La urbanización e integración socio urbana de las Villas 31 y 31 bis, con criterios de radicación definitiva sigue siendo una asignatura pendiente por parte del Poder Ejecutivo local.
La ley 3343 de urbanización del polígono de las Villas 31 y 31 bis, aprobada en 2009, creó una Mesa de Gestión y Planeamiento conformada por funcionarios de los gobiernos porteño y nacional, delegados de la villa, organismos propietarios de los predios de la zona e integrantes del sector académico, cuyo trabajo permitió la elaboración de un plan de urbanización y radicación definitiva de ambas villas. No obstante, la propuesta resultante de dicha Mesa fue presentada en la Legislatura en dos oportunidades y no fue aprobada por los legisladores del PRO.
El Ejecutivo ha presentado en diversos ámbitos su proyecto de urbanización. En primer lugar, se realizará poca obra nueva y esto implica que no habrá una transformación espacial de la Villa 31. Se está planteando consolidar lo existente en un 90%, porque solo se proyecta construir aproximadamente 1200 viviendas para realojar a las familias que viven debajo de la autopista Illia; esto es, apenas, un 10 % del total de las familias habitantes de la villa.
En segundo lugar, se habla de un reacondicionamiento de las viviendas existentes que, en el mejor de los casos, no va a garantizar las condiciones de habitabilidad, salubridad y seguridad que hacen falta y se exigen, normativamente, para el resto de los inmuebles de la Ciudad de Buenos Aires.
Tercero, las dificultades de infraestructura y accesibilidad van a seguir existiendo, ya que no se procede a una transformación urbana en serio con la consiguiente apertura de calles del ancho que permita el abastecimiento de servicios y de las necesidades de las familias.
Por otra parte, y si bien la 31 y 31bis no son las más conflictivas respecto a otras villas de la Ciudad, su configuración laberíntica seguirá siendo funcional al desenvolvimiento de organizaciones criminales que, en definitiva, mantienen de rehén a la población en varios aspectos.
Independientemente de eso y de nuestras diferencias estratégicas con el Ejecutivo porteño al respecto de qué se entiende por urbanización de villas, cualquier mejoramiento -por pequeño que sea- de las condiciones habitacionales en las villas es bien recibido; y, en tal sentido, sería una contradicción oponernos a iniciativas de esas características.