Los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se desarrollarán en la Ciudad de Buenos Aires dentro de dos años, son la punta de lanza con la que el Gobierno porteño busca cambiarle la cara a gran parte de la zona sur. Más precisamente, a la Comuna 8, integrada por los barrios de Villa Lugano, Villa Soldati y Villa Riachuelo. Esa es la apuesta que el Ejecutivo comenzó a pergeñar luego de que la Ciudad fuera designada sede olímpica, el 4 de julio de 2013.
Del 1 al 12 de octubre de 2018, más de 8 mil atletas, de entre 15 y 18 años, visitarán la Ciudad de Buenos Aires representando a 206 países en 28 deportes. La idea es que, además de posicionar al distrito porteño como sede de encuentros deportivos de primer nivel, las obras que se realicen para tal fin sirvan para el desarrollo urbano y social de la Comuna 8. Así, se planea que las viviendas que se construirán para albergar a los competidores y entrenadores luego se destinen a cubrir las necesidades habitacionales de la zona. En total, serán 1.250 unidades funcionales, que representarán una superficie de 79.475 metros cuadrados de viviendas, a las que se le agregarán varios locales comerciales que abastecerán de servicios al nuevo núcleo habitacional.
Para la construcción de la Villa Olímpica, las autoridades porteñas realizaron cinco llamados nacionales a concurso. El primer certamen tuvo como ganadores a los arquitectos Daniel Huespe, Juan Pablo Accotto, Maricruz Errasti, Mauro Barrio y Pablo Carballo. La segunda competencia fue obtenida por los arquitectos Guillermo Castellani, Juan Martín Flores, Gabriel Martínez, Leandro Moroni, Alberto Sbarra y Enrique Speroni. De la tercera compulsa, dos fueron los proyectos elegidos: uno del arquitecto Edgardo Barone y el otro de los arquitectos Mariano Gustavo Alonso, Ludmila Crippa y Pedro Yañez. La propuesta de la arquitecta Mariana Baulán se llevó el triunfo en el cuarto concurso, mientras que, en el quinto, el primer puesto fue para el proyecto presentado por el equipo encabezado por el arquitecto Sebastián Colle.
Endeudamiento y legado
En la sesión del jueves de la semana pasada, la Legislatura porteña dio luz verde al Ejecutivo para contraer deuda por 160 millones de dólares para la construcción de la Villa Olímpica, en el área comprendida por las avenidas Roca, Escalada y Fernández de la Cruz donde, años atrás, funcionó el Parque de la Ciudad. El endeudamiento fue aprobado por 32 votos positivos, 13 negativos y 12 abstenciones.
A su vez, otro proyecto del Ejecutivo, que se encuentra en discusión en la Comisión de Planeamiento Urbano que preside el legislador Agustín Forchieri (Pro), prevé la transferencia a la Corporación Buenos Aires Sur y la posterior venta de un conjunto de inmuebles lindantes con la futura Villa Olímpica que se consideran “innecesarios”. De un total de 85 hectáreas contempladas en el proyecto, se promueve la rezonificación a Urbanización Parque (UP) de 49 hectáreas que hoy están catalogadas como E4. Allí no se podrá edificar. Sí, en cambio, se planea construir en las hectáreas restantes, con una morfología similar a la que tendrá la futura Villa Olímpica. “La idea es que se respete el contexto arquitectónico y que se ubiquen, también, universidades”, explicaron desde la Comisión de Planeamiento Urbano a Noticias Urbanas. Además, remarcaron que de la totalidad del dinero de la venta de terrenos, un 50 por ciento será para la realización de obras específicas de la Comuna 8 y el otro 50 por ciento estará destinado a urbanizar la Villa 20.
El martes pasado, el subsecretario de Planeamiento del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte de la Ciudad, Carlos Colombo, y el subsecretario de Obras, Marcelo Palacio, acudieron a la mencionada comisión para detallar los pormenores de ese proyecto a los legisladores que la integran.
A pesar de que los funcionarios aseguraron que las ventas están previstas para una vez que finalice la competencia, algunos diputados de la oposición manifestaron su inquietud sobre el momento de la enajenación de las tierras. En este sentido, el vicepresidente de la comisión, Javier Andrade (FpV), advirtió que los terrenos tendrán un valor después de los juegos diferente del que tenían antes. La posición que asuma el Frente para la Victoria es clave para el futuro de la iniciativa, ya que se trata de una norma de doble lectura, que debe aprobarse con dos tercios del total de la Cámara y una audiencia pública entre las dos instancias. “Todavía estamos construyendo esta ley”, afirmó la diputada María Rosa Muiños (FpV). Según la legisladora, la redacción de la iniciativa actual es aún “confusa”.
Otro de los puntos que despierta dudas es la manera en que se otorgará el financiamiento para aquellos que deseen comprar las unidades funcionales que originalmente albergarán a los atletas olímpicos. La operatoria de créditos blandos a través del Banco Ciudad podría ser una buena opción para los sectores medios, pero no para los más empobrecidos. Por eso, algunos legisladores estudian la posibilidad de añadir otras alternativas y la participación del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC). Otra cuestión que desvela a la oposición es conocer qué obras se desarrollarán en la Comuna 8 a partir de la venta de las tierras.
“La norma recién se está debatiendo en la comisión. Pero, más allá de los aportes que pueda hacer cada uno, lo destacable del proyecto es que redundará en mejoras para los vecinos de la Comuna 8. Por eso espero que sea acompañado por todos los diputados, más allá de las diferentes banderías políticas”, expresó Forchieri, en diálogo con Noticias Urbanas. Por su parte, Alejandro García, su compañero de bloque, destacó la actitud del Gobierno porteño para intentar cumplir, de una vez por todas, la antigua promesa de eliminar las diferencias entre el norte y el sur de la Ciudad.
De los acuerdos que pueda alcanzar el Pro con la oposición dependerá que la iniciativa vea la luz. Serán 40 votos, en dos instancias diferentes, los necesarios para hacer realidad este proyecto.