El día llegó: ¿Trump o Clinton?

El día llegó: ¿Trump o Clinton?

Por Nancy Sosa (enviada especial de Noticias Urbanas en Washington)


Cuando ya lo hicieron en elecciones anticipadas casi 40 millones de registrados, unos 150 millones más se volcarán hoy aquí masivamente a las urnas para definir el nuevo presidente de los Estados Unidos por los próximos cuatro años, al culminar una campaña que costó en general 11 mil millones de dólares.

La campaña “más agresiva” de las últimas cuatro décadas, pero también la que puso en evidencia los grandes cambios políticos que se avecinan para el bipartidismo norteamericano, llega a su fin mañana con una paradoja impensada: dos candidatos muy resistidos y poco populares convocarán a la mayor participación histórica de este país a las urnas.

En el Programa Elecciones USA 2016 desarrollado en esta ciudad donde la rutina fue la habitual, el presidente y el vicepresidente de la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), William R. Sweeney y Judy Black, dieron la bienvenida a casi mil representantes de distintos países de diversos continentes. Noticias Urbanas estuvo presente y estas fueron las conclusiones.

El panel estuvo conformado por el Hon. J. Kenneth Blackwell, expresidente del Partido Republicano; Tad Devine, Asesor Principal de la campaña presidencial del demócrata Bernie Sanders; y Doug Chapin, director del Programa para la excelencia en la Administración Electoral y miembro de la University of Minnesotta Humphrey School.

Todos coincidieron en que el sistema electoral estadounidense está preparado para soportar las contingencias y dificultades de la elección de mañana, pues confían en que primará el “espíritu de colaboración bipartidista”.

Sin embargo, hay decenas de tribunales locales en alerta para recibir los problemas que seguramente causarán las largas colas para votar, los pedidos de extensión del horario de votación y el conteo de los sufragios.

La mayoría de las coincidencias en el panel rondaron alrededor del “cambio” que visualizaron sobre el sistema de partidos políticos, lo que a juicio de al menos dos de ellos –Kenneth Blackwell y Devine-, pone en riesgo “el futuro del bipartidismo”.

Acerca de la posibilidad de que se produzca un repliegue de votantes de último momento planteado por un representante de Guinea, los oradores descartaron la opción porque, si bien “es increíble el debilitamiento de ambos partidos (Republicano y Demócrata)” al mismo tiempo ello hace que “crezca la participación” en el proceso electoral.

“Hay mucho entusiasmo por votar en contra de uno de los dos candidatos”, afirmó Devine, mientras Kenneth Blackwell desechó la posibilidad de que se produzca un eventual reclamo por fraude por parte de alguno de los candidatos, aludiendo de este modo al confuso anuncio de Donald Trump de decidirlo a último momento si los números resultaran dudosos a su entender.

Del mismo modo, y ante un interrogante de un asistente al Programa proveniente de México sobre el impacto político y social en caso de que eso ocurriera, los panelistas insistieron en que “el pueblo norteamericano no aceptará esa impugnación”.

Surgió así el fantasma de la elección en la Florida en el año 2000, cuando el candidato demócrata Al Gore reclamó el recuento de los votos y durante tres semanas la población estuvo sujeta a la decisión de la Corte Suprema de Justicia. En esa instancia el electo presidente George W. Bush no lo aceptó.

Reconocieron en particular la dureza de los ataques durante la campaña, y en el caso de Devine pudo asegurar que “no lo vi en mis 34 años de trabajo” en el área.

Respecto de los cambios que traerá la confrontación electoral que termina mañana, se enfatizaron en primer orden los formales en cuanto a los registros de los votantes y el paso de la boleta de papel al voto electrónico, y también los diversos canales que ahora existen para emitir el voto.

Sin embargo, lo más atractivo se planteó en el sentido de que el actual proceso de cambio “muestra un anhelo de transformación política en la sociedad americana”, como evaluó Devine.

A su turno, Kenneth Blackwell –quien trabajó con George Bush- aseguró que “este país está teniendo dolores de crecimiento” que a su juicio traen un cierto grado de “frustración”, y también de incertidumbre acerca de “cuál es la dirección correcta”.

El republicano habló del problema de la inmigración en los Estados Unidos y dijo que “un país sin fronteras es como un árbol sin raíces, no puede mantenerse en pie”. Resultó dramático cuando apeló a una metáfora que extrajo del cuento Alicia en el país de las Maravillas, donde un personaje tiene una cabeza de azúcar que se derrite. En esa comparación presintió que hay dos opciones para los votantes estadounidenses: “morir o que se les disuelva la cabeza”.

Devine pronosticó que “el futuro de ambos partidos políticos está en riesgo” y que la mayoría de los jóvenes se encuentran menos inclinados hacia ellos, por lo que a su juicio, tras esta elección “surgirán nuevas organizaciones políticas”, quizás un tercer partido, que Kenneth Blackwell respaldó en el sentido de que “si gana Trump se verá una buena realineación” pues el cambio que se prevé “es mayor que el candidato” y ello daría cabida a un tercer partido político. Y, “si pierde Trump se verá el surgimiento de una tercera fuerza electoral”, dijo finalmente.

Te puede interesar

Qué se dice del tema...