El lunes por la mañana, cuando los trabajadores de Revista Anfibia y Cosecha Roja llegaron a la redacción que comparten en Avenida Belgrano 768, encontraron que la puerta estaba abierta y con signos de haber sido forzada. En el piso había maderas y desde el hall se veían papeles tirados.
Después de que un integrante de Anfibia declarara en la comisaría, la causa pasó a la justicia federal por tratarse de una propiedad alquilada por una universidad nacional (la Universidad Nacional de San Martín).
Revista Anfibia funciona en un departamento alquilado por la Universidad Nacional de San Martín. En la misma locación funciona Cosecha Roja. Ambos proyectos periodísticos fueron creados y son dirigidos por Cristian Alarcón.
Los ladrones sólo entraron al departamento en el que funcionan Anfibia y Cosecha Roja, y esto despertó sospechas entre los integrantes de la revista digital. “Un robo en un inmueble, en una oficina, es común o al menos ocurre con mayor o menor frecuencia en las ciudades. Pero un robo a un medio de comunicación, en el que se llevan las herramientas más importantes de trabajo y descartan otras, que también tienen su valor, puede tener otras lecturas“, escribieron.
Por el momento no se conocen mayores detalles del hecho. Sólo que forzaron una puerta o quizás entraron por una ventana. También dijeron desde la redacción “que (los delincuentes) tuvieron el tiempo suficiente de revisar todos los papeles de trabajo”.
El comunicado tiene un sabor amargo, sin embargo, resalta que los periodistas seguirán trabajando y produciendo. “Rompieron, robaron, se fueron. No dejaron mensajes más allá de los sustraído y lo destruido. Mientras la policía hacía su trabajo, nosotros también: cada uno desde su casa siguió escribiendo, editando, buscando el mejor título, la mejor imagen, poniéndolo a circular en las redes sociales. Lo mismo hicieron los colegas de Cosecha Roja”, dice.
Es el segundo medio de comunicación que sufre este tipo de robo durante el 2016 que solo dejan sospechas. En abril, un grupo de personas irrumpieron en la redacción de Tiempo Argentino y expulsaron a los trabajadores. Rompieron elementos y algunos habrían escapado por los techos vecinos.
