Sobre el discurso que realizó el presidente Mauricio Macri lo más importante es el optimismo y la esperanza que surgieron de sus palabras.
La Argentina no está condenada a vivir de esta manera y tiene un futuro mejor. Hay una enorme mayoría de dirigentes que está del lado de la gobernabilidad, que quiere que al presidente le vaya bien, que al país le vaya bien, y que entiende que ya va a haber tiempo en el futuro para confrontar electoralmente. Hoy es tiempo de construir juntos una Argentina mejor.
El deber del Gobierno es informar el país que se encontró, pero también explicar qué se va a hacer para construir un futuro diferente.
Creo que la dirigencia argentina va a estar a la altura de lo que nos pide la gente en la calle, que es trabajar juntos para solucionar problemas. Necesitamos obras de infraestructura, puentes, agua potable, cloacas, rutas, puertos, bajar la pobreza y luchar contra el narcotráfico. Estos problemas no tienen banderas políticas y los sufren la gran mayoría de los argentinos.
Hemos trabajado desde el 10 de diciembre con los principales actores para la reforma: los partidos políticos, los gobernadores, las ONG que se dedican a este tema, la Justicia y tenemos amplias coincidencias para que el año que viene votemos distinto y que la gente tenga mayor comodidad y confianza respecto al cuidado del voto.