Al igual que en los Estados Unidos y otros países, el Gobierno nacional impulsa la creación de una Policía Migratoria que, del mismo modo que el “fuero migratorio”, entendería solamente en asuntos de Extranjería.
Al mejor estilo de la norteamericana US Border Patrol (Patrulla Fronteriza de EE.UU.), esta policía acompañaría la batería de medidas e iniciativas que diseñó el Ejecutivo para reforzar los controles en la frontera y regular así el tránsito de personas y la inmigración en todo el territorio nacional.
La policía migratoria se sumaría –con tareas puntuales en migraciones– a la Prefectura Naval Argentina, la Gendarmería Nacional, la Policía Aeronáutica Nacional y la Policía Federal, las cuatro fuerzas que, según el artículo 114 de la Ley 25.871, ofician como “Policía Migratoria Auxiliar”.
Según analiza el Gobierno, esta nueva fuerza actuaría bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior, la cartera que encabeza Rogelio Frigerio, y contaría con personal y presupuesto propio.
La idea es que la policía migratoria tenga capacidad de acción y pueda combatir en zonas de frontera flagelos como la trata de personas, el narcotráfico y el terrorismo.
Sin embargo, el tema “tiene su complejidad”, admitió un funcionario que trabaja en el diseño de la estrategia. Es que para su creación se requiere de una ley que debe pasar por el Congreso de la Nación. Además, no descartan que “genere resistencia” en las otras fuerzas de seguridad.
La posibilidad de que Argentina cuente con una policía migratoria no es nueva. Martín Arias Duval, director de Migraciones durante la administración del Frente para la Victoria, estudió esa posibilidad en el pasado. Pero a diferencia de ahora, el plan era que trabajase en conjunto con el Departamento de Información, Asistencia y Cooperación (DIAC), área dedicada a la búsqueda de datos a través de rastrillajes de delitos que involucren a inmigrantes.
