A pesar del agobiante calor que azotó a Buenos Aires este jueves, en el bar Homero Manzi, en el corazón de Boedo, que propició el punto de encuentro con el presidente del Club de San Lorenzo de Almagro, decenas de personas iban entrando rogando por una bebida fría.
La ausencia de Matías Lammens duró una hora y media, desde la hora de citación del evento. “Nosotros nos enteramos que iba a estar él acá por unos amigos, y quisimos venir a escucharlo. Sabemos que hace muchas cosas con las organizaciones sociales, queremos ver qué tiene para decir”, explicó Gonzalo, militante del Movimiento Evita.
Mientras se sumaban los periodistas, participantes de organizaciones sociales que no estaban citadas específicamente y curiosos, Lammens finalmente llegó con su platea ya superpoblada. Entre sonrisas y saludos, finalmente subió al escenario y el constante murmullo se acalló para dejarlo hablar.
Aunque las palabras del presidente de los cuervos no llegaron a cubrir cuatro minutos, mencionó que el 2016 fue “un año muy difícil” en al menos tres oportunidades: “Sabemos que fue un año muy difícil, se nos hizo largo. Pero estamos felices del trabajo que venimos haciendo con la fundación y el rol social que viene cumpliendo San Lorenzo”.
Sin embargo, un segundo tópico que mencionó también de manera recurrente fue lo referente al futuro, donde no sólo adelantó que “San Lorenzo será un actor protagónico en lo que se viene sobre qué fútbol y qué clubes queremos”, sino también especificó que se aproxima un 2017 complicado: “Nos queda por delante un año muy difícil. La situación del país está muy compleja. Los chicos nos necesitan más que nunca, así que vamos a tener que redoblar los esfuerzos porque sabemos que, en especial en el aspecto económico, para mucha gente se está complicando y que va a necesitarnos”.
Asimismo, afirmó que la mayor problemática con la que se topan desde la Fundación “es la adicción de los chicos al paco en todas las villas de la Ciudad”.
En esos escasos minutos, desde sus zapatillas y peinado relajado, logró la ovación de los presentes. Y él, a cambio, sacando a flote su faceta política, prometió: “Queremos reafirmar que nuestra intención es hacer un San Lorenzo solidario, con responsabilidad social, en especial al debate que se viene”.
La ecuación es simple. El cuervo trae en su sangre las pasiones futbolísticas y solidarias de su padre, que ahora el empresario vuelca en la Fundación Padre Lorenzo Massa, y que desde el 2015 hasta la fecha logró que 4.500 chicos participaran de programas deportivos y actividades recreativas, otorgó 100 becas anuales para jóvenes de barrios vulnerables en deportes federados y acompañó a las organizaciones sociales que trabajan con más de 3 mil familias en situación de vulnerabilidad.
De esta manera, no sólo sigue acercándose y comprometiéndose con la realidad porteña sino que, tal como especificó Jaquelina Cichero, coordinadora del área social de la entidad, “esta Fundación busca, de alguna forma, remediar algunas cosas que no están presentes en el Estado”.
La premiación
Lammens junto al vicepresidente segundo, Roberto Alvarez, el intendente Alejandro Maccio, el vocal Gonzalo Ruonava, y Jaquelina Cichero, premió a los representantes de los clubes Madres del Pueblo y Bajo Flores, los comedores Niños Felices y Aguante 25, las escuelas 6 DE 19 y 7 DE 8, el gimnasio Jesús del Barrio Rivadavia, la biblioteca Rincón de los Chicos, el hospital Piñero, Bomberos Voluntarios y las fundaciones Universal Assistance y Torneos.
Y cerró: “Fue un orgullo haber podido trabajar con estas instituciones y nos comprometemos a seguir por este camino en 2017 para poder respetar los valores fundacionales de San Lorenzo. En el contexto del debate entre asociaciones civiles sin fines de lucro y sociedades anónimas deportivas, revindicamos el rol social que tenemos en la zona Sur de la Ciudad”.