Uno de los asesinos de Rodolfo Walsh, el expolicía federal Roberto Oscar González, después de permanecer prófugo durante casi diez años, fue detenido en la localidad de Viamao, Estado de Río Grande do Sul, el ocho de julio pasado.
El 25 de marzo de 1977, una patota de la Escuela de Mecánica de la Armada al mando de Jorge “El Tigre” Acosta encontró en una “cita envenenada” a Rodolfo Walsh, que estaba entregando copias de su Carta a la Junta Militar, en la esquina de Entre Ríos y San Juan. Además formaban parte del Grupo de Tareas de la ESMA -el GT332-, Alfredo Astiz y otro policía federal, Pedro Salvia, que vivió con González en Viamao, hasta el 18 de junio último, cuando falleció en el Hospital de Cardiología de Porto Alegre.
González tenía 64 años, estaba prófugo desde 2006 y tiene dos pedidos de captura internacionales. El primero provenía del Juzgado Federal Nº 12, a cargo de Sergio Torres, que sustancia la causa por el asesinato de Walsh. El otro pedido de captura proviene del Juzgado Federal Nº 1, a cargo de María Romilda Servini de Cubría, por la paropiación ilegal y la supresión de identidad de Jorge Castro Rubel, un bebé que nació en la temible sala de partos de la Escuela de Mecánica de la Armada.
En estos momentos, según informó el Ministerio de Seguridad brasileño, González está detenido en Porto Alegre en forma preventiva. “Los dos eran buscados en Brasil hacía más de diez años y fueron localizados en Viamao, en donde vivían”, aseguraron en el informe policial. González está prisionero en la sede de la Policía Federal, desde donde será trasladado a una cárcel de la zona, hasta que el Supremo Tribunal Federal de Brasil se pronuncie acerca del pedido de Extradición que llegó desde Argentina.