“Me sorprendió mucho”, explica Daniel Arroyo cuando se le pregunta por su reacción al enterarse que era el elegido por Felipe Solá para ser el vicegobernador en la fórmula del Frente Renovador en la Provincia, aquella tarde del 20 de junio en que había un frenético cierre de listas en Tigre. “Me tiré de cabeza, dije que sí inmediatamente”,
admite con inocultable entusiasmo.
Arroyo es politólogo especializado en políticas sociales y desarrollo humano, con prestigio entre dirigentes dentro y fuera de su partido, algo inusual en nuestro subumundo político. Fue viceministro de Alicia Kirchner entre 2003 y 2007, luego ministro de Desarrollo Social en el primer bienio de la administración de Daniel Scioli, aunque sintió la
necesidad de una ruptura en 2009.
Desde 2013 acompaña a Sergio Massa, estuvo a su lado cuando rompió con el kirchnerismo. Por un tiempo, su nombre fue pensado para la intendencia de Vicente López, pero finalmente ese desafío fue para Adrián Pérez. Arroyo tenía una aventura mayor que lo esperaba a último momento. En entrevista con Noticias Urbanas, fustigó la política social del sciolismo, expresó su preocupación por el flagelo de la droga y el narcotráfico y planteó las prioridades de la fórmula massista para la gobernación.
-Aprovechando que Ud. se especializa en desarrollo social, ¿cómo queda la Provincia en esa materia después de estos años de Scioli gobernador?
-En Provincia hay tres problemas centrales en materia social, el primero es el aumento de la venta de droga, que se convirtió en un problema social, porque el que vende droga es el que gana más en el barrio, más que el que trabaja honestamente. Esto ocurre ya tanto en el interior tranquilo como en el conurbano profundo, en todos lados. El segundo problema es que se retiró el Estado, el gobierno bonaerense paga salarios y después ve. En cualquier guardia de hospital faltan insumos, hay escenas de violencia. Andar en las rutas del interior es ir esquivando baches todo el tiempo. No ha generado políticas públicas, puso sus recursos en aumentar policías que se capacitan en 6
meses y a veces son ellos mismos los mas temerosos porque se saben no preparados. El Estado se ha corrido.
-¿Y el tercer problema?
-Es algo muy crítico, hay una combinación de inflación y freno de “changas”, no las hay en la construcción y o el textil. La plata alcanza menos y se está agregando el sobre-endeudamiento, mucha gente tomando créditos al 150% anual. Lo que veo en mis recorridas es que la gente ve los problemas, los describe con crudeza, unos le echan la culpa a Scioli y otros no, pero todos buscan un gestor. Esa es la explicación de por qué estamos creciendo nosotros, porque todos a Felipe y a Massa los asocian con hechos.
-En cuanto a la calidad de vida de los bonaerenses, la salud pública ¿en qué situación está?
-Está pasando un fenómeno complejo: todo termina en el hospital. Van a una salita cerca de su casa, pero como en la salita no hay nada, todos van directo al hospital. Tenemos sobrecarga de demanda en los hospitales públicos, sumado a un desfinanciamiento brutal del sistema de salud. Y el concepto de lo que inventó Scioli, las UPA (Unidades de
Pronta Atención), que dice que son 24 pero en los hechos son 7 en los hechos y atienden 6 horas. Hace poco estuve en una, por ejemplo, y hay pediatría pero no hay neonatología. Scioli ha publicitado mucho algo que conceptualmente es correcto en la realidad no funciona como debe ser.
-La seguridad es la mayor preocupación de los bonaerenses, desde hace años. ¿Cómo piensan encarar el tema?
-O la policía gobierna al gobernador o el gobernador gobierna a la policía. Está claro que la Bonaerense hoy tiene autonomía y eso no es bueno, tenemos que definir criterios, recapacitar a los jóvenes y armar una fuerza especial para cortar la venta de droga en los barrios. Nadie se ha dedicado, como mínimo, a marcar condiciones y pautas a los efectivos, eso no está sucediendo y, con respecto a la gestión de Solá, en eso claramente hemos retrocedido.
