Histórico: el Palacio Bosch abrió sus puertas al público

Histórico: el Palacio Bosch abrió sus puertas al público

Ocurrió en el marco del programa Embajadas Abiertas, que organiza el Ente de Turismo de la Ciudad y se realizó una visita guiada gratuita por los principales salones del edificio.


El Palacio Bosch, residencia del embajador de los Estados Unidos en Argentina, abrió sus puertas por primera vez a más de 300 personas que pudieron apreciar su valor histórico. En el marco del programa Embajadas Abiertas, que organiza el Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires, se realizó una visita guiada gratuita por los principales salones de este edificio, incluido en la lista de 33 propiedades del registro del Secretario de Estado de USA de mayor relevancia cultural.

En una única visita, que agotó en poco tiempo el cupo de inscriptos, el embajador Noah Mamet recibió por la mañana al primer grupo y asistió a la guía con anécdotas de la casa: “El Palacio Bosch es sin dudas una de las propiedades más bellas de las que dispone el Gobierno de los Estados Unidos para alojar a sus embajadores y es un placer abrir sus puertas al público para que se conozca”. 

Asimismo, Gonzalo Robredo, director Ejecutivo del Ente de Turismo, se mostró contento con la extensión del programa y confirmó que el 26 de noviembre será el turno de la Embajada de Brasil.

La residencia del embajador de los Estados Unidos fue una obra para Ernesto Bosch, exministro de Relaciones Exteriores y embajador argentino en Francia. Admirador de la arquitectura y el arte francés, Bosch ordenó que la construcción se realizara sobre el modelo del Gran Palais y el Petit Palais y el Trianon de Versalles. El edificio se terminó en 1917 y tuvo un costo de 1.359.578 de dólares.

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El Gobierno estadounidense lo adquirió en 1929. Entre 1994 y 1999, se implementó un proyecto de renovación y restauración siguiendo estrictos estándares internacionales de preservación. Esas tareas, en las que trabajaron ciudadanos estadounidenses y argentinos, permitieron recobrar su esplendor y también contribuir a modernizar los servicios necesarios para la embajada.

“Quedé muy impresionado la primera vez que entré. Había leído sobre el Palacio Bosch y visto fotografías porque era muy famoso, pero hasta que uno no está aquí y experimenta lo importante que es y siente su historia, es difícil de imaginar”, concluyó el embajador Mamet, que este año también recibió en el Palacio al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

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