Como estaba previsto, el oficialismo porteño evitó que la Legislatura creara una comisión Investigadora para esclarecer responsabilidades por la fiesta electrónica Time Warp en la que murieron cinco jóvenes.
Pero para lograrlo tuvo que recurrir a varios mecanismos: una astucia legislativa para tratar el proyecto, una mayoría simple y una Carmen Polledo llevando a su antojo el ritmo de la sesión, ante una oposición desconcertada.
Los cruces, que Noticias Urbanas fue relatando en vivo, se dieron en todo el tramo de la sesión en que se comenzó a tratar el proyecto hasta que el mismo fue rechazado por 30 votos negativos del Pro y la Coalición Cívica, 20 positivos (izquierda, FR, PS, FPV) y 7 abstenciones (Suma+ y Fernando Vilardo).
Entre los pasajes más picantes estuvieron los intentos de Gustavo Vera –autor de la iniciativa-, que antes de que se comience a tratar el proyecto pidió que el mismo vuelva a comisión, pero que fue frenado por Polledo argumentando que el proyecto estaba incluido en labor parlamentaria y ya no pertenece entonces a Vera sino “al cuerpo”, por lo que pasó rápidamente a habilitar la votación para el tratamiento del mismo.
Aquí fueron los primeros embates y desconciertos. Vera y otros entendían que al no contar con los votos necesarios (40) el Pro iba a querer tratar el proyecto para rechazarlo, y así salvaguardar al Gobierno porteño. Por lo tanto no querían que se votara el tratamiento del mismo.
Pero Polledo pudo más y sometió el tratamiento a votación. Aquí fue donde la duda se hizo dueña de la oposición y los dejó desconcertados. Varios legisladores del FPV e incluso de la izquierda se levantaron de sus bancas y comenzaron a dialogar con la votación en progreso. No sabían qué votar.
Finalmente se dio luz verde al tratamiento del proyecto, ya que sobre 58 votos, obtuvo 35 votos positivos, 9 negativos y 14 abstenciones. Ahí la oposición perdió la partida.
Evidenciada la maniobra que quería realizar el Pro, algunos ediles comenzaron a cambiar su voto de manera oral con Polledo. Y otra vez el oficialismo rápido de reflejos sacó un as de la manga.
Polledo cortó en seco: “No se pueden confundir más, es una falta de respeto. La votación se cerró”. De inmediato García sostuvo que “algunos están jugando con el resultado”, pero que “si alguno efectivamente se confundió” en su voto, el reglamento permite poner a reconsideración la votación. Es decir, volver a votar. Pero aquí estuvo la trampa, se necesita para ello la mayoría simple, que no se logró ya que el Pro votó en contra de reconsiderarlo. Ahí ganó la pulseada con argucia legislativa.
Habilitado el tratamiento de manera definitiva, y a sabiendas de que la oposición no reuniría los votos necesarios para crearla, solo completaron la sesión los discursos de los ediles, quienes desde la oposición cuestionaron la decisión del Pro de no querer conformar la Comisión Investigadora.
A fin de discursos, el proyecto de Vera se puso a consideración y fue rechazado, por 30 votos negativos, 20 positivos y 7 abstenciones. Así, la Comisión Investigadora murió antes de nacer.
