Inesperadamente, el mismo día en que vencía el plazo para la presentación de las listas que van a competir por la conducción del Partido Justicialista, la jueza electoral María Romilda Servini de Cubría prorrogó el cierre a pedido de una agrupación ignota -denominada “Justicia y Dignidad Peronista”, cuyo mentor sería Eduardo Duhalde- hasta el 28 de abril, sin postergar paralelamente la fecha de las elecciones, que por ahora se mantienen en la fecha del ocho de mayo.
El diputado y ex gobernador de San Juan, José Luis Gioja, que será el candidato a presidir el partido encabezando la lista denominada Unidad Justicialista, anunció que “vamos a apelar la decisión de la jueza, el cronograma sigue vigente”, al salir de la reunión convocada de urgencia en la sede de Matheu 130. De todos modos, para presentar una lista para las elecciones de la conducción del Partido se necesita el aval de los consejos provinciales de cinco provincias y este escollo se convertirá en matemática imposible para los eventuales “rebeldes”, ya que 20 provincias avalaron la lista que encabezan Gioja y Scioli, sobre un total de 24. Aclaración: ningún consejo provincial puede avalar a dos listas al mismo tiempo. Fin de la cuestión.
Para tomar su decisión, Servini escuchó también, más allá de la presentación del duhaldismo, al fiscal Jorge Di Lello, que le había solicitado la medida días atrás. De todos modos, por lo explicado en el párrafo anterior, la resolución de la jueza es insólita,a no ser que tengan razón los que elaboran teorías conspirativas.
Pocos datos trascendieron acerca de la composición de las lista, más allá de los dos lugares más encumbrados, aunque trascendió que Antonio Caló será el vicepresidente primero, Lucía Corpacci será la vicepresidente segunda y Leonardo Nardini, el vicepresidente cuarto.
Con respecto a La Cámpora, con algunos de cuyos dirigentes Gioja sostuvo el diálogo hasta último momento, este sector, según definió el legislador sanjuanino, “no aceptó participar” en los términos en que se les ofreció hacerlo. Aún así, Gioja mantuvo el optimismo, ya que “en esta lista se agregaron sectores del peronismo que no estaban participando, como el de San Luis”.
Hasta el ocho de mayo, La Cámpora ocupará una de las vicepresidencias (Uado de Pedro) y siete secretarías, que están en manos de José Ottavis; Santiago Carreras; Martín Gil; Juan Cabandié; Mayra Mendoza; María Luz Alonso y Gervasio Bozzano, que ahora quedarán para otras agrupaciones como el Movimiento Evita y para los gobernadores y los intendentes del conurbano, que representan al poder territorial.
Un dato curioso será la presencia de Walter Festa en la lista, que negoció su participación sólo en su condición de líder de uno de los distritos importantes del Gran Buenos Aires, más que por La Cámpora, la agrupació que lo consideraba hasta ahora como uno de los suyos.
El kirchnerismo “puro”, entretanto, eligió en esta coyuntura morir sólo con los “buenos”, es decir, quedarse solos. “Lo que nos ofrecen es inaceptable”, eligió definir el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, que sólo reconoce como conducción a Cristina Fernández de Kirchner.
Incluso, el jefe comunal K desafió “a ver cuánto van a acompañar estos compañeros en la movilización del 13, ya que muchos de ellos dicen que reconocen a CFK como conductora”, cerrando con una acusación de inusual dureza: “estos dirigentes son los que hacen una especia de nuevo vandorismo, quieren un kirchnerismo sin Cristina, se llevan muy bien con el oficialismo y proponen un peronismo con de la Sota, Massa y otros dirigentes”.
Lo paradojal de esta situación es que la jueza Servini de Cubría falló por la postergación de las elecciones internas de un partido que tiene alrededor de cuatro millones de afiliados a causa del pedido de una ignota agrupación, conformada por ignotos dirigentes, que si presentara candidatos, éstos no superarían el tres o el cuatro por ciento de los votos, por muy justos o dignos que sean.
La otra paradoja es que a Ferraresi le sabe a poco lo ofrecido cuando forma parte del kirchnerismo, bajo cuya conducción se perdieron las elecciones del 22 de noviembre último. Y ya se sabe lo que opinan los peronistas de los “mariscales de la derrota”, que hasta forma parte del folklore partidario.