El ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren justificó este lunes a la mañana los sucesivos aumentos de los combustibles, que ya llegan al 31 por ciento, si se comparan los costos vigentes a principios de enero. Dijo que son para “evitar situaciones de despido y proteger las fuentes de trabajo del sector petrolero”. Sus palabras se insertaron en el marco del nuevo incremento, de casi el 10%, que empezó a regir el domingo último en las naftas.
En este mismo contexto, el funcionario explicó que las subas de precio se habían discutido con la industria a principios de año, para reflejar el impacto que había sufrido el insumo principal -el petróleo crudo- con la corrección cambiaria, tras la salida del cepo.
Por su parte, el secretario de la Cámara de Expendedores de Combustibles, Raúl Castellanos, advirtió que ahora el Gobierno prevé autorizar otro aumento, esta vez del 8%. Y, en medio de las quejas de los estacioneros, consideró que un nuevo aumento “sería excesivo”, porque ya hay una baja en las ventas de los combustibles líquidos, especialmente los productos Premium.
“Tengo entendido que la idea es que haya un aumento más y llegar a un 40% en el año, por lo que aún restarían algunos puntitos”, sostuvo.
Luis Malchiodi, presidente de la Federación de Entidades del Combustible señaló que no había motivo para la suba de este domingo, porque “sin ninguna duda” provocará inflación.
Por este lado, el de la suba indiscriminada de precios que afectarán la canasta básica de alimentos, también el exdiputado socialista y representante legal de la ONG Consumidores Libres, Héctor Polino manifestó preocupación. “¿Cómo es posible que la empresa estatal YPF, que concentra el 50% del mercado, en lugar de regular y contener el precio de los combustibles acompañe a las empresas privadas con un nuevo aumento?”, se preguntó en un comunicado.
“Un país como la Argentina, que tiene la superficie territorial casi de un continente, donde el 90% del transporte de carga se realiza a través del camión, todo aumento en el precio de los combustibles va a repercutir sin duda con un nuevo aumento en los precios de los artículos de la canasta de alimentos y generalmente no en la misma proporción, sino en una proporción mucho mayor, concluyó.