No fue una reunión más. Los temas que se trataron en la comisión de Presupuesto de la Legislatura porteña provocaron cuestionamientos y roces de todo tipo. Pero la tensión llegó a su momento máximo cuando se cruzaron los legisladores Alejandro García (PRO) y Gabriela Alegre (FPV).
El miércoles a las 12, se reunieron los legisladores que integran la comisión de Presupuesto. El temario que debía tratarse era variopinto. Pero había cuestiones que el macrismo viene impulsando con el propósito de que sean aprobadas antes de fin de año.
Los principales temas que se trataron fueron el proyecto del Centro de Convenciones, la prórroga del Bus Turístico y el otorgamiento a la Universidad Torcuato Di Tellla (UTDT) de un permiso de uso onerosos del predio ubicado en la avenida Figueroa Alcorta 7310.
Funcionarios del Poder Ejecutivo concurrieron a la comisión para dar explicaciones sobre el proyecto del Centro de Convenciones. La idea es concesionarlo por 30 años.
El Centro de Convenciones, ubicado en la avenida Pueyrredón, le costó a la Ciudad 300 millones de pesos, por eso muchos legisladores no entienden por qué lo quieren concesionar. “Si se gastó tanta plata para ponerlo en funcionamiento, no se entiende por qué ahora se lo dan a un privado para que el negocio lo haga él”, le dijo a Noticias Urbanas un legislador de la oposición.
Los funcionarios del Ejecutivo aclararon que se va a licitar la concesión. Sin embargo, la legisladora de ECO, Paula Oliveto, señaló la falta de documentación técnica que respaldara el proyecto, mientras que por su parte, Aníbal Ibarra (FpV) y Maximiliano Ferraro (ECO) criticaron la idea de concesionarlo.
Ferraro manifestó que cuando el ministro de Desarrollo Económico porteño, Francisco Cabrera, presentó el proyecto de construcción del Centro de Convenciones prometió que no se iba a concesionar.
Ante las críticas, los funcionarios del Ejecutivo remarcaron que debían usufructuarlo y agregaron que el proyecto implicaba una inversión privada cercana a los 70 millones de pesos. Ahí se produjo otro cruce, ya que Ibarra dijo que desde el Ejecutivo le habían dicho que se trataba de 12 millones y no 70 millones.
En relación a la prórroga del Bus Turístico, hubo oposición por parte de Ferraro y José Campagnoli (FpV), ya que ambos señalaron que se modifica el objeto y las condiciones del servicio que actualmente brinda Flechabus, por lo que no es válida la propuesta del Ejecutivo. De esta manera, habría que volver a licitar el servicio.
Campagnoli remarcó además, que como esta prórroga terminaría adjudicando el servicio por más de 5 años, la misma debería ser votada por la Legislatura en doble lectura y por 40 votos.
Cuando llegó la hora del proyecto del Di Tella, sólo se trataron modificaciones menores. A pedido del legislador del Partido Socialista (PS), Hernán Arce, se incluyó que ONGs y organizaciones vecinales puedan dispones de algunos espacios del predio que se le otorgara a la Universidad Di Tella. Por último, se modificó el período de concesión que pasó de 30 a 20 años.
El proyecto del Di Tella y el del Bus Turístico fueron pasados a la firma, lo que significa que estarán disponibles para ser tratados antes de fin año por la Legislatura. Este no es un dato menor, ya que el macrismo esta muy interesado en que ambas iniciativas legislativas sean aprobadas antes de fin de año.
La pelea de fondo
Pero todavía había lugar para un cruce más. Todo sucedió cuando debía tratarse un proyecto de Alegre para otorgarle a la asociación civil “Grupo de Teatro Comunitario El Épico de Floresta” la tenencia a título precario y gratuito del polígono ubicado en Floresta.
El enojo de Alegre se produjo porque el PRO no firmó el proyecto. Cuando se dio cuenta de eso, encaró visiblemente enojada a Alejandro García.
“García, ¿podemos llegar bien a fin de año? Había un acuerdo para que firmaran esto y ahora no lo firman”, dijo a viva voz y para que todos la escucharan, la legisladora kirchnerista.
Ante el ataque y sin perder la calma, García replicó: “No había acuerdo y sólo lo puse en temario para hacer una consideración”.
Pero antes de que terminara la frase, Alegre lo vuelve a cruzar y le dice: “Acá los proyectos no se ponen a consideración. Si llegan hasta acá es porque hay acuerdo para que avancen”.
La discusión siguió un poco más sin que ninguno de los dos cambiara su postura. Como el PRO no acompañó el proyecto, Alegre decidió que el mismo vuelva a la comisión de asesores.