Dentro de la dispersión que sufrió el peronismo en varios puntos del país, en los que la dirigencia sufrió cuestionamientos que fueron desde los más blandos hasta los más mordaces, el peronismo porteño vendría a ser la mosca blanca. Más allá de las querellas, la dirigencia se mantuvo razonablemente cohesionada, sin que esto implique la ausencia de internismos.
En este contexto, el Congreso Metropolitano decidió por unanimidad el 1º de julio último prorrogar el mandato de los consejeros porteños para que no haya elecciones internas en 2016. Las razones para esta decisión fueron varias, pero la más importante es que la conducción del peronismo intentará por todos los medios sostener una difícil unidad para soportar el embate de un Gobierno que va por todo.
La segunda razón es más controversial. Una fracción del peronismo porteño, ligada a la ortodoxia, no oculta sus intenciones de confrontar con el kirchnerismo cercano a La Cámpora, por lo que el proceso unitario tropezará con ellos. Paralelamente, los militantes de la agrupación del kircnerismo duro y puro ostentan distintos cargos en la conducción que la ortodoxia codicia. El último término de la ecuación define los tantos con bastante precisión. Los jóvenes de La Cámpora aseguran ante quien quiera escuchar que si hay una interna hoy, tienen el triunfo asegurado, en especial “porque en los últimos tiempos se afiliaron cientos de peronistas”, en su mayoría simpatizantes kirchneristas, a los que consideran casi como un electorado cautivo.
De todos modos, el Congreso Metropolitano, que preside Mariano Recalde, votó unánimemente la prórroga de los mandatos, lo que implica la existencia una negociación previa, que unificó los criterios. Esto significa que no habría internas en 2016, a no ser que se logre una lista de unidad, que en ese caso se realizarían el dos de octubre próximo, por decisión del Consejo Metropolitano, que se reunió días después del Congreso.
El Consejo decidió también que si hubiera internas con varias listas, se realizarían en 2017, con posterioridad a las elecciones legislativas.
En este caso, ya existen postulantes que manifestaron su deseo de competir por la Presidencia del PJ, que en principio serían Jorge Taiana(diputado del Parlasur e integrante del Movimiento Evita), Mariano Recalde (La Cámpora), Andrés Rodríguez (secretario general de UPCN, hombre del Movimiento Obrero) y Daniel Filmus (de la kirchnerista Corriente Nacional de la Militancia).
El legislador porteño Claudio Heredia, además dirigente sindical de UPCN, relató a Noticias Urbanas que “no sería bueno sumar una interna a la situación actual del peronismo. Por eso, no sería en 2016, a no ser que haya lista de unidad”.
Más allá de las internas -muchos políticos piensan en la política, aunque muchos piensen que no es así- Heredia manifestó que “estamos trabajando en el tema de las tarifas, la economía, los derechos vulnerados, en la cuestión social y en las banderas peronistas que están siendo afectadas por las políticas del Gobierno”.
En este sentido, el legislador de extracción sindical anticipó que “desde el Poder Legislativo vamos a trabajar en esos temas, tanto política como judicialmente”.
De todos modos, en esta época de contiendas internas, Heredia advirtió que “la unidad del peronismo tiene mucho que ver con la unidad de la CGT y de las organizaciones sindicales que representan a las PYMES. Por esta razón es que tratamos de mirar con esperanza el futuro, para llegar a una mejor representación en la Legislatura y dar una mejor pelea”.
Finalmente, Heredia advirtió que “los bloques de senadores nacionales y de diputados nacionales y bonaerenses están quebrados, por eso es necesario entender que el trabajo hacia la unidad, más allá de las diferencias es muy importante. Acá, en la Ciudad de Buenos Aires, hemos logrado sostener el interbloque peronista unido, a pesar de las controversias que existen”.
Otra decisión importante que tomó el Consejo Metropolitano tiene que ver con la agresión que sufrieron militantes peronistas en la sede de la Comuna 4, en el barrio de La Boca, que fue llevada a cabo por un grupo ligado al Pro, que lideró otro afiliado peronista, llamado Rodolfo Corzo. La sanción contra los miembros de la patota que pertenezcan al PJ quedará en manos del Comité de Disciplina del partido, en el que existiría consenso para expulsarlos.
