La apuesta de Rodríguez Larreta

La apuesta de Rodríguez Larreta

Por Antonio Lizzano

El futuro jefe porteño imagina su gestión en la Ciudad como superadora de la de Macri. Sus planes de gobierno. Los puentes con Scioli. El fantasma de Lousteau y el síndrome de Aníbal Ibarra.


La política es pragmática y hace de la infidelidad una norma. Los políticos encargados de gestionar lo saben mejor que nadie. Por eso, cuando después de una elección llega la hora de gobernar, solamente los que poseen una verdadera muñeca política sobreviven. Los demás hacen agua. Horacio Rodríguez Larreta se enfrenta al mayor desafío político de su vida. Y lo sabe.

De ahora en más, la construcción política dependerá de él y de nadie más. Los lineamientos del futuro gobierno porteño serán claves. Por eso, llegó la hora de imprimirle un giro a una gestión de ocho años, que, como es lógico, comenzó a desgastarse por el paso del tiempo.

Si Mauricio Macri no sobrevive a la elección nacional, el jefe ya no será el ingeniero sino Horacio Rodríguez Larreta. Si Macri gana, en cambio, será su intendente. Pero siguiendo esa línea, el actual jefe de Gabinete piensa darle un sesgo propio a su futuro gobierno. Y para que todo ese andamiaje termine siendo exitoso y Horacio sueñe con una posible reelección, la construcción política que haga será la base de todo.

Las elecciones presidenciales del domingo 25 de octubre también son fundamentales para lo que vendrá. El que llegue a la Casa Rosada influirá directamente en el Gobierno de la Ciudad. Pero a tan poco de la elección, y según lo que marcan las tendencias, se puede adivinar algo del futuro.

La situación interna del Pro variará mucho en caso de que Mauricio Macri acceda o no a la segunda vuelta. Si llega al balotaje, su figura no se verá tan perjudicada. En caso de que pierda en primera vuelta, la conducción del Pro sentirá los efectos. Aunque nadie lo diga públicamente, las miradas se posaran en los ganadores, y en el macrismo los ganadores serán pocos. El único con poder real en la actualidad es Larreta. Va a gobernar nada menos que la ciudad capital de la República.

También hay que ver lo que suceda con María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. Si gana, su figura estará por encima de todos y será el gran batacazo de la elección. Difícil. Pero aunque no gane, nadie duda de que conseguirá meter senadores y diputados provinciales que se convertirán en una dura fuerza opositora en la provincia de Buenos Aires. Y ese dato es muy importante. De esa manera, el peronismo deberá negociar las leyes claves con la oposición.

Entonces, si se diera un escenario de derrota nacional del Pro, con Macri fuera de la conducción por haber perdido, las nuevas figuras que emergerán serán la de Horacio y la de Vidal. Pero Larreta ya está puesto y, posiblemente, será el único en un máximo cargo ejecutivo.

Los planes de Horacio

“El cemento ya fue. En obra pública, en estos ocho años, se hizo casi todo. Así que hay que cambiar el eje de la próxima gestión. Para eso, va a ser fundamental la posible relación entre un eventual gobierno de Scioli y uno de Horacio. Porque se intentará avanzar en una autonomía más plena de la Ciudad con el traspaso de la policía y otras cosas. Horacio pondrá en primer lugar a la política, y eso será clave para gestionar, ya que en el último tiempo, Horacio fue el hombre de la gestión en la Ciudad”, le dijo un operador político del larretismo a Noticias Urbanas.

Aunque el traspaso de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana de la Policía Federal, con sus 53 comisarías, y la creación de un Ministerio de Seguridad, el cual podría ser conducido por Cristian Ritondo o por Guilermo Montenegro, será un paso importante de la nueva gestión, el traspaso por si solo no garantiza nada. La Policía Metropolitana no da rédito político, ya que el reclamo de la gente es de mayor seguridad. Además, el manejo de la Federal no es simple. Pero Horacio está convencido de aceptar el desafío porque esa será una manera de marcar una diferencia con el gobierno de Macri.

“La relación entre la Nación y la Ciudad cambiará totalmente si los mandatarios son Scioli y Larreta. Los puentes entre ambos ya están tendidos y eso llevará a una relación mucho más amigable y coordinada en temas que afecten a ambas jurisdicciones”, adelanta un operador sciolista porteño a NU.

