Personal de la Prefectura Naval y de la Aduana terminarán de relevar esta tarde la totalidad de los más de 10.800 contenedores que hay en el puerto de Buenos Aires. El operativo fue dispuesto por la justicia en lo penal y económico, luego de que el viernes se comprobara la existencia de una sustancia presumiblemente peligrosa en el interior de diez de ellos.
Hasta el momento, alrededor de siete contenedores fueron considerados "dudosos" por la Prefectura, debido al largo tiempo de permanencia que tienen en el puerto.
"Son los que están desde hace más de tres meses", aclaró el Prefecto Principal Aníbal Albertario. El oficial indicó que el plazo máximo de permanencia de mercaderías en las terminales establecido por la ley es de quince días, pero que, debido a los efectos de la devaluación, hay mucha mercancía que quedó varada desde hace un mes y medio.
Los contenedores sospechados no forman parte de un grupo sino que están diseminados en todo el puerto y aún no se conocen las causas de su larga estadía. "Si usted tiene un automóvil, difícilmente lo deje abandonado. Lo mismo sucede con los contenedores. Si están abandonados es porque hay algo que no está claro", argumentó Albertario.
Precisamente para esclarecer las cosas, una vez terminado el relevamiento físico, los cuerpos de Delitos Económicos y de la Dirección de Protección del Medio Ambiente de la Prefectura, junto con el personal de la Aduana, cruzarán la información de los documentos manejados por los barcos, por el despachante de Aduana y por la Aduana propiamente dicha, para determinar si hay irregularidades o diferencias entre ellos. "Si la investigación documental no nos da una respuesta satisfactoria, le daremos intervención al juez, que dictaminará si los contenedores dudosos se abren o no", afirmó el Prefecto.
La carga en estudio es de procedencia extranjera, pero aún no se pudo averiguar la identidad de los propietarios de las compañías exportadoras.
DIEZ CONTENEDORES CON UNA SUSTANCIA POSIBLEMENTE PELIGROSA
El viernes pasado el juez Marcelo Aguinsky ordenó la apertura de diez contenedores ubicados en la terminal 5 del puerto porteño, por existir la posibilidad de que en su interior hubiera sustancias tóxicas o peligrosas.
"Un miembro de la policía aduanera notó que había diez contenedores cuya documentación era ambigua respecto de si tenía en su interior material peligroso o no", relató Albertario. El oficial naval aseguró que éstos estaban ubicados en un lugar destinado a las mercaderías comunes.
A partir de la sospecha, el juez ordenó la apertura de los contenedores y se descubrió en su interior un material granulado. Actualmente, se están realizando estudios en los laboratorios de la Aduana y de la morgue judicial para identificar la sustancia.