Cientos de personas comieron pizza en la esquina de Corrientes y Maipú, donde los 50 trabajadores del restaurante recuperado La Casona realizaron una pizzeada para protestar contra el intento de desalojo que lleva adelante la empresa Corrientes 680 S.A, que se niega a formalizar la renovación del contrato de alquiler con la cooperativa.
Es que, además de los despidos masivos, también los locales de la Ciudad intentan sobrevivir a los aumentos de precios en los servicios.
Así, los trabajadores y trabajadoras recuperaron la mítica pizzería en agosto de 2014 frente a la quiebra de la empresa New North, dueña del fondo de comercio, y desde entonces demostraron solvencia para hacerse cargo del pago del alquiler del inmueble.
Mario Romero, presidente de la cooperativa, explicó que salieron a la calle porque quieren sentarse a negociar con la empresa Corrientes 690 S.A.: “desde hace 18 meses que intentamos formalizar nuestra situación, pero los dueños del local no quieren dialogar. Necesitamos la oportunidad de arreglar un contrato o un arreglo por un tiempo para poder mudarnos a otro sitio”, explicó.
En este sentido, agregó que los trabajadores ya pagaron el alquiler durante un tiempo. “Al comienzo nos cobraron siete meses de alquiler. Cuando terminó ese contrato, que estaba a nombre de los dueños anteriores y que nosotros como cooperativa pagábamos, desaparecieron y empezaron con las denuncias de desalojo”.
Los legisladores porteños José Cruz Campagnoli y Andrea Conde (Nuevo Encuentro-FPV) participaron de la movilización. “Acá hay trabajadores que están defendiendo su fuente laboral y que ya demostraron la capacidad para hacer frente al alquiler que deberían pagar por este lugar. El desalojo dejaría a 50 familias en la calle. Esperamos que el juez Sebastián Sánchez Cannavó evalúe la situación y siente a las partes a destrabar el conflicto”.
Por su parte, Conde expresó: “los trabajadores y trabajadoras no quieren que les regalen nada, necesitan negociar el alquiler en condiciones dignas y sin amenazas. Esperamos que la Justicia pueda intervenir para aportar una solución”.
Además de la pizzeada, organizaciones sociales ocuparon la sede del Gobierno porteño por la tarde del miércoles para reclamar por un trabajo genuino y un aumento salarial, y en contra de los despidos y tarifazos.