El arribo de Marcelo Hugo Tinelli al Comité Ejecutivo de la Asociación del Fútbol Argentino quedó abierto el martes último, aunque su aspiración de convertirse en el próximo presidente de la institución que rige los destinos del deporte más popular deberá esperar, al menos, hasta el 1 de marzo del año próximo.
El obstáculo del quinto inciso del artículo 50, que le impedía a él mismo, a Hugo Moyano y a Juan Sebastián Verón el acceso a cargos dirigenciales de la entidad fue soslayado por una decisión política, ya que legalmente la prohibición que incluía sigue vigente, más allá de que ahora no se tome en cuenta.
Las negociaciones fueron complicadas y debieron intervenir múltiples actores extrafutbolísticos, que ante la intransigencia inicial de las partes exhibieron una muñeca y una capacidad de intimidación importante.
Un largo y sinuoso camino
De todos modos, la reunión de la AFA en la que se decidió soslayar el reglamento interno para favorecer al conductor televisivo es apenas una frutilla de un postre que exigió un largo proceso de cocina.
Los primeros capítulos se escribieron en julio de 2012, cuando la crisis del Club Atlético San Lorenzo de Almagro obligó a la dirigencia –el presidente era Carlos Abdo– a pedir ayuda económica y política a Tinelli para ordenar un club sumido en el caos. El conductor de Bailando por un sueño debió salir a capear un temporal que incluía aprietes de los socios a la conducción, deudas impagables, una división política que hacía imposible generar nada en el club y, por si todo esto fuera poco, el fantasma del promedio del descenso acosaba al equipo del papa Francisco.
El 1 septiembre de ese mismo año, Matías Lammens llegó a la presidencia de San Lorenzo y Tinelli lo acompañó desde la vicepresidencia.
Más tarde, en los comienzos de 2014, llegaría su intento de quedarse con el Fútbol para Todos y el desacuerdo y la ruptura de lanzas con el Gobierno nacional, que lo llevó a culpar a La Cámpora y al entonces jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, por el fracaso de las negociaciones.
Posteriormente, tras un proceso de tres años desde que asumió en San Lorenzo, en los que Tinelli fue consolidando sus opciones, sus excelentes relaciones con los tres candidatos a presidente –todos ellos relacionados con el deporte (¿será un signo de los tiempos?)– le sirvieron de trampolín para llegar a esta instancia.
Pero es necesario ir por partes acerca de lo sucedido en los últimos días, es decir, la recta final.
El 50 significa el pan
Según los numerólogos, los cabalistas y los quinieleros, cada número del 0 al 99 tiene un significado en la realidad y, especialmente, en los sueños.
El 50 (el artículo que se interponía en el sueño del vice de San Lorenzo) es el pan, aunque nadie debería olvidar que el 51 es el serrucho. Por esta razón, cabría colegir que el inicio de la era Tinelli ocurre con un pan bajo el brazo y un amenazante serrucho bajo el piso.
El viernes pasado, la reunión de este martes estaba casi fuera de las posibilidades. El presidente de la AFA, Luis Segura, fue operado ese día y, con ese argumento, el encuentro casi había sido suspendido, más aún teniendo en cuenta que los números no le daban bien en la votación del Comité Ejecutivo al presidente de Argentinos Juniors.
Este martes, cuando parecía que el conflicto escalaba –el mismo viernes último, Segura había echado al titular del Consejo Federal, el marplatense Roberto Fernández, que está con Tinelli–, manos internas y externas a la AFA comenzaron a tejer.
De los encuentros que trascendieron se conoce uno realizado en una oficina de la avenida Córdoba y Montevideo, en el que se vieron las caras el propio Tinelli; el presidente de Independiente y rival de Tinelli en la puja por el sillón de la calle Viamonte, Hugo Moyano; Matías Lammens, presidente de San Lorenzo; el presidente de Barracas Central y yerno de Moyano, Claudio “Chiqui” Tapia, y Luis Fernando Segura, vicepresidente de Argentinos Juniors e hijo del presidente de la AFA, el grondonista Luis Segura.
Allí, el propio Chiqui Tapia propuso obviar la interpretación del artículo 50, una posición que favorece también a Moyano. Acordado este punto, Lammens, Tapia y Segura se fueron al edificio de Viamonte para asistir a la reunión del Comité Ejecutivo, en la que todo se resolvió casi sin fisuras. Ante la ausencia de Segura padre, el presidente de Arsenal y secretario general de la AFA, Miguel Silva, condujo el tenso encuentro.
Este último había moderado unas horas antes una ronda de negociaciones con los representantes de algunos clubes de peso en la AFA, entre quienes se pudo contar al presidente de River, Rodolfo D’Onofrio. Allí se acercaron las posiciones en cuanto al cronograma electoral. Tinelli esperaba imponer su criterio de que la elección del presidente de la AFA se produjera en diciembre y los grondonistas querían hacerlas en junio del año que viene. La salomónica decisión final llevó las cosas al 1 de marzo de 2016.
Una vez reunido el Comité, al contar los votos, los únicos clubes que militaban todavía en el “antitinellismo” eran Arsenal, Independiente, Racing y Argentinos Juniors. Para dejar en blanco sobre negro la debilidad del presidente de la AFA, ya ni siquiera era firme la postura de su propio club, ni la de Independiente, que habían estado negociando su deserción con el propio Tinelli. Solamente quedaban los “duros” de Avellaneda y alrededores: Racing y Arsenal, aunque el presidente del primero, Víctor Blanco, tenía una posición más negociadora, que escondía su intención de ofrecerse como prenda de unidad si la sangre llegaba al río. El otro era Miguel Silva, el más grondonista de los grondonistas, que finalmente acató el acuerdo al que arribaron sus colegas.
