en las 15 comunas, aunque en las del norte, donde residen los votantes que gozan de un mayor poder económico, consiguió sus mejores porcentajes. El mejor resultado lo obtuvo en la Comuna 2 (Recoleta), con un contundente 59,1 por ciento, seguido por la Comuna 13 (Núñez, Belgrano, Colegiales), donde consiguió el 53,5 por ciento. En la Comuna 14 (Palermo) también tuvo un resultado sobresaliente: el 52,7 por ciento de sus residentes eligieron sus boletas, muy por encima de la media final.
En cambio, el Pro miró más de cerca a sus rivales en la Comuna 15 (Villa Ortúzar, Parque Chas, Chacarita, Agronomía, La Paternal, Villa Crespo), adonde obtuvo el 39,2 por ciento; en la céntrica Comuna 5 (Almagro, Boedo), donde se benefició con el 39,8 por ciento de los sufragios, y en la occidental Comuna 10 (Villa Luro, Vélez Sarsfield, Floresta, Villa Real, Versalles, Monte Castro), adonde consiguió el 41,2 por ciento de los votantes. En estas tres comunas predominan claramente los votantes de clase media, entre los que muchos optan por opciones diferentes, aunque siempre por debajo de quienes eligen al partido amarillo.
ECOsistema
Si una de las características de los votantes del Pro es que se cuentan mayoritariamente entre los de mayor poder económico de la sociedad, ECO recluta voluntades, en especial, en la clase media urbana ilustrada, los profesionales y los estudiantes universitarios.
Esta tendencia se vio reflejada el domingo último en los resultados que obtuvo la fuerza que lidera Martín Lousteau en Buenos Aires. Uno de los barrios más emblemáticos que demuestra la teoría es la Comuna 6 (Caballito), donde ECO obtuvo el 29,4 por ciento de los votos, ubicándose segundo y superando su promedio general por varios puntos. En la Comuna 11 (Villa Devoto, Villa del Parque, Villa Santa Rita, Villa General Mitre), ECO obtuvo casi el mismo porcentaje (28,8 por ciento), mientras que en la Comuna 10 consiguió un 28,5 por ciento, configurando estos resultados sus mejores performances del domingo.
Claramente, ECO no logró concitar la misma adhesión en los votantes de las comunas más desfavorecidas desde el punto de vista económico y, por eso, allí obtuvo sus peores guarismos. En la Comuna 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo, Villa Lugano), Lousteau consiguió un magro 19,2 por ciento; en tanto que superó por muy poco esa cifra en la Comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios, Nueva Pompeya), donde obtuvo el 19,8 por ciento. Por su parte, en la Comuna 1, donde se juntan barrios con alto y bajo poder adquisitivo (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, Monserrat, San Telmo y Constitución), llegó al 20,7 por ciento. En estas últimas bajó sensiblemente el promedio que obtuvo ECO en el distrito.
El FpV creció en el sur
Indudablemente, el relato del Gobierno nacional, que el Frente para la Victoria representa, no le alcanza para conseguir resultados ganadores en el esquivo distrito porteño.
De todos modos, en el sur y en el oeste –bien lejos del norte– está la mayor cantidad de sus seguidores. En la sureña Comuna 8 (Villa Soldati, Villa Lugano, Villa Riachuelo), la zona más pobre de la Ciudad, consiguió su mejor actuación, obteniendo el 31,4 por ciento, muy por encima de su promedio final.
En la vecina Comuna 4 (La Boca, Barracas, Parque Patricios, Nueva Pompeya), el oficialismo nacional logró su segundo mejor promedio, 28,7 por ciento, también mayor al que consiguió en el distrito. Su tercera mejor performance la realizó en la Comuna 9 (Parque Avellaneda, Liniers, Mataderos), adonde llegó al 25,4 por ciento.
Sin ánimo de pecar de esquemáticos, los peores resultados del FpV fueron registrados en los lugares en los que sus rivales más festejaron. En la Comuna 2 (Recoleta), en la que el Pro celebró la obtención de cerca del 60 por ciento de los votantes del padrón, el kirchnerismo cosechó un magro 12,5 por ciento. En la Comuna 13 (Núñez, Belgrano, Colegiales), la fuerza que encabeza el peronismo porteño apenas obtuvo el 14,5 por ciento. Una performance que superó por muy poco en la Comuna 14 (Palermo), en la que cosechó el 15,7 por ciento. Estas cifras fueron, como es posible observar, muy inferiores a los guarismos finales, que por ahora, décimos más o menos, se ubica apenas por debajo del 22 por ciento, que se hubiera convertido en el nirvana de haber sido alcanzado. Claro que el paraíso del Frente para la Victoria, por ahora, queda lejos de la Ciudad Buenos Aires.