“Una de las grandes desventajas de la prisa es que lleva demasiado tiempo”. La frase le pertenece al escritor inglés Gilbert Keith Chesterton. Y suena como una condena diabólica y perversa en donde el tiempo es el valor más preciado y, a la vez, el que se gasta con mayor facilidad en las nimiedades más banales y tontas del mundo.
Para el macrismo, el tiempo es oro, por no decir dinero. Y no solamente para el macrismo: esta máxima es aplicable a la política en general.
La aprobación de leyes consideradas claves para el Gobierno de la Ciudad no es una cuestión menor. Y lo peor es que el tiempo escasea.
Noticias Urbanas accedió al listado de proyectos que Pro quiere aprobar, sí o sí, antes de fin de año. Para ello se necesitarán acuerdos políticos. Y es ahí donde entran a jugar las bancadas del Frente para la Victoria (FpV) y de Energía Ciudadana Organizada (ECO).
“Sin acuerdo, las leyes no salen. Pero para llegar a un acuerdo se deben beneficiar ambas partes y por eso la aprobación de estas leyes se va a transformar en un toma y daca con la oposición”, le dijo a NU un importante legislador macrista.
El objetivo de la oposición está centrado en los organismos de control, especialmente en la Auditoría de la Ciudad y en el Consejo de la Magistratura. La negociación es obvia. Votos a cambio de lugares en esos organismos. Aunque en el futuro gobierno esos lugares le corresponderían a ECO, en el Frente para la Victoria no se dan por vencidos.
La necesidad de acuerdos con la oposición se basa en que el bloque del Pro es de 28 legisladores, en consecuencia, necesita tres más para llegar a los 31 votos que se requieren para la aprobación de las leyes. De ahí que los acuerdos sean de vital importancia.
Pero además de estos acuerdos políticos, el variado paquete de leyes que intenta aprobar el Pro tiene varias cuestiones que llaman la atención y que merecen ser destacadas. La variedad de iniciativas esconde la importancia que tiene cada una de ellas para el gobierno de Mauricio Macri. Y por eso la prisa.
Los proyectos más deseados
A partir de la sesión de este jueves, los proyectos serán presentados en el recinto, y NU pudo conocer cuáles son los que más le interesan al macrismo.
Los temas que, según el Pro, deben ser aprobados antes de fin de año son los siguientes: la venta del Buenos Aires Design; la venta de parte del predio conocido como El Dorrego; la concesión de un terreno frente a la cancha de River para la Universidad Torcuato Di Tella; la renovación de la concesión del Bus Turístico; el traspaso al Arzobispado del dominio de terrenos donde se encuentran ubicadas parroquias; el proyecto para la creación de un fideicomiso con inversores privados para la explotación por treinta años del Autódromo Oscar y Juan Gálvez; el convenio con la Universidad de Buenos Aires (UBA) para hacer un paso bajo nivel del Urquiza; siete convenios más con la UBA por temas diversos; venta de propiedades remanentes del ensanchamiento de la avenida Constituyentes; la concesión de un predio a un club de golf en Lugano; la construcción de un nuevo shopping en Caballito; la condonación de deuda de ABL al Club Náutico Buchardo, y la modificación al Plan Urbano Ambiental y la evaluación ambiental.
El temario es variado y para todos los gustos. Pero en casi todos ellos hay demasiados puntos oscuros que no fundamentan con contundencia las razones para su aprobación. En otros casos, más parecen negocios privados que algo de interés público; por consiguiente, poco y nada benefician al patrimonio de la Ciudad. Y proyectos como el shopping de Caballito han tenido, en intentos anteriores, oposiciones vecinales.
Por eso se hace necesario analizar algunos proyectos para descubrir los verdaderos intereses que impulsan su aprobación.
Puntos oscuros, intereses extraños
La cesión de tierras a la Fundación Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) está plagada de irregularidades. El proyecto de ley al que tuvo acceso NU no deja lugar a dudas. El Artículo 1° dice: “Otórgase a la Fundación Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), inscripta ante la IGJ bajo el número de registro C 1.541.808, el permiso de uso oneroso del predio ubicado en la parcela “1c)” de la Circunscripción 16, Sección 27, Manzana 110, Av. Figueroa Alcorta 7310 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de acuerdo con el croquis que se adjunta como Anexo I, por el término de treinta (30) años a partir de la promulgación de la presente”.
