Este martes a las 14, en los Tribunales de Comodoro Py 2002 se conocerá la sentencia que en el marco del juicio por la Tragedia de Once dará a conocer el Tribunal Federal II. Por la causa se encuentran imputadas 28 personas, entre ellas ex secretarios de Transporte kirchneristas, como Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, para quienes el fiscal de la causa, Fernando Arrigo, pidió 11 años de prisión y 10 años y 10 meses de cárcel, respectivamente, por administración fraudulenta en concurso real con el delito de estrago culposo agravado. Además, se encuentran acusados por la tragedia el ex dueño de TBA, Sergio Cirigliano, la cúpula directiva de la empresa y el maquinista Marcos Córdoba.
María Luján Rey, la mamá de Lucas Menghini Rey, la última de las víctimas encontradas, expresó que “condenar a los responsables aunque sean funcionarios de un gobierno de turno, empresarios poderosos, amigos de los gobiernos, me parece que es una señal de que la justicia nos iguala”.
Este martes, el tribunal integrado por los jueces Jorge Alberto Tassara, Jorge Luciano Gorini y Rodrigo Giménez Uriburu, leerá la sentencia del juicio que comenzó en marzo de 2014 y que intenta dilucidar responsabilidades por el choque del 22 de febrero de 2012, cuando un tren de la línea Sarmiento colisionó en el andén número 2 de la estación terminal Once y provocó la muerte de 51 personas.
“Tengo total confianza respecto a un resultado condenatorio y confío en las pruebas contundentes que tiene el tribunal en sus manos para valorar la responsabilidad de cada uno de los actores involucrados. El día de la sentencia es el momento que esperamos, pero sabemos que no es el fin. Después viene otra lucha. Primero, para enfrentar toda la etapa de apelaciones porque según sean las sentencias, o apelarán los condenados o apelaremos los familiares a instancias superiores”, declaró la autora del libro Desde mis zapatos.
En tanto, el fiscal que trabaja en la causa, destacó que en este juicio “Hubo un rol fundamental de las víctimas que impulsaron todo. Había coches que hacía años que no se les hacía mantenimiento. El Chapa 16 fue exigido: estaba sobrecargado y venía exigiendo al sistema neumático. Desde 2003, se empezaron a no hacer ni las reparaciones ni los mantenimientos correspondientes. La gente viajaba como sardina, entraba por la ventana, y jamás impulsaron quitar la concesión. Y Jaime contribuyó a que sucediera el accidente. Y otros, como la CNRT, no hicieron lo que tenían que hacer. El motorman fue negligente, no aplicó el freno de emergencia, cuando los frenos funcionaron, pero funcionaron mal. Sin embargo, hubo un cambio en la historia: se hizo un juicio rápido con funcionarios que pertenecían al Gobierno de turno”.