Los pactos de cambios en la cúpula de la AFA serán aprobados en la Asamblea Ordinaria que se realizará en octubre, en la que se iba a elegir al nuevo presidente. Tapia será el vicepresidente segundo y Tinelli se convertirá en el vicepresidente tercero. Luis Segura seguirá siendo el presidente, y D’Onofrio, el vicepresidente primero.
Los cinco puntos que aprobó el Comité fueron, en primer término, aceptar a dirigentes que no tengan cuatro años de mandato anterior (el controvertido artículo 50); prorrogar el mandato de Segura hasta el 1 de marzo de 2016; crear la vicepresidencia tercera, que ocupará Tinelli; convocar a una Asamblea Extraordinaria para el 22 de octubre, que deberá aprobar los puntos anteriores, junto con la Asamblea Ordinaria, pero a distinto horario, y, finalmente, que se apruebe la reducción de los descensos para junio de 2016, que pasarán de tres a uno solo.
Así, en el campeonato que comenzará en agosto de 2016 seguirán militando 30 equipos, una medida que se adoptó en los tiempos de Julio Grondona y que parecía efímera, pero que continuará.
Cambios, recambios y continuidades
Los sucesos relatados, que conllevan muchas reformas en la conducción del fútbol argentino, tienen que ver con una cadena de hechos que conmovieron al deporte del balón en el último año.
El 30 de julio de 2014 fallecía Julio Grondona y se iniciaba el ocaso de un sistema de conducción de la AFA basado en los acuerdos personales y en un estilo de conducción que pocas veces pudo ser cuestionado por los clubes. Andrés Ducatenzeiler, expresidente de Independiente, denunció alguna vez que “los clubes que no pactan con Grondona terminan fundidos”.
Tras la muerte del poderoso vicepresidente de la FIFA y expresidente de Independiente y de Arsenal de Sarandí, el 27 de mayo de este año estalló un gran escándalo de corrupción en la FIFA, denunciado por la fiscal general de los Estados Unidos, Loretta Lynch. La indagación, que se llevó a cabo durante alrededor de 24 años, la realizó la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
En la Argentina temblaron hasta los que no tenían nada que ver, luego de que cayeran tras las rejas los empresarios Alejandro Burzaco –presidente de Torneos y Competencias y hermano de Eugenio, que fue jefe de la Policía Metropolitana y diputado nacional por el Pro y actualmente está ligado al Club Atlético River Plate– y Hugo y Mariano Jinkis, titulares de la empresa Full Play.
Desde que estalló el FIFA-gate, el grondonismo, que representan hoy Segura, Silva, Blanco, José Luis Meizner (presidente de Quilmes) y Alfredo Dagna (Olimpo), quienes cuentan con el apoyo de Moyano y Chiqui Tapia, se encuentra a la defensiva. Las acusaciones contra los dirigentes de la FIFA –Humberto Grondona era una de sus cabezas principales– todavía no tomaron cuerpo y quizás eso no ocurra, pero el rol del expresidente de la AFA fue demasiado importante en Zúrich y, en cualquier momento, el escándalo podría rozarlo.
Fútbol, negocios y política
Tinelli cuenta con un fuerte apoyo político. No sería extraño que la presencia de los tres principales candidatos presidenciales en su programa Bailando por un sueño, acaecida el 12 de mayo de este año, haya sido un capítulo más de esta operación que ahora está en marcha.
Será bueno recordar que tanto Daniel Scioli –que fue un famoso motonauta y perdió un brazo en un accidente en el río Paraná–, como Mauricio Macri –que fue presidente de Boca Juniors– y Sergio Massa –que fue presidente del Club Atlético Tigre– tienen una aceitada relación con el mundo del deporte, una circunstancia que Tinelli supo aprovechar.
El otro punto que por sí solo despierta transformaciones en la entidad madre del fútbol argentino, siempre sensible a los avatares de la política, es el recambio presidencial. Para dar una idea de la intervención de la política en el proceso de recambio en la AFA, habrá que recordar que el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, acompañó al presidente de Banfield, Eduardo Spinosa, a casi todas las reuniones. Por otra parte, el senador bonaerense Santiago Carreras, de La Cámpora, intervino para acercar posiciones, al igual que Diego Bossio, titular de la Anses. Todos ellos oficiaron como apoyo para Marcelo Tinelli.
Casi como colofón, Tinelli había reclutado en su favor entre 28 y 32 votos de los 44 dirigentes que conforman el Comité Ejecutivo de la AFA, en tanto que Segura contaba con entre 12 y 15 votos, en el mejor de los casos.
Un misterio: los titulares de Boca Juniors, Daniel Angelici, y de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, votaron favorablemente por la posibilidad de que Tinelli pueda ser candidato, pero no le aseguraron que vayan a apadrinar su acceso a la presidencia de la institución.
Otro misterio: tras el escándalo que culminó con la suspensión del superclásico en el estadio de Boca, Angelici renunció el 19 de mayo a la vicepresidencia segunda de la AFA –el cargo que hoy ostenta Chiqui Tapia– y desde entonces los representantes de Boca no frecuentan la AFA sino en ocasiones especiales. Es importante destacar que el martes último tampoco se hizo presente en la reunión del Comité Ejecutivo el vicepresidente segundo de Boca y secretario de Selecciones Nacionales de la AFA, Juan Carlos Crespi.
Hasta ahora, Tinelli dio un gran paso hacia su postulación presidencial en la AFA. Su objetivo se vuelve cada vez más posible, pero aún no está definida su obtención. Tinelli está habilitado y marcha derecho al gol, pero lo pueden marcar duro de atrás. En seis meses, muchas cosas pueden pasar. Porque si bien en esta ocasión no hubo guerra, existen dos bandos muy definidos y aún no está dicha la última palabra.