Los gobernadores se reunieron para intentar liberarse de la pinza en la que los atrapó, por el lado derecho, la decisión del Gobierno nacional de eliminar la paritaria de referencia, que sirve como “testigo” para las paritarias provinciales y, por la mano izquierda, los gremios, que rechazan el techo que plantea el Gobierno nacional -y los propios mandatarios- del 17 por ciento.
Finalmente, los jefes provinciales acordaron un techo del 18 por ciento de aumento para sus docentes en el curso del año -lo que significa que será en cuotas- y que cada estado se hará cargo de sus negociaciones, lo que descarta la paritaria nacional que es una de las exigencias de los sindicatos educativos.
De las 24 provincias, 19 acordaron el techo del 18 por ciento, en sintonía con la previsión del gobierno nacional, que estima que ésa será la cifra de la inflación anual para este año. De todos modos, hubo provincias, como San Luis, que decidieron no enviar a sus asesores y que encararán la solución por su cuenta.
En los salones del Consejo Federal de Inversiones, situado en San Martín y Córdoba, en el borde norte del Microcentro porteño, los mandatarios provinciales plantearon además la necesidad de que el Ejecutivo incremente su aporte al Fondo de Incentivo Docente, para zanjar las diferencias con sus maestros. En ese punto, habría existido alguna negociación, ya que los gobernadores se retiraron sin proclamar en público esta necesidad y respetaron además el pacto de no hablar en público -por ahora- de los límites en los números que surjan de las negociaciones.
El gobernador de Salta dejó picando la clave de los números finales. “Hay tres variables para discutir: una tiene que ver con la inflación, otra con la recaudación y la tercera se vincula a las fuentes de financiamiento”, señaló. “La combinación entre esos tres factores termina llevando a lo que en cada provincia se podrá discutir”, finalizó.
De todos modos, el hecho de que exista una negociación en marcha significa que habrá modificaciones en las cifras. Los docentes exigen que el incremento no sea inferior al 35 por ciento, como exigió Roberto Baradel (Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires), que antes había hablado de un piso del 25 por ciento. Quizás en este fallido esté contenida la clave de los mínimos y los máximos que están dispuestas a aceptar ambas partes.
De todos modos, el camino será azaroso. Tanto, que en varias provincias el comienzo del ciclo lectivo está en duda.