Los efectos provocados por la tragedia de Time Warp son impredecibles. En la política porteña esos efectos se prolongan en el tiempo. La grieta que se abrió entre la oposición y el oficialismo está lejos de cerrarse. Todo lo contrario. Con el correr de los días las posiciones se tornan irreconciliables.
El proyecto de ley que el miércoles pasado, el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez, envió a la Legislatura desató el conflicto. La iniciativa tiene como objetivo “dotar al Gobierno de herramientas e instrumentos específicos a los fines de promover el cuidado de los asistentes a los eventos masivos de música electrónica”. En base a eso, el proyecto detalla una serie medidas que deberán cumplir los eventos masivos.
Pero esa no es la única iniciativa de ley que pretende regular eses tipo de eventos. El interbloque de Eco, que integran los bloques de SUMA+, el Partido Socialista (PS) y el Partido Socialista Auténtico (PSA), también presentó tres proyectos.
El primero se llama se llama “Comisión Especial para elaborar un marco regulatorio de los eventos de esparcimiento nocturno que se desarrollan en la Ciudad”, el segundo se titula “Suministro libre, gratuito y obligatorio de agua potable en los espectáculos y locales bailables” y el tercero es el “Plan permanente de presencia estatal en eventos que congreguen jóvenes”. Las tres iniciativas son de Roy Cortina en colaboración con los demás integrantes de ECO.
“El problema no son las fiestas electrónicas, el tema es que no se realizan los controles en los eventos de esparcimiento nocturno. Por eso el proyecto del Ejecutivo no sirve, porque sólo regula las raves”, le dijo a Noticias Urbanas un importante asesor del bloque de SUMA+.
Por su parte, el Frente para la Victoria (FpV) también presentó un proyecto de prevención y reducción de daños en eventos públicos masivos y locales bailables. Los autores son Andrea Conde y José Cruz Campagnoli.
Todos esos proyectos, los del oficialismo y la oposición, debían empezar a discutirse en la reunión de asesores de la Comisión de Seguridad que se realizó el lunes a las 11. Sin embargo, el diablo metió la cola y el conflicto ocupó el centro de la escena.
Al llegar al encuentro se produjo la primera sorpresa: sólo se encontraba la iniciativa del Pro. “El primer problema se dio al girar los proyectos, porque llama la atención que el del oficialismo se giró a Seguridad, pero el del FpV fue a Salud y los tres de ECO todavía no se giraron, con lo cual era difícil debatirlos”, le dijo a NU un legislador del Frente para la Victoria.
Frente a ese escenario, el FpV y ECO pidieron dos días de tiempo para poder estudiar en profundidad la iniciativa enviada por Rodríguez Larreta. Y además, que se realice una nueva reunión donde se debatan todos los proyectos. En principio, el oficialismo pero por la tarde todo volvió a cambiar.
“A las 16 nos llamó la Directora de la Comisión de Seguridad para decirnos que el miércoles a la tarde, en la reunión que tendrían los legisladores de la Comisión sólo se debatiría el proyecto del Pro. Lo que provocó el lógico enojo de todos los diputados de la oposición, ya que habían faltado a su palabra”, le contó a este medio un legislador.
El oficialismo trató de calmar la furia opositora comprometiéndose a debatir el proyecto sin despacharlo. “Como están planteadas las cosas es difícil creerles, porque ya nos cambiaron las reglas de juego una vez. Nadie nos asegura que mañana no terminen emitiendo un despacho de comisión”, señaló el diputado porteño.
La oposición sigue pidiendo que sean tratados todos los proyectos presentados, sin embargo el Pro asegura que sólo debe tratarse el enviado por el Jefe de Gobierno porteño, porque los otros no se refieren específicamente a la cuestión a legislar.
La pelea vuelve a plantearse. La Legislatura volvió a transformarse en una ampliación del campo de batalla de la política porteña.