Las carnicerías trasladarían la suba de salarios a los precios, pero advierten que sería un golpe al consumo.
Los representantes de las carnicerías se sentarán a negociar las paritarias con el Ministerio de Trabajo, y una actualización de los salarios del sector podría impactar en los precios al consumidor.
La Asociación de Propietarios de Carnicerías de Capital Federal no descartó que el precio de la carne registre una suba de 5 por ciento por la nueva paritaria que se firmará en el sector, aunque reconoció que “no es el momento” para aplicarlo porque “la gente no podría consumir más”.
El sector prevé un aumento del 20 por ciento en los salarios retroactivos a julio, luego de un aumento de 20 por ciento que se había otorgado en marzo. Este número que piden los carniceros busca equiparar el acuerdo de los frigoríficos exportadores.
“Tendremos que trasladar este aumento de los costos al precio final de la carne, que se incrementaría entre un 5 y 6 por ciento como mínimo en el mostrador”, expresó Daniel Urcia, presidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (FIFRA).
Sin embargo, Williams adelantó que una suba de los precios podría impactar en el nivel de consumo. “La gente no saca los autos de las cocheras, no carga nafta, las estaciones de servicio están vacías, saltan las tarifas”, enumeró. Y agregó: “No creo que sea el momento oportuno para aumentar los precios porque no hay una gran demanda por parte de los consumidores”.
Según el Indice de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el kilo de asado mantuvo su valor en torno a 108 pesos, mientras que la nalga pasó de 120 a 133 pesos entre enero y julio, una suba de casi un 11 por ciento en lo que va del año. El lomo, un corte premium, escaló desde los 154 pesos en enero a los 163 pesos en julio, según el organismo que realiza un relevamiento entre 200 carnicerías y supermercados de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires (GBA).