El lapso de treinta años es el primer punto conflictivo del proyecto. En ningún momento se explican las razones de semejante cantidad de tiempo. En segundo lugar, la Universidad Di Tella tiene un edificio propio en el Bajo Belgrano que actualmente se encuentra en alquiler, por lo que no se entiende la necesidad de otorgarle semejante predio, ubicado nada menos que enfrente de la cancha de River.
Además, la Universidad paga un canon irrisorio, de siete mil pesos mensuales, por el uso de ese predio, que actualmente alquila. Esa concesión ya fue denunciada en la Justicia por irregular. Se encuentra dentro del marco de una causa donde están denunciadas varias concesiones realizadas por el Gobierno de la Ciudad. Por último, se debe mencionar que la relación estrecha entre la Universidad Di Tella y el Gobierno del Pro está sustentada por un dato concreto: el Centro de Investigaciones de Políticas Urbanas y de Vivienda (Cipuv) de la Universidad realiza trabajos para el Instituto de la Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC).
El proyecto de venta de El Dorrego también se las trae. La intención es poner a la venta la mitad de la sede gubernamental del Distrito Audiovisual. El artículo 1º lo dice de la siguiente manera: “Declárase innecesario para la gestión de la Ciudad de Buenos Aires una fracción de terreno identificada como Polígono a-b-c-l-m en el croquis que como anexo 7 forma parte integrante de la Ley, del predio delimitado por las calles Dorrego, Cap. Gral. Ramón Freire, Concepción Arenal y Zapiola, y dispónese su enajenación, aprobándose la misma de conformidad con el procedimiento de venta en subasta pública”.
La venta del predio significa un gran negocio inmobiliario debido a la nueva zonificación de la zona. Con la posibilidad de construir edificios de gran tamaño, quien adquiera el terreno está ante un negocio millonario. Además, no se entiende con claridad por qué es necesaria la venta.
“Es un negocio inmobiliario que el Gobierno de la Ciudad viene planificando desde hace ocho años, cuando cambió la zonificación de la avenida Dorrego, para poner en remate esos terrenos, le dijo a NU el exlegislador Facundo Di Filippo (ver recuadro).
El Dorrego es un gran galpón donde la actividad es escasa. El predio ocupa una manzana y el proyecto de ley dispone la venta de la mitad. Teniendo en cuenta la superficie del terreno, el valor del futuro negocio inmobiliario es suculento.
Lo que queda claro con proyectos como los del Di Tella y El Dorrego es que los que terminarán haciendo negocio son los privados que accedan a los terrenos.
Los malos ejemplos
Los casos mencionados sirven como ejemplo para graficar los proyectos de ley que se tratan de aprobar. Otro de los más polémicos es el del Club de Golf de Villa Lugano. El tema en cuestión era la cesión a un club de golf del permiso de uso, por 20 años, de un predio en el barrio de Villa Lugano. El proyecto es polémico porque se trata de la renovación de la concesión de la cancha de golf, de 45 hectáreas, ubicada en el Parque de la Victoria de Lugano. Por este tema fue denunciada una exdirectora de Concesiones del Gobierno porteño. Además, la empresa concesionaria mantiene una importante deuda con la Anses.
Algo parecido sucede con la condonación de deuda al Club Náutico: nadie entiende cuáles son las razones de peso para tomar semejante medida.
El tema del shopping en Caballito siempre vuelve. A pesar de las críticas de los vecinos, de la oposición y de los organismos no gubernamentales, el proyecto reaparece seguido. La causa tiene su lógica: el impulsor de este proyecto es el empresario y mayor accionista del grupo IRSA, Eduardo Elsztain. Otro negocio que parece favorecer más a privados que a los vecinos de la Ciudad.
El tema de la cesión de tierras a la Iglesia tiene una interna no conocida. “Con este proyecto, el macrismo le hace un favor al arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli. Pero no al papa Francisco. Bergoglio no apoya la movida de Poli en este sentido y todos saben que este se cortó solo. Por eso el arreglo es entre el Pro y Poli. Aunque tampoco queda muy claro cuáles son los terrenos que se van a ceder”, le dijo a NU un diputado porteño que conoce la iniciativa de ley.
El variopinto mosaico de proyectos que intenta aprobar el macrismo antes de fin de año se mostró tal cual es. Su votación requerirá acuerdos con la oposición. Y, como todos saben, en ese tipo de acuerdos nadie pierde. Todo voto tiene su precio. Lo que se dice realpolitik pura.