Con la designación de Martín Lousteau como futuro embajador en los Estados Unidos, Mauricio Macri le allanó la gobernabilidad en la Ciudad a Horacio Rodríguez Larreta y le facilitó enormemente su futuro. En las últimas elecciones porteñas, la figura del exministro de Economía había logrado aglutinar en el balotaje un caudal que lo dejó a casi tres puntos del electo jefe de Gobierno. Y si bien el espacio de Lousteau era aliado del macrismo a nivel nacional, en territorio porteño su fuerza se convertía en una alternativa que podría disputarle el poder con amplias chances a mediano plazo, sobre todo si ratificaba su performance en las próximas elecciones legislativas de 2017.
La jugada de Macri no solamente le quita un oponente del medio a su delfín porteño, sino que, prácticamente, le regala el manejo de la Legislatura debido a que, a partir de este acuerdo, los legisladores de ECO quedan al borde de su incorporación (formal o informal) a la fuerza amarilla o de la diáspora.
El último martes, Macri y Lousteau se habían encontrado en un hotel céntrico para hablar del futuro político y económico del país, según dieron a conocer a los medios. Al día siguiente, el presidente electo anunció su decisión luego de reunirse con Marcos Peña y la futura canciller, Susana Malcorra.
En plena campaña electoral, Lousteau reveló que en más de una oportunidad, el macrismo le había ofrecido cargos nacionales y en la Ciudad, pero que desistió por “cuestiones ideológicas”. Ahora no tuvo empacho en aceptar su designación, dejándolo a Larreta en una situación inmejorable.
El ascenso del nuevo equipo porteño
El domingo 19 de julio, Horacio Rodríguez Larreta estaba eufórico. Luego del susto inicial por la estrecha diferencia con la que le había ganado el balotaje a Lousteau, el electo jefe de Gobierno porteño cumplía uno de sus sueños más deseados: suceder a Mauricio Macri en el poder.
Las elecciones presidenciales del 25 de octubre todavía parecían lejanas y por aquel entonces las encuestas daban como favorito a Daniel Scioli en la Nación y a Aníbal Fernández en la provincia de Buenos Aires.
Con esos números, muchos creían que, en Pro, el ganador electoral del año iba a ser Rodríguez Larreta, ya que, aunque confiaban en que María Eugenia Vidal haría una buena elección en la Provincia, pocos pensaban que iba a dar el batacazo y ganarle al peronismo. Y el futuro presidencial de Macri era aún muy incierto.
Por eso, Horacio se imaginó un gabinete de lujo para su futuro gobierno. Su idea tenía cierta lógica debido a los pronósticos electorales. Pero la realidad tenía otros planes.
El domingo 25 de octubre todo cambió. María Eugenia Vidal ganó la provincia de Buenos Aires. Eso fue el preludio de lo que vendría. La marea amarilla era imparable. Ese triunfo tuvo un plus: la escasa diferencia entre Scioli y Macri en las presidenciales, hecho determinante frente al balotaje del 22 de noviembre. Los casi tres puntos de diferencia entre el primero y el segundo y el inesperado triunfo en territorio bonaerense transformaron el escenario. Y los pronósticos electorales para el balotaje colocaron a Macri como el favorito para llegar a la Casa Rosada.
El 22 de noviembre, Macri ganó la segunda vuelta y se convirtió en el nuevo presidente de la Nación. Los triunfos de Vidal y Mauricio terminaron trastocando los planes que tenía Rodríguez Larreta para su gabinete. A partir del triunfo de Macri, la prioridad era la Nación.
El Pro es básicamente un partido que tiene su centro de poder y de cuadros en la Ciudad. La conformación de los gabinetes de Mauricio y María Eugenia lo confirmó plenamente. De esa manera, hubo una marcada mudanza de funcionarios porteños a la Nación y a la provincia de Buenos Aires.
La lista de funcionarios de la Ciudad que pasaron al gabinete de Macri es extensa: Marcos Peña, Carolina Stanley, Esteban Bullrich, Andrés Ibarra, Rogelio Frigerio, Francisco Cabrera, Guillermo Dietrich, Fernando de Andreis, Hernán Lombardi y Pablo Avelluto.
A esos hay que sumarles los que se sumaron al gabinete de Vidal: Roberto Gigante, Edgardo Cenzón y los legisladores Federico Salvai y Cristian Ritondo.
Por último, está el caso del ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti, que resultó electo intendente de Lanús.