-¿Se imagina como vicegobernador? Resultó sorpresivo que Solá lo eligiera…
-Sí, me imagino. Lo he hablado mucho con Felipe, me veo como un vice activo, con el rol institucional, pero también involucrado en la temática social, en lo que hace a la policía y ayudar en el proceso de descentralización, poner en marcha los foros vecinales, etc. Y sí…fue sorpresivo (lo de Solá), absolutamente. Dije inmediatamente que sí, me
tiré de cabeza. Cuando fui viceministro de la Nación tuve muy buena relación con él, que era gobernador. Es alguien que siempre admiré.
-Usted fue parte del kirchnerismo varios años. ¿Por qué se fue?
-Me fui porque sentía que era un ciclo agotado, quería volver a la actividad académica, y se entraba en una etapa del kirchnerismo que se polarizaba mucho en la sociedad. Hubo 3 etapas kirchneristas en mi opinión, la primera desarrollista hasta 2009, que termina con la crisis del campo, después una etapa progresista, con ley de Medios, la
AUH, el matrimonio igualitario, y ese empecinamiento en polarizar. Y después en 2012 la etapa refundacional, dicen que la república empezaba ahí y terminan chocando. Yo reivindico la primera etapa del kirchnerismo. Nunca tuve ningún problema personal con Scioli, lo considero una buena persona, pero mi crítica es que ha retirado el
Estado de la vida de las personas, se concentró en lo básico y siempre en hacer seguidismo.
-Para el nivel de necesidades que tiene la Provincia, Scioli avala un altísimo gasto de publicidad en su presupuesto. ¿Eso será revisado?
-Vamos a achicar la torta publicitaria, que es infernal hoy y que por eso se gasta más en publicidad que en cualquier otro servicio. No haremos gestión con nuestro nombre y no lo haremos discrecional. La publicidad de un gobierno tiene que ser institucional. Es obsceno el nivel de gasto de publicidad, muy evidente que lo es y que se lo gasta
para tapar los déficit de gestión. Ponen “Buenos Aires Activa” para tapar lo que no sucede, la UPA también es pura publicidad. Ellos detectan los problemas y los compensan con publicidad.
-¿Qué opina que ocurrió en el massismo para que esté en la situación actual y con todas las fugas de dirigentes que sufrió?
– Argentina tiene un sistema político de personas en vez de partidos, parece un mercado persa. Fue un proceso muy traumático el nuestro, con muchos errores propios. Hubo un engolosinamiento de ir amontonando dirigentes. Este proceso cambió el 10 de junio cuando Sergio aclara que no se baja y se consolida cuando volvemos a lo nuestro tras el
cierre de listas, que es la ancha avenida del medio. La fórmula de Massa es una fórmula de centro, con una persona que representa el norte olvidado (Gustavo Sáenz). Esta mejora igual casi nos salió de casualidad, pero volvimos a la línea que teníamos que tener, que no queremos empezar todo de nuevo y ni volver a los 90.
-Sobre sus rivales del kirchnerismo y el PRO, ¿qué opinión tiene?
-Ccon Aníbal Fernández tenemos una diferencia profunda y de fondo que es su posición a favor de la despenalización de drogas, desde que él tomó la posta en el tema ha empeorado la situación, se vende más droga en los barrios y no se controla la frontera. Y tengo la impresión que el PRO hace campaña de laboratorio, la sigo con atención mas desde un punto de vista pedagógico. Me parece que el Pro no se ha preparado para gobernar la policía bonaerense o resolver los problemas estructurales, parece que no lo están entendiendo. Sinceramente, creo que la gente está buscando quién le resuelva los problemas y por eso vamos a dar el batacazo.