A menos de un mes para la segunda vuelta entre el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, y la figura de Cambiemos, Mauricio Macri, que definirá al sucesor de Cristina Fernández en la Presidencia de la Nación, lo que resta de la campaña hacia el 22N, al menos en lo relativo al actual jefe de Gobierno porteño, parece apuntar a reforzar lo conseguido, que no es poco, y a revertir esa diferencia de 2,53 puntos que el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires obtuvo el último domingo sobre el ingeniero.
“Es una obviedad, algo evidente, pero que requiere de un trabajo intensivo y extensivo, bien preciso, en pos de lograr que definitivamente Mauricio Macri se convierta en el presidente de los argentinos”, confió una fuente del Pro a Noticias Urbanas, en medio de su apuro por estar llegando demasiado tarde a una reunión.
El mapa proselitista que Mauricio Macri tendría delineado para los días que vienen bien podría encuadrarse, involuntariamente, en lo que el pensador francés Michel de Certeau afirmó con respecto a las trampas que pueden hacérsele a los ganadores: poner en juego, en un escenario estratégico, las mieles de la táctica. “Todavía estamos definiendo cómo será la campaña ante el balotaje. Lo que sí podemos sostener es que reforzaremos la comunicación y recorreremos los lugares en donde Daniel Scioli ganó. La idea es achicar diferencias, y si se puede ganar, mejor. Haremos eje en las propuestas”, cuenta, en ese sentido, otra fuente del armado de Cambiemos a NU.
Lo que no aclara, no obstante, es si las propuestas tendrán el vigor para anunciar que, por ejemplo, “hay que sentarse en lo del juez Griesa y hacer lo que pida”, como viene planteando Macri desde el año pasado; si rechazarán las iniciativas del orden de la de fertilización asistida en nombre de la libertad de conciencia, como sucedió con el pleno del bloque Pro en el Congreso en 2013, que se abstuvo de votar el proyecto, o bien, como anunció el expresidente de Boca en estas últimas horas, que de ser primer mandatario, a fin de año, propicie el traspaso de la Policía Federal a la órbita porteña, en sintonía con uno de sus caballos de batalla predilectos: la lucha contra la inseguridad. Sin nombrar, claro, que posiblemente Lilita Carrió llegue a ser jueza de la Corte Suprema o la nueva procuradora, de conseguir el aval parlamentario necesario que permita promover tamaña determinación, “para investigar los crímenes de corrupción del kirchnerismo”.
Sin duda, hasta la veda del viernes 20, Mauricio Macri tiene mucho para ganar. Y esa esperanza parte, en principio, de la performance positiva que su espacio encarnó de las PASO hasta aquí: del 30,07 que Cambiemos obtuvo en agosto (considerando el 24,28 por ciento conseguido por el propio Macri, más el 3,45 de Sanz y el 2,34 de Carrió), la diferencia de 8,34 puntos en relación a Daniel Scioli, quien resultó primero también en las primarias, el último fin de semana se achicó escandalosamente. Así, entre los 9.002.242 de votos obtenidos por el candidato del kirchnerismo (un 36,86 por ciento) y los 8.382.610 sufragios obtenidos por el líder de Pro (un 34,33 por ciento), son solo 619.632 votos.
“Conseguir ese número es difícil, pero no imposible. De todos modos, vamos por los votantes de Stolbizer, los de Massa, los independientes que no se sienten representados por este gobierno, los indecisos e, incluso, por qué no, por los de la izquierda, que desoirán el llamado de Del Caño a votar en blanco”, suelta otra fuente consultada por este medio. Y agrega: “No nos vamos a guiar por las encuestas, después de lo que pasó en la segunda vuelta porteña y lo que fallaron los pronósticos este mismo domingo en las elecciones presidenciales y en la Provincia”.
Si uno de los ejes de lo que resta de campaña será la comunicación, qué mejor que la vidriera de los debates emitidos por múltiples medios y viralizados por las redes sociales. Ese aspecto, por lo demás, ya está definido: el miércoles 11 habrá una nueva contienda discursiva en el clásico de la señal TN, A dos voces, en la que Scioli y Macri se encontrarán cara a cara para discutir propuestas y posicionamientos. Pero no solo eso: el 15, es decir, el domingo posterior a ese encuentro, nuevamente en la Facultad de Derecho, los candidatos seguirán practicando el arte del ida y vuelta verbal. Justamente, el coordinador general de la novedad, Hernán Charosky, aseguró en las últimas horas que el equipo de Argentina Debate se reunirá en los próximos días con los grupos de campaña de los dos candidatos para conversar “sobre los detalles y la metodología a emplear en esta instancia”.
Aunque los popes del macrismo no hayan sido históricamente virtuosos en el manejo de la palabra, hasta Gabriela Michetti se ha animado a apurar al segundo en la fórmula que impulsa Cristina, Carlos Zannini. “A mí me parece una buena posibilidad un debate, para que conozcamos más a Zannini y que nos vean actuar a los dos juntos para que la gente evalúe quién tiene más condiciones para el ejercicio del diálogo y el consenso. En la campaña para la primera vuelta ya lo había solicitado y no tuve respuesta. Yo siempre debatí, así que encantada lo hago en cualquier lugar, en cualquier ámbito”, declaró Michetti.