Eso sucedió con los puestos más importantes, pero también pasaron a Nación secretarios; subsecretarios, como el caso del de Educación, Alejandro Finochiaro; importantes funcionarios del Banco Ciudad, como el exgerente general del Banco, Hernán Lacunza, que pasó a Provincia, y Juan Curuchet al Banco Provincia, y hasta el procurador general de la Ciudad, Julio Conte Grand, se fue a Nación para ser el nuevo secretario legal y técnico.
Ante esa fuga, Horacio debió cambiar el plan original sin perder el objetivo que se había trazado: tener el mejor gabinete posible.
Los nombres que se vienen
El anuncio fue cambiando de fecha. En principio trascendió que iba a realizarse el jueves pasado, luego el lunes, después pasó al martes y finalmente el miércoles se anunció oficialmente que este jueves, a las 11, en La Usina del Arte, el electo jefe de Gobierno de la Ciudad dará a conocer su equipo de ministros.
Al cierre de esta edición, el gabinete aún no estaba confirmado. Sin embargo, Noticias Urbanas tuvo acceso a los nombres de los que ocuparán los lugares claves de la gestión que arranca el 10 de diciembre.
Hay tres funcionarios, muy cercanos a Larreta, que tendrán un rol importantísimo en el nuevo gobierno: Felipe Miguel, que será el jefe de Gabinete; Franco Moccia, que será el ministro de Desarrollo Urbano, y Eduardo Macchiavelli, que será el ministro de Ambiente y Espacio Público.
En el gabinete también estarán Martín Mura (Hacienda), Soledad Acuña (Educación), Guadalupe Tagliaferri (Desarrollo Social), Martín Ocampo (Justicia y Seguridad), Bruno Screnci Silva (Gobierno), Juan José Méndez (Tránsito y Transporte), Andy Freire (Desarrollo Económico) y Marcelo Nachón (Medios).
Larreta recurrió a figuras de peso en las segundas y terceras líneas del Gobierno de la Ciudad, que vienen trabajando desde hace años y que conocen al dedillo el funcionamiento del Estado porteño. Por eso confía en ellos para los puestos más importantes.
“Horacio está convencido de que muchos de los técnicos y los funcionarios que vienen trabajando desde hace tiempo en las distintas áreas asumirán sus nuevas responsabilidades de la mejor manera. Nombrar a los que estaban debajo de los que se fueron es asegurar que las cosas sigan funcionando tan bien como hasta ahora. Esa es la premisa de Larreta”, le dijo a Noticias Urbanas un legislador del Pro.
Para Horacio la transición no será un problema. Solamente cambiarán muchos nombres en el gabinete, pero la marcha de la gestión no se detendrá, así como tampoco lo hará el Pro en la Legislatura porteña.
Todo el poder a los más leales
Moccia, actual subsecretario de Planeamiento y Control de Gestión del Gobierno de la Ciudad, es uno de los hombres más cercanos a Rodríguez Larreta. Originalmente, iba a ocupar la Jefatura de Gabinete y fue el funcionario elegido por Horacio para ir a defender el Presupuesto 2016 en la Comisión de Presupuesto de la Legislatura. Moccia se tuvo que enfrentar a los legisladores para explicarles que por primera vez no habría ronda de ministros y que la ley de leyes debía ser aprobada a la brevedad.
Enviarlo fue un claro mensaje que revalidó la confianza que tiene en Moccia para las tareas complicadas. Por eso, en los últimos días, decidió que Moccia fuera a Desarrollo Urbano, para reemplazar a Daniel Chain, ya que tiene previsto que esa área eleve el perfil durante su gestión y para eso necesita a un hombre de su extrema confianza.
De esa manera, Felipe Miguel, que actualmente lidera el grupo de asesores de la Jefatura de Gabinete, que todavía tiene a su cargo Larreta, pasará a ser el jefe de Gabinete. Miguel es otro de los más cercanos y, por eso, tendrá mucha influencia en el Gobierno porteño que se viene.
Macchiavelli completa el trío de funcionarios que tendrán más poder en el gabinete de Horacio. Actualmente, es secretario de Gestión Comunal y Atención Ciudadana; de él depende la relación del Gobierno con las 15 comunas de la Ciudad. Será el futuro ministro de Ambiente y Espacio Público. En ese cargo estaba Edgardo Cenzón, que pasará a ser el ministro de Infraestructura de Vidal.
