Este jueves, Juan José Gómez Centurión se reincorpora a su puesto de director General de Aduanas tras haber sido objeto, hace cuatro semanas, de una denuncia anónima por supuestos actos de corrupción que, al no ser probados por la Justicia, quedaron sin efecto. “Las medidas probatorias no han logrado vincular a Gómez Centurión a ningún hecho delictivo de competencia federal”, consideró el juez federal Ariel Lijo.
Centurión ya se había mostrado seguro sobre su inocencia, señalando que “ir contra las mafia iba a traer sus consecuencias”: “No tienen sustento, ninguna de las dos (denuncias). Están hechas con grabaciones editadas, en la primera pericia que hicimos ya nos surgió que tienen un alto grado de edición, con voces insertadas. La Justicia rápidamente va a establecer el disparate de las pruebas presentadas”.
Al respecto de las pruebas que habrían sido montadas en su contra, como audios que, al parecer, fueron editados, en los que se lo vinculaba con una red que permitiría ingresar al país sustancias lícitas e ilícitas, Gómez Centurión indicó: “Más que una cama, me hicieron una operación compleja, que llevó bastante tiempo”.
“Fue gente que tuvo capacidad de seguimiento, de instalar micrófonos, tomar llamadas, de armar un ensamble. Es el típico modelo de operación: una causa insostenible pero que lleva al linchamiento mediático”, señaló, aludiendo que se trata del “típico modelo de operación no es nuevo en la Argentina”.
Sin embargo, el funcionario prefirió no culpar ni reprochar a ninguna figura del Gobierno. En primer lugar, al respecto de la ministra Bullrich, dijo: “Hablamos, nos mandamos mensajes, hemos hablado por teléfono; entendí su situación claramente”.
Y, en cuanto a Mauricio Macri, opinó: “Es un caso inédito que inaugura el Presidente con una actitud muy fuerte hacia cualquier denuncia o sospecha de corrupción entre sus funcionarios de que rápidamente se van a tomar medidas para que actúe la Justicia”.