Un informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) sumó duras palabras contra la política social y económica del actual gobierno para confirmar el dato que ya se había publicado en abril: en el país, hay 13 millones de pobres.
Mientras que un 29 por ciento de los argentinos se ubicaban bajo la línea de pobreza en 2015, ese número saltó al 32,6 por ciento en abril, sumándose 1,4 millones de pobres.
Y en la clase trabajadora marginal, la pobreza afecta a seis de cada 10 argentinos. Estos datos surgen de una proyección que realizó la Universidad por primera vez para los primeros cuatro meses del año, que se publicó junto a los datos finales de 2015.
La UCA destacó que hay un grupo social que está experimentando un “mayor riesgo” por el aumento de precios, la suba de tarifas y la caída de la actividad, ya que no acceden a los planes sociales o los subsidios a las tarifas. Se da ante todo, en hogares del conurbano bonaerense, hogares con niños y de clase media baja.
“Esta masa de segmentos de clase media baja o sectores populares constituyen los ‘nuevos pobres’ que emergen de medidas normalizadoras adoptadas por el actual gobierno”, enfatizó el resumen ejecutivo bajo la dirección del sociólogo Agustín Salvia, al frente del Observatorio de Deuda.
Y continuó: “Es factible que el Gobierno necesite ganar tiempo para que la economía comience a crecer y para generar confianza en que un futuro distinto es posible; sin embargo, muy poco se logrará si no hay una distribución socialmente más equitativa de los costos del ajuste”.
Durante la presentación, Salvia aseguró que el crecimiento económico “no es suficiente” para que esta realidad cambie. Mirando hacia atrás, dijo que “la falta de estadísticas oficiales confiables de 2007 en adelante privó al Estado de la posibilidad de buscar soluciones estratégicas. Esto lamentablemente sucedió, pero hay que decir que hubo un giro por la reconstrucción del Indec. Ahora somos escuchados”.
Con todo, la tasa de indigencia se incrementó entre fines de 2015 y mediados de marzo de 2016, alcanzando al 4,1 por ciento de los hogares y a un 6,2 por ciento de la población. Aún sin datos oficiales del Indec, éste es uno de los estudios que más se utiliza para conocer la realidad social del país.
Tres de cada 10 hogares de los principales centros urbanos reciben “alguna política social de empleo, transferencia de ingresos o son beneficiarios de programas de asistencia alimentaria”. Además, casi el 40 por ciento de la población integra hogares receptores de programas sociales.
Y nuevamente se hace hincapié en un 20 por ciento de los hogares que no presentan “ningún tipo” de cobertura social, por lo cual es un “grupo particularmente vulnerable”. “No se encontrarían asociados a los ajustes de ingresos a través de paritarias y tampoco tendrían acceso a la tarifa social a nivel de los servicios ni en el transporte. Se encuentran en esta situación más de dos millones de hogares”.
Por último, Salvia destacó que una “disminución significativa” de la pobreza por ingreso tendrá lugar con una caída de la inflación, suba de crecimiento y mejora del escenario laboral.