Otro de los datos claves del gobierno de Larreta es que habrá cambios ministeriales importantes: “los Newman”, como son definidos los compañeros de colegio de Macri que ocupan cargos importantes, serán dejados de lado y sus puestos serán ocupados por larretistas puros. Larreta está convencido de que se acabó la época de los globos. Y que se hace necesario relanzar un nuevo esquema político del Pro en la Ciudad.

De esa manera, la nueva gestión se abocará a cinco temas claves: la seguridad, la salud, la educación, el transporte y la tecnología.

En el tema de la seguridad, como ya se mencionó, la clave es el traspaso y acoplamiento de la Policía Metropolitana (PM) a la Superintendencia de Seguridad Metropolitana de la Policía Federal. Para que esto pase, se debe acordar con Scioli o quien sea el futuro presidente. Si es Macri, se descuenta que todo será aun más simple.

La idea de Rodríguez Larreta es contar con una policía de 20 mil hombres, con una unidad especial de investigaciones con cinco mil uniformados más. La intención es contar con más de 1.400 policías en cada una de las 15 comunas.

El dato clave para que la transferencia se haga es el financiamiento. Y Scioli ya tendría decidido mandar la policía con los fondos necesarios para que funcione.

En el caso de salud, Larreta planificó la creación de cuatro nuevos Centros de Salud (Cesac), que se sumarán a los 43 que existen. Con esto cree que la situación de los hospitales de la Ciudad mejorará notablemente, ya que descomprimirá la cantidad de gente que allí concurre.

En la cuestión de la educación, Rodríguez Larreta prevé profundizar las evaluaciones locales de los estudiantes, elevar el nivel de los docentes y modificar los planes de estudios para incluir innovaciones pedagógicas. Las evaluaciones por escuelas serán claves para lograr mejoras.

En el área de transporte, lo principal será la construcción del metrobús transversal, que beneficiará a cerca de 200 mil pasajeros, con 11 kilómetros de extensión y uniendo los barrios de Palermo, Villa Crespo, Caballito, Boedo, Parque Chacabuco y Nueva Pompeya.

Por último, está el tema de la tecnología y la modernización, donde la principal medida inicial será que haya más wi-fi gratuito en sitios públicos.

El síndrome de Ibarra

Pero solamente con la gestión ya no se va a ningún lado. Hace falta política y, si es posible, de la buena. Dentro de dos años, en 2017, Horacio deberá enfrentar las elecciones de medio término, en las que se renovarán 30 de las 60 bancas de la Legislatura y también diputados nacionales por la Ciudad de Buenos Aires. Todo hace prever que Martín Lousteau se presentará para renovar la banca que tiene en el Congreso de la Nación. La postulación de Lousteau se convertirá en un problema grave para el Pro porteño, ya que ECO se beneficiará con esta candidatura y por el arrastre que tendrá en la lista de legisladores porteños. Para enfrentar a un Lousteau en alza, que amenazará con meter una gran cantidad de diputados porteños, Horacio tendrá que acercarse al Gobierno nacional. No le quedará otra salida.

“El escenario porteño será similar al de 2003, cuando, ante el crecimiento de Macri, Aníbal Ibarra debió contar con el apoyo de Néstor Kirchner para vencer al ingeniero en la segunda vuelta. Por eso, dentro de dos años, si Scioli es presidente, Horacio va a necesitar tener una gran muñeca política para arreglar con él y no sufrir el posterior abrazo de oso que soportó Ibarra con Néstor. En principio tiene que ganar, y luego no ser devorado por el inmenso poder del Gobierno nacional”, le dijo a Noticias Urbanas un dirigente larretista.

Si es como su círculo más cercano cree, Horacio asumirá su rol como nuevo jefe del Pro ante una eventual debacle de Macri, para consolidar luego su poder ante el peligro de Lousteau, y no le quedará otra alternativa que aliarse con Scioli.

La política es realista a ultranza, y lo que hoy parece descabellado, el día de mañana será lo más natural del mundo.

Por eso, su potencial político se pondrá a prueba y su capacidad de maniobra enfrentará su mayor obstáculo al tener que demostrar que esa alianza no lo perjudicará como le pasó a Ibarra. Para Horacio, dentro de dos años se jugará una verdadera final y su futuro dependerá del resultado que obtenga. Para que todo salga bien, sabe que debe ser previsor. Larreta cree en su capacidad de gestión y en su muñeca política y, aunque el futuro parezca complicado y sea impredecible, todo dependerá de sus acciones. Aunque la suerte siempre es caprichosa y muchas veces se niega a conceder los sueños más deseados.

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