En el micro estadio de Ferro, en julio de 2013, el Pro cerró la campaña a senadores de la Ciudad de Buenos Aires y allí Gabriela Michetti instó a los presentes para que votaran a Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires. Qué paradoja. Los tiempos cambiaron y mañana sábado dirá absolutamente todo lo contrario probablemente a la misma gente.
No será la única dirigente que haya incurrido en contradicciones. Elisa Carrió, su buena amiga, hablaba pestes de Macri por esos días y mañana lo aplaudirá hasta romperse las manos. También estarán presentes Ernesto Sanz, Ricardo Alfonsín y otros dirigentes nacionales del espacio Cambiemos.
El Pro se encuentra amesetado en su crecimiento desde el affaire de Fernando Niembro, quién tuvo que renunciar a la candidatura de primer diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. Por más que la corrupción sea patrimonio de los argentinos y no sólo de esta fuerza, en Cambiemos estos temas penetran de un modo diferente.
Con la elección nacional sorprendida por el pase de Mónica López del massismo al sciolisimo, demostrando una cierta “empatía” entre los dos espacios políticos, el macrismo tratará de demostrar que justamente allí existe un camino común entre estas dos fuerzas y que son sólo ellos son los que aportan al cambio la voluntad política necesaria.
Gabriela Michetti hablará al público a las 15:30. La gran duda que persiste hasta este momento en Uspallata es la decisión de que hable también María Eugenia Vidal, aprovechando que el acto será televisado y que ella representa la única posibilidad que tiene Cambiemos de recortar la diferencia con el FpV, más precisamente en su pelea con Aníbal Fernández.
Mauricio Macri se mostrará un poco más agresivo tal como se lo han requerido sus asesores, buscará golpear para volver a arrancar el motor amarillo que se mostró últimamente con poca compresión.