La asunción de Mauricio Macri como presidente plantea nuevos desafíos e interrogantes para la Argentina, tanto en los modos en que se tejerá la política en los próximos años como en el alcance de los cambios que podría haber en el país luego de doce años de kirchnerismo.
Ante el nuevo escenario sociopolítico, la médica psiquiatra y psicóloga social Diana Kordon consideró que “hay una sensación de alivio” en gran parte del cuerpo social tras la salida de Cristina Kirchner, pero se animó a lanzar una advertencia sobre el flamante jefe de Estado: “Macri no tiene un cheque en blanco”.
Líder del Equipo de Trabajo e Investigación Psicosocial (Eatip) y excoordinadora del Equipo de Asistencia Psicológica de Madres de Plaza de Mayo, Kordon se mostró en esta entrevista con Noticias Urbanas muy crítica con la herencia política, social y económica que deja el kirchnerismo y puso reparos sobre el flamante gobierno macrista. En un intento de trazar un perfil psicológico de la ahora expresidenta y del nuevo mandatario, dijo que Cristina se consideraba un centro único y excluyente con aspiración a perpetuidad en el poder y que Macri se muestra públicamente como un hombre común y corriente, aunque también exitoso, de pocas palabras, orden y ejecutividad. También puso en perspectiva la coyuntura social en medio del traspaso presidencial entre el FpV y Cambiemos: “No creo que la Argentina esté partida en dos”.
–¿Cómo analiza el cambio de gobierno?
–Yo entiendo que efectivamente se cerró un ciclo y entramos en otra etapa. Ahora habrá que ver las medidas y las formas que asuma el nuevo gobierno.
–¿Genera expectativa el gobierno de Macri?
–Veo la situación próxima con mucha preocupación. Macri y el kirchnerismo expresan distintos grupos concentrados de poder. Acá el problema es que se eludieron durante la campaña electoral el análisis y propuestas en relación a los grandes problemas de la Argentina. Problemas que tampoco fueron resueltos por el kirchnerismo.
–¿Como cuáles?
–Hubo un proceso de concentración económica y de desnacionalización creciente. No se resolvieron, por el contrario, se profundizaron, los déficits en vivienda, educación, salud y cuidado del medio ambiente. Hubo violaciones de derechos humanos, se criminalizó la protesta social, más allá del logro que significaron los juicios a los genocidas de la dictadura. También se intensificó la brecha de la desigualdad. La inflación se fue comiendo los salarios logrados en paritarias. Un problema gravísimo es la instalación del narcotráfico, con la concomitante participación y complicidad estatal.
–¿Usted no rescata nada del kirchnerismo?
–Sí, ciertas medidas, como por ejemplo la Asignación Universal por Hijo, la política contra el ALCA, la legislación sobre género, la anulación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Fueron avances puntuales, pero en el marco de una política entreguista enmascarada en un relato “nacional y popular”. No se apuntó a resolver los problemas de fondo del país. Tampoco creo que la situación ahora mejore. Macri armó un gabinete con ministerios en manos de CEO de grandes empresas y de multinacionales. Entonces, yo veo con escepticismo la promesa de que las condiciones de vida de las mayorías mejoren.
–Macri parece haber optado por un gabinete más de especialistas que de políticos.
–El hecho de que sean CEO es muy simbólico. Si hay un ajuste, ¿sobre quién va a recaer? Seguramente los más afectados serán los sectores más desposeídos, los trabajadores, las capas medias.
–En su discurso de asunción, Macri ratificó su promesa de “pobreza cero”.
–Es una muy buena consigna, pero hay que ver cuáles son las medidas concretas que toma. Si realmente quiere pobreza cero tendrá que tocar intereses muy fuertes, y no creo que esté dispuesto a hacerlo.
–¿Por qué la mayoría votó a Macri?
–En las elecciones, gran parte vota buscando la resolución de sus propias necesidades y problemáticas. También creo que la mayoría quería un cambio de modos. Había un hartazgo social, un profundo malestar. Hartazgo ante la corrupción, los negociados, los manejos autoritarios y el tratamiento como enemigos a los no compartían la política del grupo hegemónico.
–¿Con el nuevo gobierno cambió el humor social?
–Percibo en muchos una sensación de alivio. Pero la situación es compleja. Hay quienes tienen grandes expectativas de cambio, quienes no las tienen pero querían que terminara el ciclo K y también quienes están de duelo. En estos días hay un clima emocional particular. No creo que haya un cheque en blanco hacia el gobierno de Macri, sino exigencias. Y esas exigencias pueden ser el contenido de acciones de protagonismo social.
–¿El kirchnerismo deja a la Argentina dividida?
–No creo que la Argentina esté partida en dos. Eso es una cuestión coyuntural que fue impulsada por el kirchnerismo. La gran mayoría tiene anhelos y necesidades comunes y pienso que esto puede ayudar a que se reconfigure el mapa social.
–¿De algún modo, la polémica por el traspaso presidencial es una muestra de esa división que generó el kirchnerismo?
–En el traspaso, Cristina dejó en claro su estilo.
–¿Cuál es el estilo de la ahora expresidenta? ¿Cuál cree que será su papel en el futuro próximo?
–Creo que a cualquiera que esté en situación de poder le es difícil desprenderse. Es un tema especialmente relevante en Cristina Fernández, porque ella no se consideró una representante, sino el centro, un centro único y excluyente. Su aspiración a perpetuidad es muy fuerte. A pesar de esas marcadas características, no comparto la idea de medicalizar las actitudes de la expresidenta. Ahora aspira a convertirse en jefa de la oposición peronista, en un momento en que en el peronismo hay una gran conmoción y un gran debate interno, incluida la definición de los liderazgos de ese gran movimiento histórico. Creo que su despedida fue una señal hacia sus propias fuerzas más que hacia el conjunto de la sociedad.
–¿Y cómo es Mauricio Macri psicológicamente?
–Se presenta públicamente como un hombre común y corriente. También exitoso. Responde al perfil de los ingenieros, de pocas palabras, orden y ejecutividad. Construyó una imagen de moderación que le sirvió frente a los niveles de arbitrariedades del kirchnerismo. Así generó condiciones para construir consenso favorable. También el sello Cambiemos logró captar el anhelo colectivo de cambio. Pero habrá que ver cómo es de acá en más. Y lo fundamental son los intereses que representa. Insisto: soy muy escéptica respecto de la política que va a implementar.
En primer plano
• Un restaurante. Las Parrillitas del barrio de Congreso.
• Una comida. Las pastas y los dulces.
• Un lugar porteño. El café Los Angelitos y el café Tortoni.
• Una figura histórica. Juan José Castelli, Mariano Moreno, Manuel Belgrano y José de San Martín.
• Una frase. “El único objetivo de la ciencia es aliviar los padecimientos de la humanidad.”
• Una película. Novecento, de Bernardo Bertolucci.
• Un libro. Inés y la alegría, de Almudena Grandes.