A pesar del desaliento con que regresó el secretario de Hacienda porteño, Miguel Angel Pesce, de la reunión en la que solicitó ante el secretario de Hacienda de la Nación, Oscar Lamberto un préstamo de 360 millones de pesos, respaldados por los bonos del "megacanje" que posee el Banco Ciudad, las expectativas mejoraron inesperadamente a principios de esta semana.
Cuando Lamberto recibió la propuesta de Pesce la elevó a su superior inmediato, el viceministro Jorge Todesca, que a su vez la remitió en forma inmediata al Banco Central, con el encargo de efectuar un estudio de factibilidad técnica. El Banco emitió rápidamente un dictamen positivo, que trajo un poco de alegría a los funcionarios porteños, fundamental en estos tiempos de zozobra.
Posteriormente, cuando Lamberto se comunicó con Pesce -se conocen mucho, desde hace muchos años y cultivan una relación cercana a la amistad-, si bien aquel le confirmó el resultado favorable surgido del banco Central, también le puso paños fríos a la euforia del porteño al anunciarle que de ahora en más la operación está supeditada a una decisión política que puede ser perfectamente opuesta al estudio de factibilidad técnica.
Desde entonces y hasta el momento del regreso del ministro Jorge Remes Lenicov de Monterrey -adonde viajó junto con el presidente de la Nación, Eduardo Duhalde, a una reunión de presidentes de toda América- la situación se mantendrá inalterable, aunque cualquier analista podría augurar, casi sin temores, una resolución favorable de su parte.
