En menos de una semana, Elisa Carrió pateó el tablero político en el Gobierno e hizo crujir su relación con el presidente Mauricio Macri y la alianza Cambiemos, que integran el Pro, la Coalición Cívica-ARI y el radicalismo.
Lo que empezó el domingo pasado con una serie de acusaciones por parte de la diputada hacia el círculo íntimo del jefe de Estado, sobre todo contra Daniel Angelici, se acrecentó este miércoles con sus duras críticas por el aumento de precios en los servicios públicos y el pedido de un fiscal para investigar al presidente de Boca por supuesto tráfico de influencias.
En ese escenario de tensión política, Carrió atravesó por la tarde el ingreso a la Quinta de Olivos, adonde fue convocada por Macri, antes de su vuelo presidencial a los Estados Unidos para participar de la Cumbre de Seguridad Nuclear de la ONU. En el cónclave también estuvo el radical Ernesto Sanz, el tercer socio fundador de Cambiemos, quien ofició de mediador entre Lilita y el Presidente.
“Dura, franca y divertida”, consideró públicamente Carrió que fue la reunión con Macri y Sanz, donde se hablaron “todos los temas en agenda” y –según pudo recoger Noticias Urbanas de su círculo íntimo– no se puso en duda la continuidad de la alianza. “¡Viva Cambiemos!”, expresó ella en su cuenta de Twitter al caer la tarde.
Por la noche, el canal TN emitió una entrevista que le hizo a Macri horas previas a la cumbre de Cambiemos en Olivos. El Presidente admitió allí sus diferencias con la diputada pero no dejó de considerarla una aliada.
“Lilita está quemadita y muy linda; Daniel está excedido de peso. Es injusto que me diga que tengo que elegir entre ellos”, bromeó Macri al responder sobre Carrió. Aunque al instante dejó bien en claro su postura: “Es una aliada que quiero y respeto. Pero Cambiemos es un espacio con diferentes estilos. Ella tiene una visión que yo a veces no comparto. No entiende los procesos de cambios culturales. Y se lo voy a decir todas las veces que haga falta”, afirmó Macri.
En la reunión, que el Presidente no tenía prevista en su agenda oficial, el líder de Pro intentó “bajarle los decibles” y le hizo saber a la diputada que sus dichos “molestan”, según confiaron fuentes macristas a Noticias Urbanas.
Un “lilito” puro que habló con Carrió después de la reunión negó a este medio que la diputada haya recibido “un tirón de orejas” y dijo que en la discusión “cada uno planteó su postura sobre el aumento de tarifas, Ganancias y las causas sobre corrupción”.
¿Cuál fue la conclusión de la reunión? “Habrá un espacio de mayor participación política en la toma de decisiones”, confió la fuente.
Una bomba a punto de explotar
El conclave que tuvo en vilo a Cambiemos durante poco más de una hora desactivó, por ahora, una bomba que Carrió encendió el domingo, cuando su verborragia dio títulos para todos los gustos en la pantalla de La cornisa, el programa conducido por Luis Majul. Entre otras cosas, acusó a Angelici de ser un “operador en la Justicia” y de tener una estrecha relación con el polémico juez Norberto Oyarbide; pidió que el empresario Nicolás Caputo (amigo de la infancia de Macri) vendiera sus empresas, y dijo “detestar” a Jaime Durán Barba, el asesor estrella de Pro. “Si no hay Justicia, este Gobierno va a volver a robar”, concluyó la noche, cual adversaria de la Casa Rosada.
El martes echó más combustible al combo explosivo cuando declaró ante el juez Sebastián Casanello y denunció que Angelici es “uno más en la larga tragedia nacional de operadores y de vínculos promiscuos entre operadores políticos, la Justicia, los servicios de Inteligencia y los clubes de fútbol”.
Y este miércoles, apenas cinco minutos antes de las 9, pareció quemar los cartuchos que le quedaban cuando, desde Twitter, calificó como “ajustes brutales” el aumento de agua (de hasta 500 por ciento), gas (300 por ciento) y transporte (entre el 70 y 150 por ciento) anunciados por el Gobierno. “No se puede ahogar a la sociedad que nos apoya en el cambio”, arremetió.
La escalada verbal de Carrió encendió alarmas en el interior de Balcarce 50. Durante la mañana del miércoles, en la Casa Rosada, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, encabezó una reunión con otros funcionarios donde se analizaron los dichos de la diputada.
Finalmente, el llamado de Macri al encuentro ocurrió poco después de que el fiscal federal Federico Delgado citara a indagatoria a Angelici por los dichos de Carrió del martes. El titular de la Fiscalía N° 6, ante el juez Casanello, sospecha que el dirigente xeneize cometió el delito de “tráfico de influencias”. Al enterarse de la decisión judicial, Carrió celebró otra vez en los medios: “La República se construye, no se declama”.
Guerra abierta contra Angelici
La pelea que Carrió tiene con Daniel Angelici es el capítulo más resonante y polémico de la novela de amor (y odio, podríamos agregar ahora) que la diputada y Macri comenzaron a tejer hace poco más de un año, cuando sellaron su pacto de cara a las elecciones nacionales.
“Macri va a tener que elegir si lo quiere a Angelici como socio o a mí como socia. Lo puede tener como socio en Boca, no en la Justicia”, exigió la diputada el domingo, como si estuviera dolida por un amor no correspondido.
