El presidente de la Nación, Eduardo Duhalde, el ministro del Interior, Jorge Matzkin y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, firmaron en la mañana de este jueves en la Quinta de Olivos el Acuerdo de Financiamiento Ordenado, conocido vulgarmente como Pacto Fiscal. Por medio de este convenio, el secretario de Hacienda porteño logró un viejo anhelo: la restitución de un porcentaje de la Coparticipación Federal, ya que la Ciudad cobraba -desde la gestión de Facundo Suárez Lastra- una suma fija que oscilaba en los 157 millones de pesos anuales.
En realidad, Ibarra firmó dos actas. En la primera, la Nación acordó con la Ciudad la entrega del 1,4 por ciento de la recaudación en concepto de impuestos coparticipables. Por medio de la segunda acta -que contiene el Acuerdo de Financiamiento Ordenado-, la Ciudad se obliga a reducir su déficit fiscal en un 50 por ciento en el año en curso -el año pasado, el déficit fue de 240 millones de pesos y este año se evalúa que alcanzará los 80 o 90 millones-, para llevarlo a cero en el 2003.
Por este convenio, la Ciudad percibirá alrededor de 80 millones de pesos en concepto de coparticipación "pura", en tanto que seguirá recibiendo los 157 millones habituales en concepto del pago a los docentes terciarios y otros rubros. De esta manera, el secretario de Hacienda, Miguel Ángel Pesce, espera que la Ciudad percibirá una suma que oscilará entre los 230 y los 240 millones de pesos anuales.
En este punto habría que recordar que la Ciudad de Buenos aires es uno de los pocos distritos que se financia con su propia recaudación, que cubre el 82 por ciento de sus necesidades presupuestarias, en tanto que la coparticipación -hasta ahora- cubría sólo el cinco por ciento del total. Incluso, entre 1984 y 1992, por una deuda que había dejado -como quien no quiere la cosa- el intendente-brigadier Osvaldo Cacciatore por la construcción de las autopistas porteñas, la Ciudad no recibió un solo peso de coparticipación.
De todos modos, los ingresos y los egresos de las provincias argentinas se encuentran en estos momento en estado caótico. Las necesidades políticas inmediatas de los gobernantes provocan una distribución de los ingresos fiscales totalmente distorsionada. La Ciudad de Buenos Aires, sin ir más lejos, le aporta al Tesoro nacional -en concepto de recaudación de impuestos coparticipables- el 25 por ciento del total, pero sólo recibe -y esto, a partir de hoy- el 1,4 por ciento del total, y esto es un despropósito, máxime teniendo en cuenta la dura negociación que debió encarar el equipo que comanda Pesce para conseguir esa suma.
"Con este financiamiento esperamos liquidar la deuda flotante que tiene el Estado porteño con sus proveedores y con el mayor ingreso por coparticipación vamos a cerrar el déficit. Una vez cubiertos estos puntos, vamos a encarar las obras que la Ciudad necesita" le manifestó a NOTICIAS URBANAS el secretario de Hacienda y Finanzas, Miguel Ángel Pesce.
"Es un gran logro que la Ciudad haya conseguido cobrar su coparticipación federal en base a un coeficiente, en lugar de una suma fija. Esto nos aproxima a la realidad de las provincias", remató Pesce, esta vez al borde de la sonrisa.