¿El anticipo de la rebeldía contra la economía que viene?

¿El anticipo de la rebeldía contra la economía que viene?

La concurrencia al acto convocado por la CTEP, la CCC y Barrios de Pie culminó en la tarde en Plaza de Mayo. Pidieron un salario complementario y que el Congreso declare la emergencia social.


Más de 100 mil personas protagonizaron la marcha por “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, que convocaron conjuntamente la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC). En los últimos días previos a la marcha, una gran cantidad de dirigentes políticos y sindicales se sumaron a la convocatoria, sin ahorrar críticas al Gobierno nacional.

Miles de personas caminaron los 13 kilómetros que separan al santuario, ubicado en Liniers, de la Plaza de Mayo, el centro nuerálgico de la política argentina. Se puede calcular que una cifra similar a la suma de los caminantes, presenció la marcha a los largo de su recorrido, alentándolos y expresando su simpatía hacia ellos.

Paralelamente, muchos otros llegaron hasta la parroquia del Santo Patrono de la Providencia, asistieron a las misas que se rezaban en el lugar y se quedaron allí para rezar ante San Cayetano y pedirle por la gracia del trabajo.

Los organizadores de la protesta reclamaban un “salario universal complementario” para los trabajadores y la declaración por parte del Congreso de la “emergencia social”.

En la Plaza Flores -un punto que se sitúa aproximadamente en la mitad del recorrido-, los caminantes se detuvieron para recobrar el aliento. Luego continuaron la marcha hasta la Plaza de Mayo, a la que ingresaron luego de otra detención, ésta en Avenida de Mayo y Nueve de Julio.

En la Plaza esperaban los dirigentes Emilio Pérsico -del Movimiento Evita-; el legislador porteño Gustavo Vera; el exjuez de la Corte Suprema de Justicia, Raúl Zaffaroni; el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo; el titular de la CTA, Hugo Yasky; su par de la CTA Autónoma, Pablo Micheli; el diputado del Parlasur Jorge Taiana y los dirigentes del gremio docente Roberto Baradel (SUTEBA) y Eduardo López (UTE).

Como la marcha había sido convocada por la CTEP, que genera su propio sustento económico, había puestos de comida de todo tipo para que los presentes degustaran distintos tipos de comida. Había puestos de comida haitiana, mexicana, todo tipo de fiambres y algunas “delikatessen” que competían con la feria desplegada en la Diagonal Norte, que formaba parte de “Buenos Aires celebra Perú”, organizada por el Gobierno porteño.

Además, varias organizaciones sociales cocinaron enormes guisos -el caviar de los pobres- en ollas, que eran revueltas por palos de madera. A unos metros de los guisos se asaban unos tentadores choripanes, que se llevaron la preferencia general, envueltos en abundantes humaredas.

En torno a las humaredas, los guisos y las colas de comensales en busca de reponer fuerzas, Taiana declaró que “esta multitudinaria marcha es para visibilizar ante la sociedad la grave situación que atraviesa el sector de la economía popular. La economía popular está compuesta por aquellos que se buscan su propio puesto de trabajo y sabemos que lo primero que se cae cuando hay recesión económica es la changa. Esta marcha también es una muestra de solidaridad y del acercamiento de las distintas organizaciones sociales y sindicales, que se unen para defender a los trabajadores. Este mes de agosto comienza popular y sindicalmente hoy, y va a ser un ejemplo de cómo los trabajadores se organizan y defienden sus derechos en la calle, exigiéndole al gobierno: basta de ajuste y basta de favorecer a los más ricos”.

A su lado, el diputado provincial Fernando “Chino” Navarro destacó que ésta “es una movilización histórica, porque existe una unidad amplia, diversa y heterogénea. Hoy podemos ver a más de 100 mil compañeros que marcharon desde San Cayetano hasta la Plaza de Mayo para decirle al gobierno de Macri que no hay más lugar ni para el ajuste, ni para el empobrecimiento, que debería estar gobernando para los 40 millones de argentinos”.

