Nada le salió bien a Remo Carlotto este miércoles 24 de agosto, en especial en lo relativo a la sesión de la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados, de la cual es el presidente.
La primera mala noticia fue que no consiguió el quórum necesario para que las resoluciones de la Comisión fueran válidas. La segunda, que el supuesto empresario de medios Sergio Szpolski “declinara” presentarse ante la misma para dar explicaciones acerca del manejo de sus empresas periodísticas, entre ellas, del Grupo 23.
Aunque no tuviera quórum, Carlotto leyó la nota que envió Szpolski para desistir de su asistencia. En realidad, ésta era la segunda invitación para el supuesto empresario, ya que antes había sido invitado “con día y hora a acordar”, una invitación a la que ni siquiera se dignó responder.
Quizás el empresario desistió de concurrir a la augusta Cámara de Diputados para estar presente en la pedestre sede del Tribunal Oral Federal Nº 3, que comenzó este mismo miércoles a juzgar a los familiares del supuesto empresario, su tío Alberto (no el de la canción de Serrat) Szpolski y Ela Szpolski, por una supesta estafa cometida en el marco del vaciamiento del Banco Patricios.
Junto con Alejandro Bilik, Carlos Alberto Ungar, Héctor Mario Kleiman y Sergio Fryd, los Szpolski están acusados de apoderarse “mediante maniobras engañosas, del patrimonio de las víctimas”, unas 100 personas, que presentaron una querella unificada.
Los damnificados fueron tentados para depositar en el Banco Patricios sus ahorros, en plazos fijos que ofrecía la entidad a tasas de interés seis puntos mayores a las que ofrecía el mercado. Estos activos fueron canjeados por obligaciones negociables emitidas sin respaldo entre 1994 y 1998, que ascendieron a 54 millones de dólares, según la acusación.
Esta supuesta prosperidad, en realidad era una fachada para ocultar la real situación financiera que atravesaba el Banco Patricios, que luego no pudo “enfrentar los compromisos asumidos”.
También Sergio Szpolski estuvo procesado por estafa en esta causa -tanto, que entre 2003 y 2004 tuvo prohibido de salir del país. Además, en 2004, el Tribunal de Ética de la AMIA lo condenó por haber desviado hacia su propio banco (el Patricios) fondos de la institución mutual, aprovechando su condición de tesorero de ésta. Por esta razón, Szpolski fue expulsado de la AMIA.