Victor Stinfale, Adrián Conci, Maximiliano Ávila, Carlos Garat y Carlos Penise. Esos son los hombres a los que apunta toda la investigación por la tragedia de Time Warp, la fiesta electrónica que en abril dejó un saldo de cinco jóvenes muertos por intoxicación de drogas y diseño y la negligencia del Estado.
Ahora, el fiscal federal Federico Delgado solicitó hoy la elevación a juicio para la parte de la instrucción de la causa de la tragedia de Time Warp que involucra a los organizadores del evento, según adelantaron fuentes judiciales.
Delgado afirmó que este accionar “formó una combinación fatal cuyo resultado fue la muerte” por intoxicación de cinco jóvenes de entre 20 y 25 años que en la noche-madrugada del 15 y 16 de abril pasado asistieron al predio de Costa Salguero.
En un escrito de 43 carillas, el funcionario pidió que sean llevadas a juicio cinco personas: Victor Stinfale, Adrián Conci, Maximiliano Ávila, Carlos Garat y Carlos Penise, quienes son considerados coautores del delito de homicidio culposo y lesiones graves culposas. También figura Martín Gontad, acusado por el fiscal como partícipe necesario en los hechos que derivaron en la tragedia.
El homicidio culposo prevé una pena de dos a cinco años de prisión, mientras que las lesiones graves culposas establecen una pena de un mes a tres años de prisión.
En el documento presentado al juez federal Sebastián Casanello, el fiscal Delgado dice en relación a lo sucedido en Costa Salguero aquella noche del 15 de abril que “la ausencia de un control y seguimiento de esa situación, sumado al hacinamiento, falta de ventilación, dificultades o nulo acceso al agua y a la atención médica, entre otras, dejó desprotegidos a quienes asistieron al lugar y ello sin ninguna duda acarrea consecuencias penales para los responsables”.
Los jóvenes fallecidos esa noche-madrugada fueron Andrés Valdez, Bruno Boni, Federico Bertotti, Martín Bazzano y Nicolás Becerra. Las autopsias determinaron que consumieron drogas sintéticas. Además, otros cinco jóvenes se descompensaron y fueron trasladados a diferentes hospitales en la madrugada del 16 de abril.
“Montar un espectáculo artístico que aloje la chance de comprar y vender drogas para vender agua, con la complicidad estatal hizo que la Time Warp fuese una rave habitada por la muerte”, afirmó Delgado en el escrito.
“La respuesta judicial a ese acontecimiento es parcial y fragmentada, propia de los límites de un proceso judicial, pero aún así es una magnífica oportunidad para que el Estado nacional aplique la ley y, en consecuencia, participe de la construcción del sentido social ratificando las fronteras entre lo legal y lo ilegal”, señaló el fiscal.
Delgado dijo que los acusados “instituyeron un espacio social excluido de la soberanía estatal; es decir sustraído de cualquier tipo de control público pero con la complicidad de las autoridades estatales, que permitió en los hechos el funcionamiento de una suerte de mercado al que concurrían libremente quienes querían vender y los que deseaban comprar drogas”.
Afirmó que cada uno de los imputados “cumplió un rol diferente dentro de la organización del espectáculo. Los roles fueron inseparables. Cada comportamiento hizo al todo y el todo no puedo ocurrir sin cada comportamiento”.
“Más allá del evento musical o a propósito de él, se montó todo un dispositivo de libre venta de drogas como puente para el consumo de agua, que tomó un cariz dramático pero real, en la medida que dentro de ese mercado que fue la “Time Warp”, se suscitaron diversas situaciones que agravaron el curso del evento como ser, entre otras, baños colapsados, nula ventilación, ambiente sin ventanas y sin ventiladores y altísimas temperaturas”, apuntó.
Aseguró que en el lugar hubo “grandes colas de personas para acceder a la compra de botellas de agua (más de una hora de tiempo) las cuales se vendían a $40 pesos e incluso se llegaban a pagar $100 si en la caja no tenían cambio, robos de botellas de agua y avalanchas en el ingreso y en horario pico producto de la excesiva cantidad de gente que había”.
De acuerdo a múltiples testimonios Delgado aseguró que “ni bien se entraba se ofertaba “keta, lcd, éxtasis, cocaína y Superman”.
“Es precisamente la venta de droga cuya organización estuvo marcada por la sutileza de la omisión y que hizo a la regulación de ese “mercado”, el hacinamiento, el calor sofocante y la administración del agua o de su escasez, el combo explosivo que colocó a las personas implicadas como responsables de los eventos y su desenlace fatal”, señaló.