El secretario político del Movimiento Evita Capital, Sebastián Demiryi expresó que “hoy se movilizó actualizando aquella vieja consigna de Paz, Pan y Trabajo con Tierra, Techo y Trabajo”, para agregar que “esta consigna logró movilizar a más de cien mil trabajadores desde San Cayetano a Plaza de Mayo para decir ‘acá estamos, somos parte de la realidad’. Y esto se ve con la desaparición de la changa como medio de vida, con el engrosamiento de los asistentes a los comedores de la Ciudad y con la cantidad creciente de gente que vemos durmiendo en las calles porteñas. Son postales de una Argentina a la que no queremos volver. Lo de hoy es el inicio de las luchas populares en esta etapa.​”​

El del CTEP, Gildo Onorato, sostuvo por su parte, que “la primera evaluación que hacemos de la movilización ha superado las expectativas. Nos emociona, nos da mucha fortaleza para seguir exigiendo la emergencia social y el salario universal complementario. Además de consolidar la unidad con todos los sectores de la clase trabajadora para poder frenar a Macri que está generando un grave deterioro social y económico”.

Estuvieron presentes además el historiador Osvaldo Bayer; el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel; Hugo “Cachorro” Godoy; el dirigente de CTA Víctor De Gennaro; el economista Claudio Lozano; el presidente del PJ porteño Víctor Santa María; el senador Juan Manuel Abal Medina; el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis; su colega de Merlo, Gustavo Menéndez; la dirigente de Madres de PLaza de Mayo Nora Cortiñas; los dirigentes estudiantiles Itaí Hagman y Jonathan Thea; el titular de Octubres, Gastón Harispe; las legisladoras porteñas María Rosa Muiños y Silvia Gottero; Eduardo Jozami; el titular de los docentes privados, Horacio Ghilini; el titular de ATE Capital, Daniel Catalano; su colega de FOETRA Osvaldo Iadarola; el dirigente de Barrios de Pie, Daniel Menéndez; Amancay Ardura y Luciano Nardulli, de la CCC; el titular de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro; el titular del Movimiento Evita, Emilio Pérsico y las diputadas Silvia Horne, Araceli Ferreira, Lucila De Ponti y Patricia Cubría, entre otros.

El titular de la CTA, Hugo Yasky, expresó que se encontraba en la Plaza de Mayo “acompañando a las organizaciones de los trabajadores informales”, agregando que “creemos que es importante la presencia de los compañeros de la CGT y CTA” para aportar a la creación de “un momento de unidad del campo popular”.

Por su parte, el secretario general de los bancarios, Sergio Palazzo, apuntó que el de Macri era “un gobierno para los ricos, que se está olvidando de los trabajadores”.

En la Plaza de Mayo, se dirigieron a los concurrentes los representantes de las entidades convocantes Esteban Castro, por la CTEP; Amancay Ardura, por la CCC y Daniel Menéndez, por Barrios de Pie. Todos reclamaron un “salario universal complementario” y el establecimiento de la “emergencia social”. Castro, por su parte, destacó especialmente la figura del “Papa compañero, que nos dijo que había que hacer la reforma agraria cuando estuvimos en el Vaticano”. Finalmente, los oradores homenajearon la figura del antiguo secretario general de la CGT en los ’80, Saúl Ubaldini y exigieron la libertad de Milagro Sala.

El cierre del acto de Plaza de Mayo fue a toda orquesta, con las actuaciones de los artistas Liliana Herrero, Arbolito y Los Cantores del Alba, entre otros.

Los actores

En la ocasión se pudo ver en Plaza de Mayo una composición netamente policlasista, con prepoderancia de sectores humildes. Los asistentes fueron de todas las edades, desde adolescentes hasta personas gozando de una plena senectud (como este cronista, por ejemplo).

Una curiosidad fue que había mucho equipamiento: camiones, colectivos, camionetas, puestos bien armados, baños químicos. Indudablemente, éste fue el resultado de que el acto fue organizado por una entidad que genera sus propios ingresos, que aunque la política del Gobierno ponga en crisis a la economía popular, puede sustentarse.

Como colofón, cuando este cronista se retiraba de la Plaza de Mato, una pintada resumía el sentimiento de los manifestantes: “Macri Gato” habían pintado manos anónimas sobre el vidrio de un cartel en el que el Gobierno porteño publicita sus actividades.

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