Unidad de la CGT: La plata del Gobierno se llevó puesto el paro

Unidad de la CGT: La plata del Gobierno se llevó puesto el paro

Si les pagan la deuda del Gobierno con el Fondo Solidario de Redistribución de las obras sociales, el paro quedaría para más adelante. Habría triunvirato de transición a partir del 22 de agosto.


El Plenario de Secretarios Generales de la CGT se reunirá el viernes próximo -cinco de agosto- para definir los trazos entre los que se desarrollará el Congreso Central Confederal del 22 de agosto, en el que quedaría sellada la confuencia de las tres centrales obreras existentes -la CGT-Alsina, de Antonio Caló; la CGT- Azopardo, de Hugo Moyano y la CGT-Azul y Blanca, de Luis Barrionuevo- y que quizás hasta consiga que quede insertada la CTA que lidera Hugo Yasky.

Lo mismo, más allá de inclusiones o exclusiones de última hora, las fuentes de la CGT consultadas priorizan la unidad por sobre cualquier otra circunstancia, por lo que la existencia de un solo secretario general, o un cuerpo de tres o cuatro que compartan la responsabilidad sería, para ellos, una materia que no pospondría el tema más importante.

En cuanto a posposiciones, la huelga general que propusieron los sectores más duros del gremialismo argentino será materia de discusiones futuras. Convencidos de que un paro lanzado por el Movimiento Obrero unificado sería una herida para la que no hay paliativos, en medio de la explosiva situación social que generaron las propias medidas recesivas que implementó el Gobierno, sus operadores más importantes abogan por pagar de una vez la enorme deuda que sostiene el Gobierno nacional con el Fondo Solidario de Redistribución de las obras sociales, que ya roza los 30 mil millones de pesos, sin contar intereses.

Dicen los críticos que billetera mata a galán, pero la necesidad impulsó al Gobierno a operar -por esta vez- sobre la política. Los que caminan los pasillos gubernamentales aseguran que los que “cranearon” la medida no están intoxicados por el marketing, que es la ciencia básica los que tienen influencia sobre las decisiones cotidianas de la Casa Rosada.

La plata habrá sido, entonces, el idioma que frenó el paro en esta ocasión. Un dinero necesario además, que le dará nueva vida a una larga lista de obras sociales que no pueden prestar servicios complejos a sus afiliados si no cuentan con los fondos que les provee el Fondo que ahora les sería devuelto.

El acuerdo incluye un pago inmediato de 2.700 millones de pesos y saldar en resto con 30 mil millones de pesos en bonos. Además, habrá un cambio en la cobertura sanitaria para los discapacitados que atienden las obras sociales, que representarán un bálsamo financiero para los gremios.

En el paquete se incluyen otros pagos demorados y un alivio para los afiliados al sistema solidario de obras sociales. En una conferencia de prensa pautada para las 17:00, el presidente de la Nación anunciará este martes la “reparación histórica”, que comenzaría a regir de inmediato.

De todos modos, existe la conciencia en ambas veredas de que habrá medidas de fuerza sindicales en un futuro cercano, porque tanta transferencia de ingresos no pasará sin incidentes. En cambio, por una parte los gremios saldarán deudas históricas y el Gobierno habrá comprado seis meses más de paz social, en medio de una situación complicada.

Unidad a pesar de todo

De todos modos, existe un proceso en el sindicalismo argentino, cuyos cuadros de conducción están convencidos de que la nueva etapa que se abrió el 22 de noviembre último, con el triunfo de Mauricio Macri, exige la unidad, sin la cual sus reclamos perderían mayor fuerza cada vez, hasta volverse intrascendentes. Son concientes de que el Gobierno, al contar simultáneamente con los sillones de la Casa Rosada, de la Provincia de Buenos Aires y de Bolívar 1, acumuló un poder que exigirá respuestas que no serán suficientes en la dispersión.

Volviendo a la política, los que plantean diferencias con las actuales conducciones de las tres CGT y las dos MTA -si viviera el gran fisiócrata Montesquieu, se mostraría más que feliz- son los integrantes del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA); el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA); la Corriente Sindical Federal y varias delegaciones regionales de la CGT, que plantean la elección de un solo secretario general, al contrario de los dirigentes de primera línea, que buscan una conducción “de transición”.

De todos modos, si se revisara la historia cegetista reciente y no tan reciente, quedaría claro que nunca hubo conducciones colegiadas exitosas. Por el contrario, las direcciones de múltiples dirigentes respondieron siempre a peleas en la conducción, que no representan a las reivindicaciones gremiales que se generan en la base.

El MASA, que lidera el taxista Omar Viviani, propuso al ferroviario Sergio Sasia como candidato único a secretario general, aunque no se opondrían a que formara parte de una conducción ampliada, si ésta fuera inevitable. El MTA hizo lo propio con el bancario radical Sergio Palazzo, en las mismas condiciones. Por su parte el ruralista Gerónimo Venegas se postuló a sí mismo, sin esperanza alguna de trascendencia.

El único conflicto que será casi insalvable es posible que esté centrado en la CTA Autónoma, que responde a Pablo Micheli, que alberga en su seno a más organizaciones sociales que sindicales y tiene intereses diferentes, por lo que para ellos su incorporación a la CGT es más una cuestión ideológica que un asunto de supervivencia.

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