Una novedad le dio argumentos a Carrió esta semana, cuando trascendió que el presidente de Boca Juniors competirá en las elecciones del Colegio Público de Abogados porteño del 26 de abril en la lista que encabeza Jorge Rizzo.
El propio Angelici había desafiado días atrás a la diputada, en una de las pocas apariciones en las que habló de política fuera del mundo Boca. En una entrevista con Jorge Rial, el también empresario del juego le envió un mensaje: “Si tiene información de que cometí un ilícito, tiene que ir a la Justicia y denunciarme, y yo iré a defenderme”.
Carrió recogió el guante esta semana y contraatacó, pese a que el mismísimo presidente Macri lo defendiera. “Es el presidente de Boca y no acepto que sea un operador en la Justicia. Es radical e hizo un enorme aporte al crecimiento del Pro. Su prioridad es Boca, que es algo que lleva el 110 por ciento del tiempo”, aseguró Macri en la TV Pública al cumplir cien días en el Gobierno. En la misma línea que el jefe de Estado se pararon el titular del bloque macrista en Diputados, Nicolás Massot, y el ministro de Justicia, Germán Garavano.
Diálogo con el Presidente
Carrió y Macri hablan bastante, según confían los íntimos de la diputada. “Tienen diálogo cotidiano. Mucho más de lo que todos piensan”, contó uno de sus interlocutores diarios. En general, lo hacen a través de llamada telefónicas.
La legisladora vive en Exaltación de la Cruz, a unos 80 kilómetros de la Capital, justo la localidad bonaerense que Macri visitó el martes para anunciar obras viales antes de que estallara la crisis entre ellos. Pero no se vieron allí: mientras el Presidente encabezaba un acto a media mañana, Carrió declaraba ante el juez Casanello.
En el entorno de Carrió aseguran que sus declaraciones públicas se enmarcan en su lucha sin claudicación contra la corrupción, algo que, dicen, sostuvo durante toda su carrera política.
Carrió elige a quién criticar y lo hace contra algunos dirigentes o personajes puntuales. Como se dijo anteriormente, también cuestionó al empresario Caputo, que acaba de ganar una licitación del Gobierno porteño para construir escuelas, y denunció penalmente al titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. Lo acusó de enriquecimiento ilícito a principios de año, cuando el flamante Presidente intentaba acercarse por los nombramientos de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti para completar el máximo tribunal.
“Preferimos que hable así, en público”, dijo un macrista, consciente de que la diputada también sabe elegir dónde hablar. Sus apariciones son mediáticas y a los programas les genera rating. Según medidoras privadas, su entrevista con Majul promedió 9,8 puntos, la marca más alta de los últimos dos años para La cornisa. También bendijo al Grupo Clarín cuando se sentó a la mesa de Mirtha Legrand en enero pasado y rozó los diez puntos de rating. Y su declaración a La Nación de que Juan Manuel Abal Medina “estaba pasado de droga en el Parlamento nacional”, cuando era jefe de Gabinete, fue una de las entrevistas más vistas. Su tuit contra “los ajustes brutales” fue replicado más de 3.100 veces.
“Su” Gobierno
Hay quienes especulan en el oficialismo que Carrió busca con sus polémicas apariciones ganar más espacios en Cambiemos de cara a las elecciones legislativas de 2017. El año que viene a ella se le vence su banca en Diputados. “Pero para eso falta tiempo y mucho”, dijeron a Noticias Urbanas.
En Diputados, la CC-ARI es socio minoritario de Cambiemos (ostenta cuatro de las 89 bancas del interbloque), pero Carrió es una importante espada para Macri en el debate parlamentario y fue una férrea defensora del acuerdo con los holdouts, la primera gran apuesta del Gobierno en el Congreso.
Además, el partido de Carrió lanzó su propia agenda parlamentaria este año y quiere que el macrismo les dé luz verde a sus proyectos. Y no lo hizo solamente en el Congreso, sino también en la Legislatura porteña, donde la CC-ARI llegó de la mano de ECO, junto con socialistas y radicales, y llamó a ser una “oposición responsable” hacia Larreta.
En la Cámara de Diputados nacional presentó unos noventa proyectos. Entre ellos estaban la devolución del IVA, la universalización del ingreso a la niñez y el 82 por ciento móvil. Algunas de esas iniciativas –dijeron a Noticias Urbanas en la Cámara baja– comenzarán a discutirse luego de que se cierre el conflicto con los fondos buitre. En la Legislatura porteña, los “lilitos” Paula Oliveto y Maximiliano Ferraro, a su vez, presentaron un paquete de proyectos de ley para impulsar la transparencia política e institucional.
Polémica y sin pelos en la lengua, Carrió volvió a quedar en la escena política en los últimos días, aunque ahora esté en el mostrador del oficialismo, se diferencie allí adentro y por momentos parezca amenazar con romper, como ya lo hizo con Unen en noviembre de 2014, cuando se había aliado a Fernando “Pino” Solanas. ¿Qué pasará finalmente? Será un misterio que devele los tiempos de la política. Ella sostiene su defensa a “la República” y, entre sus críticas internas al Gobierno, no duda en aclarar: “Este es mi Gobierno”. Al menos, por ahora. Porque con Carrió nunca se sabe.