Como en todo evento multitudinario, en especial la asunción del ahora presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que acarreó la atenta mirada de espectadores de todo el mundo, no existen los detalles.
Mientras el mandatario norteamericano caminaba junto a su esposa Melania y su hijo menor Barron por la avenida Pennsylvania de Washington hacia la Casa Blanca ya no importaba el cuestionado largo de su corbata, ni el parecido de su hijo o el atuendo de la primera dama, sino la mano derecha de uno de sus guardaespaldas.
Aunque a priori parezca esto algo insignificante, muchas teorías e hipótesis se tejieron en torno a la mano del hombre a fin de responder una curiosidad que se volvió viral: por qué estaba tan rígida y no mostraban casi movimiento.
Mientras que a través de las redes se formaban hipótesis cuanto menos fantasiosas, tras revisar videos e imágenes, miembros de la comunidad militar y agentes de seguridad apuntaron a que el guardaespaldas llevaba unos brazos falsos con el objetivo de camuflar un arma.
De esta manera, sus manos reales estarían debajo de su abrigo, probablemente armadas y listas para disparar en caso de ser necesario pero sin mostrar las armas al público mundial y sin distraer el supuesto eje de atención: Donald Trump.
