Los gobernadores peronistas hicieron sentir su peso específico en la cumbre de Nación con provincias esta semana en la Casa Rosada, convocada por el oficialismo para firmar el Acuerdo por el Fortalecimiento del Federalismo, que finalmente y a pedido de los barones del PJ del interior decantó en una versión más lavada y bajo el nombre de Carta de Intención.
No solo se cambió el nombre original y más pretencioso que impulsaba el Ministerio del Interior, sino que también los gobernadores “volaron” –al decir de uno de los funcionarios que confeccionó el borrador final– dos cláusulas del convenio. La número 4, para protegerse ante sus Legislaturas de que no había grieta legal para desistir de reclamos judiciales por la coparticipación, y el tercer párrafo de la cláusula 2.
Este párrafo, que llamaba a las provincias a comprometerse a “adoptar medidas que fueran necesarias para modificar los regímenes especiales de coparticipación que impliquen inequidades”, era metafóricamente –porque aludía pero sin nombrarlo– el tobogán a la discusión del Fondo del Conurbano.
Fuentes de Interior señalaron que los gobernadores peronistas, por lo bajo, dejaron trascender que “todos” ellos sufren inequidades y que prefieren rediscutir la coparticipación en los términos más abstractos posibles. Es decir, meter todo en la misma bolsa cuando se ponga en marcha la mesa para hablar de una nueva ley de coparticipación que la Casa Rosada espera tener consensuada para la segunda mitad de 2017.
Desde el ministerio de Rogelio Frigerio también dejaron algo en claro: “No gustó” a los gobernadores el gesto de María Eugenia Vidal de presentar –la misma mañana de la cumbre en Rosada– la demanda contra el Estado por la desactualización del Fondo del Conurbano ante la Corte Suprema. Si fue hecho como un elemento de presión para forzar una resolución dialogada y extrajudicial, salió el tiro por la culata. Y la propia Vidal lo habrá percibido así también, ya que contra todos los pronósticos, en la reunión con sus pares del interior ella no mencionó el tema.
El Fondo del Conurbano, que representa el 10 por ciento de la masa coparticipable, es una flagrante inequidad para la Provincia, ya que desde 1997 la proporción que recibe tiene un techo de 650 millones de pesos, algo que por la inflación quedó en ridículo y terminó provocando que, per cápita, los bonaerenses reciban cuatro veces menos que los ciudadanos del resto del país.