Los cooperativistas que ayer tomaron la sede del Gobierno porteño, en reclamo por un aumento salarial del 40 por ciento y por mejores condiciones de trabajo, abandonaron su actitud después de una reunión con funcionarios gubernamentales.
Los trabajadores fueron convocados a la medianoche a una reunión que duró cerca de cuatro horas, en la que no se habría llegado a un acuerdo total, pero se acordó la formación de una mesa de diálogo. Antes, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, había disparado un duro “no hay diálogo mientras se realiza una toma”, que después también tuvo que levantar para resolver el conflicto, lo que significa que retroceder no es equivalente a ser débil. Un acierto.
El conflicto escaló hasta la toma de la sede de la calle Uspallata 3160, después que los cooperativistas rechazaran el 23 por ciento que les ofrecieron los funcionarios del Gobierno, que ofrecían negociar posteriormente un cuatro por ciento más después de la primera mitad del año. En cambio, reclamaban un aumento del 40 por ciento y una mejora en las condiciones de contratación, ya que su trabajo es absolutamente precarizado en este punto.
Durante la noche, los trabajadores -que eran unos mil- cocinaron en una olla popular y se sentaron a aguardar a que los convocaran, una espera que se vio coronada por el éxito a medianoche. Los cooperativistas pertenecen a las organizaciones Agrupación Clasista Lucha y Trabajo, Polo Obrero, FOL, Frente Darío Santillán, Movimiento Resistencia Popular, Tendencia Piquetera Revolucionaria y Los Invisibles, entre otras.