En diciembre, a instancias de la asunción de Mauricio Macri como presidente de los argentinos, los miembros de la comunidad Qom, con Féliz Díaz a la cabeza, que mantenían un acampe en la Avenida 9 de Julio, levantaron la protesta en una suerte de señal de tregua. Le pidieron al mandatario, por esos días, “escucha” y “herramientas para construir una Argentina para todos”. Pero el acampe volvió, esta vez, en el predio de la ExEsma.
El conflicto se desató luego de que fracasara una reunión con el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, en relación al reconocimiento de la Mesa Nacional de Diálogo y Política Indígena que los Qom formaron para presentar sus problemáticas ante el Gobierno. Sin embargo, el funcionario aclaró al respecto: “Ellos vinieron con un petitorio exigiendo que sea institucionalizado el espacio que conformaron a través de un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia), y les dijimos que esa mesa ya está institucionalizada con el diálogo, ya que esta reunión es una más de las tantas que tuvimos desde diciembre hasta hoy”.
Por su parte, el líder Félix Díaz, sostuvo: “Los gobiernos nunca han puesto una política que realmente respete la interculturalidad de los pueblos indígenas y esto ha producido una fragilidad entre Estado y pueblos indígenas, y es ahí donde aprovechan los partidos políticos para usar la necesidad de la gente llevando migajas hacia los pueblos indígenas; es ahí donde se manipula el ser humano”.
Si bien el dirigente se mostró públicamente con el primer mandatario durante la campaña electoral, por estos días aseguró: “El presidente Macri tiene que cumplir el compromiso que asumió con nosotros en el acampe, que nos dé el aval de la conformación para tener un diálogo directo. Él se comprometió a que el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas tenía que funcionar al servicio de los pueblos indígenas. También pretendemos que él nos de los recursos para resolver estos problemas graves que estamos padeciendo”.