“Moccia, Miguel y Macchiavelli integran la mesa chica de Horacio. Los cuatro mantuvieron reuniones para definir los cargos del futuro gabinete. Eso muestra a las claras quiénes serán los funcionarios claves de la administración que viene”, le dijo a Noticias Urbanas un importante funcionario porteño.
Martín Mura fue el elegido para hacerse cargo de Hacienda. Actualmente, es el secretario de Gestión y Administración Económica del Ministerio de Hacienda. Es un hombre de absoluta confianza de Grindetti y viene trabajando en su equipo económico desde hace años. En el escalafón jerárquico del Ministerio es el número tres detrás de Grindetti y Gigante. Ante la partida de ambos, su ascenso era lo más lógico.
Juan José Méndez, que se hará cargo de Transporte, tiene una historia similar a la de Mura. Maneja la Subsecretaría de Transporte y, en los hechos, era el número dos de Guillermo Dietrich, quien pasará a hacerse cargo de esa área a nivel nacional.
El caso de Marcelo Nachón sigue la misma lógica: es el segundo de Miguel de Godoy en el área de Medios. Con la partida de este a la Afsca, Nachón ocupará el lugar que le dejará vacante en la Ciudad.
Los cargos y las políticas futuras
El Ministerio de Justicia y Seguridad era un lugar que Horacio consideraba crucial para su gestión. En principio, y debido a los planes de futuro traspaso de la Policía Federal a la Ciudad, se pensó en desdoblarlo y que Seguridad adquiriera rango ministerial para dedicarse exclusivamente a la nueva policía. Sin embargo, durante el último fin de semana, Larreta decidió no desdoblarlo y que el actual fiscal general de la Ciudad, Martín Ocampo, se hiciera cargo de la cartera.
Otro ministerio clave es el de Gobierno. Uno de los armadores políticos de Macri en el interior del país fue quien hasta el 10 de diciembre ocupará esa cartera, Emilio Monzó. A partir de esa fecha, será diputado nacional por la provincia de Buenos Aires y muy posiblemente presida la Cámara de Diputados de la Nación. Su lugar en la Ciudad lo ocupará Bruno Screnci, un hombre históricamente cercano a quien será el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, y que actualmente se desempeña como subsecretario de Asuntos Políticos de la Ciudad.
Fuentes consultadas por NU anticiparon que el Ministerio de Gobierno que manejará Screnci “abarcará más áreas que en la actualidad, con más responsabilidades, y sumará organismos interjurisdiccionales, transferencias de competencias y avanzará con la reforma política”.
Las mujeres que tendrán a cargo ministerios importantes serán dos.
Gaudalupe Tagliaferri pasará del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes a conducir el Ministerio de Desarrollo Social, que dejará Carolina Stanley cuando emigre a la Nación para comandar la cartera homónima. Por su parte, Soledad Acuña pasará de la Subsecretaría de Equidad Educativa a ser la titular de Educación, con la partida a la Nación del actual ministro Esteban Bullrich, quien, como Stanley, también conducirá la misma área pero a nivel nacional.
La idea de Horacio fue armar el gabinete sin desarmar la Legislatura, para que los actuales legisladores del Pro puedan continuar en sus bancas cumpliendo el rol político de aprobar las leyes que el Ejecutivo manda.
“Si echaba mano a legisladores para cargos ministeriales iba a terminar desarmando el buen funcionamiento legislativo del oficialismo, y esa no era su intención. Horacio quiere seguir aprovechando la experiencia que tienen varios de ellos para timonear y hacer avanzar proyectos complicados”, explicó a este medio un diputado porteño del macrismo.
Para Larreta será clave que tanto el gabinete como el bloque de legisladores del Pro trabajen en sintonía.
Al concurrir a la Comisión de Presupuesto, Moccia dejó en claro cuáles serán los tres ejes principales del gobierno que se viene: Convivencia y Seguridad, Escala Humana e Innovación y Creatividad. A eso se sumará el crecimiento que tendrán las áreas de Educación y Salud, las cuales verán aumentado su presupuesto para el año que viene en un 29 y 37 por ciento, respectivamente.
Horacio sabe mejor que nadie que su futuro político dependerá, en buena medida, de la tarea que realicen sus ministros. Por eso no hay lugar para los errores. Los elegidos deberán ser los mejores. En caso contrario, ni el plan más perfecto podrá llevarse a cabo.