El nieto 121º es el hijo de Domingo Menna y Ana Lanzillotto

El nieto 121º es el hijo de Domingo Menna y Ana Lanzillotto

La conferencia de prensa se suspendió por un problema familiar de Este la Carlotto. El nieto fue alumbrado en Campo de Mayo y su madre fue asesinada después, igual que su padre. Tiene otro hermano.


Este extraño martes, Abuelas de Plaza de Mayo había convocado a conferencia de prensa para dar a conocer la identidad del centésimo vigésimoprimer Nieto Recuperado, que debió suspenderse luego de anunciada por el fallecimiento del exyerno de Estela Barnes de Carlotto, Bruno Huck, en un accidente de tránsito.

Un escueto comunicado posteado en la web de Abuelas anunciaba alrededor de las 11:00 de la mañana que “a causa del fallecimiento de un familiar de la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, ocurrido esta madrugada en La Plata, informamos que se suspende la conferencia de prensa prevista para hoy. En breve anunciaremos cuándo se realizará”.

Horas después, la noticia llegó desde La Rioja, adonde el exsacerdote Delfor Brizuela, actual secretario de Derechos Humanos de esa provincia anunció que el nieto 121º es el hijo de Domingo “El Gringo” Menna y Ana María Lanzillotto, ambos líderes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) que fueron asesinados tras un allanamiento en el que mataron a Mario Roberto Santucho -el jefe máximo de esa organización- el 19 de julio de 1976. Menna era su primo hermano y la noticia le llegó a través de canales familiares.

En realidad, Menna fue secuestrado en la Estación Rivadavia en una cita “envenenada”, horas antes de la irrupción de los militares a su departamento de Villa Martelli, adonde se encontraban Mario Santucho, su esposa Liliana Delfino, Benito Urteaga y la propia Lanzillotto. En el tiroteo que se produjo fueron abatidos el capitán Juan Carlos Leonetti, que comandaba la patota militar y Urteaga.

Los militares se llevaron malherido a Santucho -falleció horas después en Campo de Mayo, sin recibir asistencia médica de ningún tipo, según se supo- y a ambas mujeres, que fueron primero salvajemente torturadas y, por último, asesinadas. En el ínterin, Lanzillotto, que se encontraba embarazada de seis meses, al menos, tuvo a su bebé en octubre de 1976, en el Hospital Militar de Campo de Mayo. Éste es el médico de 40 años que vive en Palermo, del cual iban a dar su nombre este mediodía las Abuelas de Plaza de Mayo.

Lanzillotto tenía además otro hijo, Ramiro Menna, que estaba en una guardería en el momento del tiroteo. Éste, que ahora vive en Chepes, La Rioja, es docente y viajó a Buenos Aires para conocer a su hermano. lo único que sabe hasta ahora de su hermano es que “tiene dos hijos y es pelado y con barba como yo”, según declaró a una radio porteña.

Una historia mediterránea

Ana María Lanzillotto nació en La Rioja y estudió derecho en Tucumán. Durante la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse estuvo presa por su militancia en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), el brazo político del ERP. En 1973 conoció a Domingo Menna en Córdoba, adonde ambos militaban en la clandestinidad y formaron pareja. En 1974 nació su primer hijo, Ramiro.

Menna había escapado en 16 de agosto de 1972 de la cárcel de Rawson para luego escapar a Chile primero y desde allí a Cuba para volver al país y ser destinado a formar parte de la Regional Córdoba por su organización.

Tras ser secuestrados, Menna y Lanzillotto fueron llevados a Campo de Mayo. Se sabe que ella dio a luz entre septiembre y octubre en el hospital de la guarnición de Campo de Mayo y que luego fue trasladada, probablemente al campo de secuestrados de El Vesubio. Sí se sabe, por el testimonio de Patricia Erb, que antes del traslado -un eufemismo que ocultaba el destino de la muerte- “la mujer del Gringo dio a luz”, según recordó Ramiro Menna en 2012.

Ana María tenía una hermana melliza, María Cristina, que fue secuestrada en su casa de Pergamino junto a su marido, Carlos Santillán y aún permanece desaparecida. Otra de sus hermanas, Alba Lanzillotto, fue secretaria de Abuelas en algún momento.

Más nietos siguen sin aparecer

Hasta ahora faltan por encontrar alrededor de 400 nietos, ya que la cifra total de niños apropiados entre 1976 y 1983 se acerca a los 500, sin que nunca se haya podido determinar la cifra exacta. Entretanto 33 años después del fin de la dictadura, los asesinos y secuestradores que formaron parte de ella siguen ocultando los rastros de sus crímenes.

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