Festival por el derecho a la vivienda

Festival por el derecho a la vivienda

Inquilinos Agrupados realizó, en las puertas de la Legislatura, un recital contra los atropellos del mercado inmobiliario y la falta de políticas públicas que garanticen los derechos habitacionales.


La estampa de un Don Ramón gruñón, acaso molesto por la insistencia del Señor Barriga para que le pague la renta de la vivienda que habita en la vecindad más famosa de México, es también la estampa, todo un símbolo, de Inquilinos Agrupados (IA). Una organización que, el último lunes, en las puertas de la Legislatura porteña, festival mediante, hizo que la imagen mutara de posible estigma a probable emblema. Es que, en coincidencia con el Día Internacional del Inquilino, la organización llevó a cabo una actividad que incluyó performances actuadas y musicales, destinada a denunciar “los atropellos del mercado inmobiliario”. Además, sus miembros pidieron a los diputados porteños la creación de una ley que establezca una Defensoría del Inquilino, un espacio de asesoramiento y asistencia a quienes alquilan cuya cifra, solo en la Ciudad de Buenos Aires, rondaría el millón de personas. Gervasio Muñoz, de IA, expresó entonces que “los inquilinos no tienen un lugar adonde dirigirse ante los atropellos y abusos del mercado inmobiliario”, y también que la agrupación contempla “recibir reclamos de residentes de hoteles familiares y de pensiones, para promover la participación de la Ciudad en la proyección de sus derechos”. Es que, soltó una de las principales razones de tanta movida, uno de cada tres porteños alquila. Y las condiciones en que lo hace, claro, son el eje del reclamo.

Cuando Pamela Suárez decidió pasar la avenida General Paz y buscarse un departamento chiquito, cuyo alquiler le permitiese seguir estudiando Relaciones Públicas, se ubicó en Flores, en un monoambiente. Pero el trato fue por medio de una inmobiliaria y, según expresa, la jugada le salió bastante mal. “No conseguí lugar de dueño directo, me cobraron dos meses más de comisión además de todo el papelerío y sellado que siempre cobran”. Marcelo, Juan y María representan, por su parte, el testimonio de aquellos que pagan el ABL aunque la obligación, en teoría, corra por cuenta de los propietarios del inmueble de Palermo que habitan cerca de avenida Las Heras. Mientras la multifacética Rosario Bléfari daba su show, Liliana narraba a NU que al poco tiempo de mudarse al dos ambientes de Caballito en el que vive con su novio, tuvieron que responsabilizarse por la pintura nueva que tapara las manchas de humedad. “Pero era como querer tapar el sol con un dedo, el problema volvía. Fue más lo que renegamos con la dueña que lo que nos llevó encarar los arreglos que, por supuesto, no nos correspondían”, dice.

Sin embargo, las situaciones que atraviesa una persona que alquila su vivienda no se agotan en los dichos expuestos, sino que derivan, también, en depósitos que, con mil excusas, no se devuelven, en garantías con requisitos improcedentes y casi imposibles o en aumentos fraccionados y muy seguidos bajo la siempre rendidora excusa de la inflación. “Hoy alquilar es aguantar el maltrato, y esto no tiene que ser así. Nos organizamos porque queremos poner sobre la mesa los problemas de los que alquilan, y el Gobierno porteño nos tiene que escuchar”, manifestó el mismo lunes a Noticias Urbanas Gervasio Muñoz, referente del colectivo formado para poner freno al abuso inmobiliario, que sería también una de las formas de atender seriamente a la política pública de vivienda, uno de los históricos talones de Aquiles de la administración Pro.

