El miércoles último el secretario de Obras y Servicios Públicos, Abel Fatala, concurrió a brindar un informe sobre su gestión a la Comisión de Obras y Servicios Públicos que preside la diputada radical Marcela Larrosa.
La voz cantante de los diputados interrogadores la llevó el opositor Guillermo Oliveri (PJ), que le preguntó a Fatala sobre el nivel de ejecución de las partidas presupuestarias y sobre los atrasos en la ejecución de los trabajos de construcción de los subterráneos, de la red vial y de las obras del Plan Hidráulico.
Fatala reconoció que el grueso del presupuesto porteño irá en el 2002 a solucionar los acuciantes problemas sociales, educacionales y de salud, por lo que su área no recibirá los mismos recursos que recibió en el 2001.
Por su parte, el diputado Oliveri manifestó que "Fatala admitió que la Ciudad de Buenos Aires está en manos de la naturaleza y no en las del Gobierno porteño". Aludía a la supuesta paralización de las obras del Plan Hidráulico, en especial a las del canal aliviador del Arroyo Vega, que inundó el barrio de Belgrano en varias ocasiones. De todos modos, Fatala negó que esa obra esté paralizada.
Oliveri también cuestionó el Legítimo Bono por el que la Secretaría que conduce Fatala le abonó en enero pasado a la empresa Gualtieri S.A. la obra de los sumideros de la Boca y Barracas, que ésta nunca terminó y, para agravar la situación, en febrero entró en cesación de pagos. El secretario contestó que el pago fue efectuado sólo después que la empresa logró una orden judicial en tal sentido.
Oliveri también cuestionó los resultados de un anuncio del jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, que el 1º de marzo de 2001 presentó el Plan de Reparación Integral de Calles y Veredas, "cuya ejecución está a la vista", sentenció el diputado opositor. "Este Gobierno siempre hace lo mismo -agrega-, anuncia grande obras que nunca se concretan".
El diputado por la UCeDé, Julio Crespo Campos, manifestó que "Fatala elaboró un plan de obras públicas que no puede poner en marcha. Ibarra decidió gastar el grueso del presupuesto en las áreas sociales, pero a cambio los secretarios de su gabinete deberían buscar eficiencia en el gasto, para que con menos dinero se pueda ejecutar aunque sea una parte de lo previsto".
"Las secretarías del Gobierno porteño son entes paquidérmicos, les cuesta ponerse en marcha para reasignar gastos y contemplar planes de emergencia. Hay que ordenar el gasto en muchas áreas del Gobierno", manifestó el diputado liberal porteño.