El gabinete
Quien hasta hace un mes era número fijo en cuanto a su lugar en la estructura de un posible gobierno de Cambiemos encabezado por Mauricio Macri, por estas horas tiene la estabilidad de una ficha de dominó en fila con otras, o la certeza, en todo caso, de que puede ser movida como en un juego de damas. El motivo no solo radica en los resultados que Macri cosechó el domingo en las presidenciales, sino, sobre todo, en la impensada victoria de María Eugenia Vidal en territorio bonaerense. Y la preocupación acerca de la asignación de cargos no es privativa de las ligas mayores de la coalición: el electo jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, teme, por su parte, que la composición de su gabinete quede diezmada por el lógico éxodo de funcionarios hacia la administración de la Provincia o, si el destino de los comicios es óptimo para Cambiemos, en dirección a Casa Rosada.
En septiembre, por caso, Mauricio Macri daba cuenta de que el titular de la UCR, Ernesto Sanz, ocuparía el Ministerio de Justicia a partir de diciembre y que el actual responsable de la cartera educativa local, Esteban Bullrich, iría al Palacio Pizzurno. En tanto, Guillermo Dietrich, subsecretario de Transporte del GCBA y, como tal, impulsor del metrobús en la Ciudad, se desempeñaría en la misma área a nivel nacional. Por otro lado, el secretario de Energía sería Juan José Aranguren (ex-CEO de Shell); el Ministerio del Interior quedaría a cargo de Emilio Monzó y, lo que no sonaba tan disparatado como un alto puesto judicial, Carrió sería ungida como embajadora en España o Francia.
La secretaría general, a su vez, había sido propuesta a quien desempeña ese rol en la jurisdicción porteña, Marcos Peña, mientras que el Banco Central podría ser dirigido por el actual presidente del Banco Ciudad, Rogelio Frigerio. Además de los consabidos lugares destinados a la UCR (se habló mucho, en tal sentido, de la Cancillería), se sabe que Macri contaba con Mariana Zuvic, santacruceña candidata al Parlasur y cara visible de la campaña antifueros, para combatir el narcotráfico. Asimismo, tenía en cuenta a Ocaña, Aranguren y Triacca. Alfonso Prat-Gay, por su parte, se ofreció hace tiempo como colaborador de la gestión en el rubro económico-financiero.
A la luz de la última contienda electoral, se sabe que María Eugenia Vidal no irá a Desarrollo Social, como estaba previsto, y Ritondo, según se explica en Cambiemos, dejaría su Mataderos querido para desenvolverse en Provincia, en el plano de la seguridad. Bullrich, en tanto, supone un tema aparte: de acuerdo a varias versiones, iría a Agricultura, reflejando un gesto político del macrismo más puro al campo, en función de las medidas que Macri tomaría de asumir en diciembre: la eliminación de retenciones al sector agrario y la liberación de trabas a las exportaciones. Y no es casual que Bullrich haya sido dispuesto en ese papel, ya que hasta el año pasado fue el coordinador de la Mesa Agroindustrial de la Fundación Pensar.
Así las cosas, luego del sorpresivo triunfo de María Eugenia Vidal, es probable que la decisión de llevar el gabinete porteño a Nación no pueda concretarse del todo, aun a pesar de pretender la modificación de la ley de ministerios para poder crear nuevas oficinas y organismos.
Algunas propuestas
• Educación. Aumento de la cobertura del nivel inicial en salas de 3 y 4 años; incremento de la oferta de escuelas primarias de jornada extendida o completa; fortalecimiento de la enseñanza de idiomas, de cálculo y de educación digital desde el nivel primario.
• Salud. Ampliación del acceso equitativo a servicios de salud integrales; fortalecimiento de la rectoría y la gobernanza de las autoridades sanitarias; aumento y mejora del financiamiento con equidad y eficiencia; fortalecimiento de la coordinación multisectorial para abordar los determinantes sociales de la salud.
• Trabajo. Aplicación del Plan Primer Empleo para los jóvenes; creación de un millón y medio de empleos privados en cuatro años; combate al empleo en negro (cuando el empleador no hace aportes a la seguridad social).
• Economía. Tipo de cambio libre; fortalecimiento de las economías regionales; eliminación de impuestos llamados “distorsivos”, como las retenciones; mantenimiento de los subsidios; negociación con los fondos buitre.
• Infraestructura. Lanzamiento de un Plan Nacional de Infraestructura; construcción de tres autovías; rehabilitación de cinco trenes de carga; extensión de la red de agua.
• Adultos mayores. Remedios gratis para los jubilados que cobren la jubilación mínima; reforma del Programa de Atención Médica Integral.
• Vivienda. Provisión de una casa para cada familia argentina; urbanización de 800 asentamientos, donde viven 240 mil familias, en ocho años; entrega de 750 mil escrituras (títulos) a familias para que sean dueñas legítimas de sus casas; un millón de créditos hipotecarios con cuotas similares a las de un alquiler.
• Inclusión social. Extensión de la Asignación Universal a los hijos de los monotributistas y otros que no la cobran; ingreso universal para adultos mayores; desarrollo de una Red Nacional de Centros de Primera Infancia; presencia del Estado en los lugares en situación de pobreza extrema.
• Seguridad. Reducción de las tasas delictivas; recuperación de la presencia integral del Estado en todo el territorio; desarrollo de un sistema integral de estadísticas criminales; reformulación del Sistema de Seguridad Interior.
• Política exterior. Resolución de las trabas a movimientos financieros y comerciales; reducción de la permeabilidad de las fronteras y aumento del control efectivo del espacio aéreo y marítimo para enfrentar las nuevas amenazas que plantean el narcotráfico y el terrorismo internacional; equilibrio de las relaciones internacionales; relanzamiento de las relaciones con los países vecinos.
