Tras las elecciones del pasado domingo, la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner encabezó un acto en la Casa Rosada y allí se refirió al futuro balotaje que enfrentará al candidato oficialista, Daniel Scioli, y al candidato de Cambiemos Mauricio Macri.
La Presidenta reivindicó el sistema actual de votación, con boletas en papel y luego se refirió a los dichos previos sobre posible fraude: “Que curioso, cuando los resultados son mejores de los esperados, como por arte de magia desaparecen todas las denuncias. ¿Entonces no había problemas de fraude? No, lo que había era temor de no lograr la voluntad popular”.
“¿Es sólo un nuevo presidente lo que vamos a elegir? No creo que sea así. Un presidente representa un modelo y las políticas de un país”, dijo. En ese sentido, defendió medidas de la gestión del kirchnerismo.
Luego se refirió a los debates presidenciales y abogó porque éstos incluyan archivos fílmicos de las posiciones de los candidatos en el pasado, para exponer los cambios de discurso.
Luego, se dedicó a criticar a la candidata a vicepresidenta de Cambiemos, Gabriela Michetti, y su cambio de opinión en cuanto al matrimonio igualitario.
“Nosotros, con nuestros errores, defectos y equivocaciones, somos lo que somos. Pero somos, no somos un día una cosa y otro día otra. Que nadie se disfrace de lo que no es”, apuntó.
Luego, la Presidenta se dirigió a los patios de la Casa Rosada para hablarle a la militancia kirchnerista, que acudió en buen número y colmó tanto el interior como el exterior de la casa de Gobierno.
Sé que muchas veces la confrontación, el debate no les gusta a todos. Argentinos, no nos asustemos del debate y la confrontación, en tanto lo hagamos democráticamente”, dijo. Y llamó a los argentinos a ser “responsables de su voto”.
En su discurso, la jefa de Estado recordó que en 2010 vetó la ley que implementaba el 82% móvil para los jubilados, una medida que esta misma tarde Scioli se comprometió a realizar si es elegido presidente. “Después de hacerlo me votó el 55% de los argentinos, porque no comen vidrio. Yo no les miento”.
Más tarde, desde un balcón dirigiéndose a las militancias, dijo: “Los nombres no importan, importan las políticas”. “No quiero a ningún militante hablando mal de otro: lo quiero explicándole a la gente que estas cosas no son magia, que no se mantienen porque sí, que si se cambian las políticas, que si se deja atrás una política de industria nacional y defensa del trabajo, no sólo los obreros se van a quedar sin trabajo”, añadió.
