Lázaro Báez, el empresario patagónico allegado a la familia Kirchner, su hijo Martín, y el contador Daniel Pérez Gadín se presentaron ante el juez Sebastián Casanello en los tribunales federales de Comodoro Py, pero no respondieron preguntas.
Los sospechosos presentaron escritos en los que se negaron a ser indagados en la causa por presunto lavado de dinero a través de la financiera apodada “La Rosadita” por la que están siendo investigados, según informaron fuentes judiciales.
Al edificio de los tribunales federales llegó esta mañana también el financista Federico Elaskar, para ser indagado por el juez Casanello.
La ronda de indagatorias tuvo lugar en el juzgado del cuarto piso de los tribunales federales de Comodoro Py, en cuya alcaldía de la planta baja permanecían Lázaro Báez y Pérez Gadín a la espera de ser trasladados al penal de la localidad bonaerense de Ezeiza.
Báez y Pérez Gadín fueron detenidos ayer acusados de lavar cinco millones de dólares provenientes de la evasión fiscal de la constructora Austral Construcciones a través de la operatoria de la cueva financiera SGI, conocida como “La Rosadita”. Pasaron la noche en la Superintendencia de Investigaciones Federales, en el barrio de Lugano. Desde allí fueron llevados en un móvil de la Policía Federal hasta los Tribunales bajo un fuerte operativo de seguridad.
Báez fue apresado ayer, pasadas las 17, por orden de Casanello, cuando aterrizó en su jet privado en el aeropuerto de San Fernando. El juez había ordenado su captura ante el riesgo de que se fugara, pues despegó con su avión sin que el juzgado conociera el plan de vuelo. Junto con Báez estaba su hijo Martín, quien no quedó detenido.