La decisión del jefe de Gobierno Aníbal Ibarra de pedirle la renuncia al ahora ex subsecretario de Vivienda Eduardo Jozami desató una tormenta política que amenaza con complicarle aún más su gestión y, también, con pulverizar sus aspiraciones de presentarse a elecciones para un segundo mandato.
"En la asamblea piquetera solicitamos sumar la defensa de Jozami al plan de lucha que se lleva adelante por la libertad de Emilio Alí", afirmó el coordinador de la Mesa de Enlace de las Organizaciones de La Boca, Lito Borello. El dirigente -que volvió a aclarar que el apoyo a Jozami no se sustenta en una cuestión partidaria, sino en la defensa de su gestión al frente de la Comisión Municipal de la Vivienda (CMV)- aseguró que "comienza el fin de la gestión de Ibarra".
Durante una reunión que mantuvieron en la sede de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) el martes a la noche, las agrupaciones pro vivienda que defienden al ex subsecretario comenzaron a delinear las acciones que llevarán a cabo a partir de su renuncia. El jueves a las 20 volverán a reunirse en el mismo lugar para continuar diseñando el plan, que podría incluir la realización de un escrache en la casa particular de Ibarra. "El jefe de Gobierno se jactaba de ser un político que podía caminar por la calle sin que nadie lo insultara pero ahora esto se terminó", sentenció Borello.
"ESTÚPIDO ‘YUPPIE’ DE LA CITY"
También el líder de la Federación Tierra y Vivenda, Luis D’Elía se sumó a las críticas contra Ibarra. El dirigente piquetero, que participó en las manifestaciones realizadas a favor de Jozami, declaró que Ibarra "es un estúpido ‘yuppie’ de la city que se deja presionar por los grupos de la construcción" y que su gestión "volvió a pegar otro giro hacia la derecha".
El titular del Poder Ejecutivo, por su parte, afirmó que "hay quienes creen que vale todo para mantenerse en un cargo", en clara referencia al ex subsecretario de Vivienda y a las concentraciones que durante el lunes y el martes se congregaron ante la jefatura de Gobierno para respaldarlo. "Dicen que él personalmente estuvo recorriendo lugares para traer gente a manifestar en su favor, incluso en la provincia de Buenos Aires", afirmó Ibarra ante los medios periodísticos. El jefe de gobierno sostuvo que el pedido de renuncia al subsecretario estuvo motivado por "ineficiencias en la CMV", ya que "prácticamente no hubo ninguna licitación para construir viviendas".
El jefe de Gobierno le había comunicado el viernes pasado a Jozami la decisión de alejarlo de su cargo y de traspasar la CMV a la secretaría de Promoción Social, que dirige la radical Gabriela González Gass. A cambio le ofreció un puesto en el directorio de Autopistas Urbanas (AUSA), que fue rechazado públicamente por Jozami.
Ante las protestas de diferentes organizaciones populares vinculadas con el tema de la vivienda -cerca de 3.000 manifestantes se reunieron el lunes ante la sede del Gobierno porteño para repaldar a Jozami y cerca de un millar tomó el edificio ese día- Ibarra decidió rever su postura. Finalmente la ratificó el martes durante una reunión que mantuvo con funcionarios y legisladores de la Alianza, y en la que también participaron los dirigentes de las organizaciones populares.
De los asistentes al cónclave, los radicales Gabriela González Gass, Cristian Caram, Enrique García Espil, Fernando Caeiro y Facundo Suárez Lastra fueron los más decididos a terminar con la gestión de Jozami. Los funcionarios frepasistas, a sabiendas de que la decisión ya estaba tomada, permanecieron en silencio. Sólo Ariel Schifrin defendió a Jozami "en aras de la transversalidad del proyecto político".
La decisión de Ibarra lo acerca más a sus socios radicales, al tiempo que lo aleja del ARI, agrupación a la que, desde hace casi un año, pertenece Jozami. Sin quererlo, el jefe de Gobierno puede haber dado a luz a la futura candidatura de quien podría ser su rival en las elecciones del 2003. Y para completar el cuadro, ahora tendrá que gobernar con un plan de lucha en su contra.
