El hombre tiene cada vez más enemigos. Y eso no es nada bueno, si se trata del jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Noticias Urbanas pudo saber, en exclusiva, que en los últimos días se produjeron numerosos despidos de agentes, que provocaron un gran malestar y un enojo inocultable contra el titular de la Agencia, Oscar Parrilli.
Los despidos tienen una causa añeja: la caza de brujas que se desató en el organismo contra todos aquellos que estuvieron relacionados con el exjefe de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia (SI), Antonio Stiuso.
“Stiuso es el enemigo número uno del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y todos los hombres relacionados con el, deben ser echados de la AFI. No hay ninguna posibilidad de negociación”, le dijo a Noticias Urbanas un agente que sobrevivió al cambio de nombre del organismo de la Inteligencia local.
La interna que vive la AFI recrudeció con la muerte del fiscal, Alberto Nisman. A partir de ese momento, Stiuso un leal a los K, pasó a ser su peor enemigo.
El lunes 26 de enero, Cristina decidió ponerle fin a la SI y crear la AFI. Y nombró a Parrilli como jefe y a Juan Martín Mena, un abogado camporista que venía del Ministerio de Justicia nacional, como subjefe.
A partir de ese momento La Cámpora tomó la Agencia por asalto, y ocupó los lugares de mayor poder de la AFI.
Eso determinó la llegada de nuevos agentes, relacionados con La Cámpora y la pérdida de poder de los leales a Stiuso.
Los despidos que acaba de realizar Parrilli se inscriben dentro de esa lógica. Sólo hay un problema: los echados no son estudiantes de un colegio religioso. Muchos ya piensan en la venganza.
El fin de semana pasado Parrilli encontró un papel con una amenaza en el baúl de su auto. Nadie sabe cómo no sonó la alarma del coche.
El mensaje que Parrilli lanzó con los despidos, también provocó un gran malestar entre los agentes históricos, que se sienten perseguidos y en muchos casos fueron apartados de los lugares de mando. De esa forma el fantasma de Stiuso se transformó en una mancha venenosa.
Por eso, nadie se puede equivocar si afirma que en la AFI, la casa no está en orden.