Inquilinos Agrupados empezó brindando asesoría jurídica de manera gratuita a aquellas personas que pedían ayuda, y el lunes, mientras los artistas se sucedían en el escenario, hicieron lo mismo con quienes se acercaban a plantear inquietudes. “Hay que notificar todo por escrito. Es fácil: una hoja y la firma del propietario”, le explicaba Marcos Quintulen, otro integrante de la agrupación, a un joven preocupado por los problemas que tiene con el dueño del lugar que alquila. Y así, las consultas se multiplicaban, casi por efecto contagio: mismos problemas, mismas respuestas. “Lo que falta es, sin duda, una respuesta del Estado”, concluía, a modo de resumen, el militante.

“La Ciudad de Buenos Aires tiene dos récords: es el distrito del país que más inquilinos tiene y, a la vez, el que más viviendas vacías mantiene”, aseguró el legislador del Frente para la Victoria Fernando Muñoz, quien impulsó el proyecto de ley 3.381/14 que establece la creación de la Defensoría del Inquilino como “un organismo público que funcione en el ámbito de la Defensoría del Pueblo y que se encargue de asesorar, proteger y elaborar políticas públicas para los inquilinos”. Presentado en noviembre, aún espera tratamiento en comisión.

La iniciativa consiste, básicamente, en tres ejes: ayuda jurídica gratuita, recepción de reclamos e instancias de conciliación. Para concretar el trabajo en tal sentido, se pretende crear la Oficina de Atención a Inquilinos, que tendrá por objetivo “el asesoramiento y defensa de los inquilinos de locaciones residenciales y residentes en hoteles familiares y pensiones de la Ciudad de Buenos Aires”. Asimismo, busca sistematizar un registro voluntario de inquilinos y propietarios. La Defensoría está pensada, señala Muñoz, como un espacio donde las asociaciones de inquilinos y las inmobiliarias puedan sentarse a discutir un contrato tipo. “El mercado es muy exigente y la corporación inmobiliaria es muy fuerte. No cumple ni siquiera con la Ley 2.340, que es la que regula las comisiones que tiene que cobrar”, agrega.

Muñoz, a su vez, cuestiona las políticas públicas de la gestión de Mauricio Macri ante la problemática habitacional: “Cuando en enero el Gobierno de la Ciudad lanzó el programa ‘Alquilar se puede’, denunciamos que era un programa que ya existía, ya que había sido votado en 2010 y en 2011 se había implementado. El macrismo lo relanzó en plena campaña electoral”. El legislador del FpV también refiere que el Ejecutivo local “gastó aproximadamente 80 millones de pesos en publicidad para entregar nada más que diez créditos. ‘Alquilar se puede’ fue un fracaso”.

El festival del lunes se llevó adelante en el marco de una movilización que dio pie a las manifestaciones artísticas a partir de las 18, con el apoyo de los diputados Paula Penacca y Jorge Taiana, del mismo espacio que Muñoz, quienes avalan el proyecto legislativo. Además de la cantante oriunda de Mar del Plata, se presentaron Rodiyon Radio, que rapeó “Basta de mafia inmobiliaria”, el grupo de danza CID Danza, Sonora Porteña, artistas del Centro Cultural de la fábrica recuperada Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina (IMPA) y Sara Hebe, cuyo arte está íntimamente vinculado a la cuestión de la vivienda: “Asado de Fa”, justamente, habla de la resistencia de un grupo de vecinos de Almagro, de la calle Gascón, a quienes querían desalojar del edificio que habitaban.

Pasadas las 21, cuando la jornada llegaba a su fin, el stencil con el rostro fruncido del personaje que nunca llegaba a pagar la renta se cargaba de tinta, como se carga esta lucha que, según advierten, recién está empezando.

IA, algunos datos de interés

Inquilinos Agrupados es una organización que defiende a los inquilinos de la Ciudad de Buenos Aires, promueve la reforma de la ley de alquileres y lucha por un acceso a la vivienda más justo e igualitario. Brinda asesoramiento de forma gratuita en Emilio Lamarca 860, los jueves de 16 a 20, o a través del correo electrónico inquilinosasesoria@gmail.com. También tiene cuenta en Twitter y Facebook con nombre homónimo.

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